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La cumbre de Guadalajara

Fuentes: Rebelión

La III Cumbre entre América latina y el Caribe y la Unión Europea (CALCUE), tuvo como objetivo primordial profundizar la asociación estratégica birregional, en un momento en el cual parece haber un desgaste del mecanismo y resultados de «reuniones cumbre», además de buscar la revalorización de las relaciones entre quienes en ella participaron. Lo que […]

La III Cumbre entre América latina y el Caribe y la Unión Europea (CALCUE), tuvo como objetivo primordial profundizar la asociación estratégica birregional, en un momento en el cual parece haber un desgaste del mecanismo y resultados de «reuniones cumbre», además de buscar la revalorización de las relaciones entre quienes en ella participaron. Lo que intentaremos descubrir es saber si se incluyó el porqué de los problemas y el cómo de la solución. Sabemos que esta reunión ratifica los acuerdos de Río de Janeiro de 1999 entre los que destaca, el respeto y pleno cumplimiento del Derecho Internacional y los propósitos y principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas, incluyendo los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, respeto a su soberanía, a la integridad territorial y a la igualdad entre los Estados. En otras palabras, se busca el cabal respeto y fortalecimiento de los derechos humanos, la promoción de la democracia y la cooperación para el desarrollo económico y social sobre las bases de las relaciones amistosas entre las regiones.

En efecto, concentrada la Declaración de Guadalajara en 104 puntos, la CALCUE busca presentar a sus sociedades -dirigida principalmente a los más pobres aunque sean éstos los que menos conocen de dichas decisiones por el estado muchas veces de ignorancia o desesperación en la que se encuentran- en primer instancia una esperanza de cambio social y económico basado en la cooperación birregional; comprometido dicho cambio sin embargo, más a las expectativas de mercado global y de intercambio comercial que a las de desarrollo sustentable, sostenible y con justicia social.

Pero la CALCUE en si es generosa, reúne a grandes y pequeños por tercera vez asumiendo ante el mundo con responsabilidad de Estado y constitucional, la urgencia de encontrar un sistema multilateral efectivo, fundado en el Derecho Internacional, descansado en instituciones internacionales fuertes, entre otras la ONU como eje de rotación indispensable para obtener la paz y la seguridad internacional, el desarrollo sostenible y el progreso social. De allí que los signantes firmen en el punto 11 de la declaración que » están comprometidos a cooperar en las Naciones Unidas en la prevención de conflictos, la solución pacífica de controversias, el manejo de crisis, las operaciones para el mantenimiento de la paz y las operaciones para la construcción de la paz en situación de post-conflicto, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del Derecho Internacional».

Pero (nunca faltan) las observaciones internacionales sobre el particular y en el sentido de que específicamente en la CALCUE, no se haya llamado por su nombre los genocidios cometidos en Afganistán e Irak y perpetrados por la fuerzas armadas de los Estados Unidos en un intento de parecer o ratificarse ante el mundo como los paladines de la justicia o el prefecto a fuerza. Mucho menos se llamó por su nombre las sistemáticas violaciones a los derechos humanos, principalmente de migrantes quienes deciden partir de su país a otro en busca de la oportunidad que se les negó y que por ejemplo en nuestro país México, llega a elevarse en casi 5 millones de connacionales indocumentados de los cuales y desde 1994 con la instauración del operativo guardián, le ha costado la vida a más de 6 mil personas entre ellos ya mujeres y niños. Algo también que se mantuvo al margen de la declaración, fue lo concerniente a quién de los asistentes le ha dado la autorización o porque la ONU le ha pe rmitido a los Estados Unidos determinar que país debe ser invadido nombrando a su libre albedrío los gobiernos interinos en los mismos o el porqué del bloqueo económico indiscriminado y vergonzoso que a los cubanos se le ha impuesto desde hace más de 40 años, argumentando que en dicho país el dictador sigue vivo, pasando en estos casos por alto la tan sostenida autodeterminación de los pueblos. Verbigracia: pensemos que nuestro sistema presidencial no es ya afín al vecino del norte y deciden ellos por sus pistolas meter mano. Cierto es que en la declaración se tocan temas torales para el desarrollo birregional y que de esta relación los principales beneficiarios podemos ser los latinos, pero ante los ojos del mundo y ante las definiciones que se deben jugar para no asumir o suponer que las cumbres no sirven, las cosas deben ser llamados por su nombre; lejos del enfrentamiento estéril y la provocación que muchos quisieran hubiera, pero cerca de la verdad, el decoro y la digni dad de las naciones y sus nacionales.

