Especializada en la organización de golpes de Estado en América Latina o en Medio Oriente y en el financiamiento de grupos paramilitares de extrema derecha, la Central Intelligence Agency (CIA) recluta su personal entre los graduados de las más prestigiosas universidades estadounidenses, donde los secuestros arbitrarios y los ahogamientos simulados no son bien vistos.
Una mujer camina en cámara lenta por los pasillos de mármol de lo que parece ser una prestigiosa institución estadounidense. Está radiante, feliz: “Soy una mujer de color. Soy madre. Soy una millenial cisgénero (1) –declara–. Soy interseccional, pero mi existencia no consiste en rellenar casillas… No me colé en la CIA [Central Intelligence Agency]. […] Me gané mi lugar y fui subiendo escalones” (2). Este video subido a fines de marzo en el canal de YouTube de la agencia de inteligencia estadounidense no es una parodia realizada por militantes de Black Lives Matter para denunciar la apropiación de su movimiento. Tampoco un spot feminista, a pesar del puño levantado en la cruz de Venus impresa en rosa en la remera de la joven mujer. “Soy instruida, calificada, competente –continúa–. Luché durante mucho tiempo contra el síndrome del impostor. Pero, con 36 años, me niego a interiorizar las ideas patriarcales erróneas sobre lo que una mujer puede o debe ser.” Aviso urbi et orbi: la CIA ya no es un antro de reaccionarios. Podemos imaginarnos el alivio de los sobrevivientes yemenitas al enterarse de que su familia reunida para un casamiento fue volatilizada por un dron interseccional.
Especializada en la organización de golpes de Estado en América Latina o en Medio Oriente y en el financiamiento de grupos paramilitares de extrema derecha, la CIA recluta su personal entre los graduados de las más prestigiosas universidades estadounidenses, donde los secuestros arbitrarios y los ahogamientos simulados no son bien vistos. ¿Seducir a los estudiantes conservadores? Las relaciones execrables entre los jefes de los servicios de espionaje y el ex presidente Donald Trump cavaron una brecha entre los republicanos y las agencias de inteligencia. Las cuales, desde la invasión del Capitolio en Washington, el pasado 6 de enero, ven en la juventud ultraconservadora más una amenaza interior que un semillero. Por el contrario, los demócratas y los servicios secretos sellaron una alianza improbable contra Trump y Rusia. Y actualmente hablan el mismo idioma. Los arquitectos del putsch contra el presidente socialista chileno Salvador Allende en 1973 adoptaron de buen grado esta jerga de moda, pues le ofrece una lavada de imagen gratuita a una de las instituciones antaño más odiadas por la izquierda. “Estoy cada vez más avergonzado de ser un hombre blanco”, confesaba sin inmutarse John Brennan, su ex director, invitado el pasado 1º de marzo en el canal de izquierda MSNBC…
Al igual que los dirigentes de los grandes bancos que se arrodillan en homenaje a George Floyd al tiempo que expulsan de sus hogares a familias agobiadas por las deudas, la CIA apuesta a que los graduados progresistas se preocupen menos por cuestionar el orden económico y el imperialismo estadounidense que por escuchar a los dominados reivindicar su identidad individual. “Estoy orgullosa de mí misma –afirma la heroína del video–, represento con orgullo a la hija de inmigrantes hispanos y a la oficial de la CIA que soy. No pido disculpas por ser yo misma. Y deseo que sean ustedes mismos sin reservas, quienquiera que sean.” Militantes de izquierda, abandonen sus prejuicios anticuados: la CIA les abre los brazos.
Notas:
1. Persona nacida en los años 1980 o 1990 cuya identidad de género corresponde al sexo biológico.
2. “Humans of CIA”, canal de YouTube de la CIA, 25-3-21, www.youtube.com
Fuente: https://www.eldiplo.org/notas-web/la-fachada-progresista-de-la-cia/