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A 60 años de la histórica Cumbre de Bandung

La Cumbre Asia-África: una oportunidad para el gigante asiático

Fuentes: Rebelión

Ya los medios internacionales informan que entre el 22 y 23 de abril está prevista la celebración de la Cumbre Asia- África en Yakarta, Indonesia, justo en el marco de la conmemoración del 60 aniversario de aquella histórica Cumbre de Bandung celebrada en 1955 y que dio un giro al sistema internacional en la segunda […]

Ya los medios internacionales informan que entre el 22 y 23 de abril está prevista la celebración de la Cumbre Asia- África en Yakarta, Indonesia, justo en el marco de la conmemoración del 60 aniversario de aquella histórica Cumbre de Bandung celebrada en 1955 y que dio un giro al sistema internacional en la segunda mitad del siglo XX, con la promulgación de los llamados «Principios de Bandung» [1] que promovieron los procesos de descolonización de Asia y África.

Cabe recordar que la primera Conferencia de Bandung fue convocada por los máximos líderes independentistas y revolucionarios del momento, entre ellos brillaban el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser (1918-1970), el presidente de India, Jawaharlal Nehru (1889-1964) y el presidente de Indonesia, Sukarno (1901-1970); cuyos países recién se liberaban de la colonia europea. El objetivo del encuentro era buscar consensos y estrategias para oponerse al colonialismo y neocolonialismo de las metrópolis (Europa y Estados Unidos) que imperaban en la mayoría de los países africanos, asimismo, esta conferencia también buscaba dar inicio a la cooperación económica entre los países allí reunidos junto con la Unión Soviética.

Esta Cumbre de Bandung fue el antecedente a la celebración de la I Conferencia de Belgrado, convocada en septiembre de 1961 por el legendario líder yugoslavo Josip Broz Tito (1892-1980). Si bien a este Encuentro sólo asistieron 28 países, con ella fue posible la creación el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), la cual actualmente está integrada por 120 Estados miembros de la Naciones Unidas.

Luego de la desaparición de la Unión Soviética en 1991, tanto el MNOAL como la cooperación Asia – África perdieron fuerza. Estados Unidos y sus aliados europeos lograron imponerse en el mundo urgiendo las banderas del Nuevo Orden Mundial y el Neoliberalismo (Milton Friedman), del «fin de la historia y el último hombre» (Francis Fukuyama) y la Globalización. Sin embargo, el unilateralismo y la hegemonía estadounidense, como la de sus socios europeos, no duró mucho. Al cabo de pocos años, la economía de la República Popular China despuntaba con índices impresionantes de crecimientos que superaban el 12% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que sus crecientes demandas de materias primas imprimieron en el gigante asiático una política exterior más abierta y de liderazgo que permitió reimpulsar la cooperación Asia – África. Más tarde, a principios del año 2000, Rusia comenzó a resucitar de las cenizas del colapso soviético.

En la pasada Cumbre Asia – África celebrada en 2005 en el mismo país, Indonesia, para conmemorar el quincuagésimo aniversario de ese espacio, se produjo la Declaración sobre la Nueva Alianza Estratégica Asiático-Africana (NSSP), donde se asumía un nuevo compromiso de asociación estratégica entre Asia y África con base en la solidaridad política, la cooperación económica y las relaciones socio-culturales [2]. A ella asistieron 106 países, que comprendía 54 países asiáticos y 52 países africanos. La cumbre de 2005 concluyó con la creación de un mecanismo de seguimiento para profundizar el proceso de institucionalización de esa organización con la celebración de cumbres empresariales cada cuatro años y de reuniones ministeriales cada dos años.

Actualidad de la Cumbre Asia – África

Asia y África poseen cerca del 80% de la población mundial.

La cooperación (comercio e inversiones) de China en África ha venido superando la cifra de $ 210 mil millones, mientras que el comercio entre Estados Unidos y el continente africano no alcanza los $ 90 mil millones [3]. El impresionante crecimiento de China, calculado en 7,4% del PIB en 2014 por el Banco Mundial, así como también, el crecimiento del conjunto de las economías emergentes de Asia (calculado en un poco más de 7 % del PIB), conlleva a esos países a desarrollar espacios de cooperación con África que cuenta con importantes reservorios de materias primas (hidrocarburos y minerales) y tierras aptas apra la siembras, además de su creciente mercado interno.

Asia crece aceleradamente y exporta capitales a África, cuyo crecimiento económico promedio calculado por el Banco Mundial es de 5%. En otras palabras, las economías africanas dependen cada día más de Asia, y viceversa.

El comercio entre Asia y África está basado en gran medida en las importaciones de materias primas: el petróleo en su mayoría proviene de Nigeria, Angola, Guinea Ecuatorial, Ghana, Camerún, la República del Congo, Gabón, Uganda, Sudán del Sur y Sudán. También Asia adquiere cobre, cobalto, cadmio, ferrocromo, el platino, el coltán, diamantes y oro; de países como la República Democrática del Congo, Liberia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe [4].

Para el actual encuentro Cumbre Asia – África 2015 se prevé la participación de 109 países y varios jefes de Estado que integran al MNOAL, pero también destacará la ausencia de un imperio que se encuentra cada vez más sólo y aislado: Estados Unidos.

China es consciente de su poder económico, y también de sus necesidades. Ha sabido aprovechar ese espacio para consolidar su presencia en África bajo una sabia estrategia que comprende el respeto a la soberanía de los países, de importantes inversiones en infraestructuras y ganancias compartidas. También aprovechará la ocasión para proponer la interesante iniciativa de la «Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI» y el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, del que todos los analistas coinciden en que representa la mayor amenaza para las viejas instituciones creadas tras los acuerdos de Bretton Woods de 1946, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que aseguraban la hegemonía económica de Estados Unidos.

Citas y fuentes:

[1] El Comunicado Final, Declaración de diez puntos conocida como los Diez Principios de Bandung: 1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas. 2. Respeto para la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones. 3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas. 4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países. 5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 6. a) Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias. b) Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países. 7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier país. 8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca. 10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.

[2] Cumbre Asia-África 2005, Declaración.

http://www.un.org/es/sg/annan_messages/2005/jakarta.html

[3] Comercio Estados Unidos, China y África

http://www.elheraldo.hn/opinion/738652-210/la-cumbre-estados-unidos-%C3%A1frica

[4] China multiplicó por 10 su comercio con África

http://spanish.people.com.cn/31620/8177813.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.