Y es que si en la CALCUE se ha destacado reiteradamente que la pobreza, la exclusión y la desigualdad son afrentas a la dignidad humana, que debilitan la democracia y amenazan la paz y la estabilidad, no entendemos cómo se pretende alcanzar las metas de la cumbre para el 2015 desarrollando sociedades justas, si las declaraciones de estas reuniones en las mentes de las personas suenan huecas, en otros casos ofensivas y en la mayoría de millones más, son impactantes directamente en sus vidas en un sentido descendente que termina y cancela todos sus derechos y los hace añicos. En otra palabras, pobreza, exclusión y desigualdad social. Baste saber que en el caso latinoamericano y su región más de la mitad de los 400 millones de latinoamericanos no puede satisfacer sus necesidades básicas y subsisten 102 millones de indigentes que ni siquiera logran darle de comer a sus hijos. Con zonas densamente pobladas cada vez más pobres y barrios exclusivos cada vez más ricos, en (LA) la c lase media desaparece y el fantasma de la miseria recorre la región convirtiéndola en una de las zonas más desiguales del mundo. Léase el informe » Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿ruptura con la historia, presentado por el vicepresidente del Banco Mundial, David de Ferranti, quién afirmó tajante que » América Latina y el Caribe son la región con el mayor nivel de desigualdad no sólo en el ingreso, sino también en servicios como educación, salud y telefonía».

Así, la región se convierte en el continente donde existe la peor distribución de la riqueza y donde han ingresado al mundo de nuevos pobres en los últimos seis años, 23 millones de latinoamericanos, que dejaron de ser clase media, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dependiente de la ONU. Tan sólo en (AL) en 2003, el desempleo promedio alcanzó su peor nivel histórico al ubicarse en 10.7 por ciento y en muchos países de la región superó el 20 por ciento de la población. Resumiendo, no quisiéramos decir que la CALCUE no ha cumplido con su cometido, pero debemos dejar claro que ésta es la III CALCUE y los datos y estadísticas internacionales no le son halagadoras, además de que no se ha informado en estricto sentido a la sociedad latina de los logros alcanzados. Creemos que, difícilmente las cumbres tendrán el impacto que se quiere, si los resultados en el corto, mediano y largo plazo no se vislumbran en mejores oportunidades de vida para la gente y en el pleno y cabal respeto de sus derechos. Apéndice: Por cierto que en materia de migración destaca el trabajo que está realizando el senador Adrián Alanís Quiñónez en su calidad de Presidente de la Comisión de Población y Desarrollo del propio senado, quién ha realizado sendos foros nacionales, serios y propositivos, en la búsqueda de opiniones finales para impulsar una urgente y verdadera legislación de apoyo al migrante. En estos foros el senador Alanís Quiñónez busca también las v oces de los sin voz, los migrantes mexicanos y centroamericanos -quienes pasan por el país hacia el norte, por ello tendrá otros eventos en Chicago, Nueva York y Guatemala. De concertarse esta ley los migrantes por primera vez serán vistos ya no más como gente de quinta y tendremos en puerta el comienzo de una política integral migratoria, esa de la que tanto hemos hablado y que aún está ausente. Actuemos.

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* El autor es presidente de la Fundación México Crítico y publica en medios nacionales para su país y medios en sudamérica y España.