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La geopolítica mundial

Fuentes: Rebelión

La canciller alemán, Angela Merkel, llamó a reflexionar seriamente sobre una nueva realidad en la que Estados Unidos puede no buscar ser el líder mundial.

«Crecimos con un cierto entendimiento de que Estados Unidos quería ser una potencia mundial. Si Estados Unidos desea retirarse de este papel por su propia voluntad, tendremos que reflexionar sobre eso seriamente», dijo Merkel el 26 de junio. Desde el ascenso de Trump a la Casa Blanca, se ha ido produciendo un enfriamiento de las relaciones con Alemania, a la que Estados Unidos señala que no cumple con el aporte financiero a la OTAN. Estas palabras de la Canciller alemana, en las presentes circunstancias, son muy serias y plenas de significado, sobre todo, después que Estados Unidos anunciara el retiro de parte de sus efectivos de territorio germano, sin previa consulta con su aliado.

Los europeos deberán reflexionar detenidamente sobre los planteamientos de Angela Merkel, pero Europa, como dije al inicio de la pandemia, tendrá que reevaluar sus prioridades y necesidades estratégicas. Lo cierto es que la Administración Trump ha ido reajustando sus relaciones con muchos países, acorde con la política de America First. Esto conduce inexorablemente a acelerar los esfuerzos de gobiernos de otras partes del mundo, tanto aliados como rivales (Rusia y China, según plantea la presente estrategia de seguridad nacional estadounidense), para prepararse para un mundo en que Estados Unidos siempre será así. Todos hemos visto como, desde la agresión a Irak, el gobierno estadounidense se halla fuera de control, como ha planteado Vijay Prashad [1]. Es lógico que, en esta tesitura, salga reforzado el mundo multipolar y que los dirigentes norteamericanos tengan que aceptar que su país ya no es la potencia hegemónica.

Crecen los temas de contradicciones entre Estados Unidos y China y la narrativa de Washington contra Beijing es cada día más mordaz, dando lugar a que la segunda adopte medidas para garantizar que las acciones norteamericanas para ralentizar su desarrollo le hagan el menor daño posible. Quisieran que la ruta de la seda no avance, pero para China esa es la forma de salir de la dependencia de los mercados europeos y estadounidense. Ahora, Estados Unidos acelera la estrategia de cercar militarmente a China. El pasado 28 de mayo, el Congreso Nacional del Pueblo de China aprobó la propuesta para imponer una nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong, lo cual ha desatado protestas de algunos sectores en esa región administrativa especial, críticas internacionales y amenazas de Washington. La ley tiene como objetivo prevenir, detener y sancionar actos en Hong Kong que amenacen la seguridad del país, como actividades secesionistas y subversivas, o la injerencia extranjera y el terrorismo.

Irán, vieja y sabia nación, edifica aceleradamente un oleoducto, en previsión de que un conflicto en el Estrecho de Ormuz pueda afectar su comercio petrolero y, por supuesto, para garantizar la seguridad de las vías de su comercio con Asia. Netanyahu y su grupo, en Tel Aviv, aprovechan la necesidad que tiene Trump del lobby judío en las elecciones venideras y se siente fuerte, con el respaldo de la Administración norteamericana, para desarrollar sus planes expansionistas en la Cisjordania palestina ocupada y el Valle del Jordán, desestabilizar el Líbano y continuar atacando a Siria.

Gerardo Lissardy, de la BBC MUNDO, el 12 de junio del 2020 señalaba que: “En un país como Estados Unidos, maltrecho por una pandemia y el desplome de la economía, dividido bajo la presidencia de Donald Trump y crispado por problemas raciales [2], algunos se preguntan si puede caber otra crisis¨, y yo añadiría que, en momentos como los que vive hoy el mundo, eso es imposible. Ha causado indignación, según informó Hispantv, el 25 de junio, un video que muestra a tres policías de Carolina del Norte haciendo comentarios racistas y discutiendo sobre cómo matar a los negros norteamericanos. Según documentos publicados por el departamento de policía de Wilmington, una grabación, hecha desde una cámara de un vehículo policial, revela a tres policías de esa localidad haciendo también comentarios racistas amenazantes. El jefe de la oficina policial dijo que dicha actitud no será tolerada. Los hechos, hechos son, y una cadena de ellos ofrece una realidad: en Estados Unidos, hoy, el racismo está profundamente anclado en el imaginario de los blancos anglosajones, de los nacionalistas y los conservadores.

Es preciso señalar que Estados Unidos es una sociedad profundamente polarizada y Trump es resultado de ello. No fue él quien concibió esta polarización, pero la ha utilizado y empeorado para servir sus propios intereses. Igualmente, es necesario decir que ese país vive momentos de fractura social sin precedentes, en los que se evidencian aún más el desencanto y resentimiento de la población con el establishment. Esto se apreció más claramente durante la pasada elección de Trump. A dicha problemática debe agregarse, como afirma el National Bureau of Economic Research, la máxima autoridad académica del estudio de los ciclos de la economía, que Estados Unidos entró en recesión [3] en febrero de 2020, por primera vez desde 2009.

Trump tampoco ha tenido éxitos con los jueces que designó en la Corte Suprema para que favorecieran las causas ultraconservadoras de sus seguidores: esta semana, dichos jueces le han propinado tres derrotas: al denegar varias apelaciones sobre la Segunda Enmienda (derecho a las armas); fallar a favor de inmigrantes “dreamers”, y afirmar el derecho de gays y transexuales (LGBTQ) a no ser discriminados.

La republicana miembro del congreso, Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney, ha desafiado a Donald Trump, anunciando la posibilidad de otro candidato en las próximas primarias. Eso llama la atención porque su padre es una figura prominente dentro del Partido Republicano y ella es la número 3 de ese partido en dicho cuerpo legislativo.

Por otra parte, la Cámara y el Senado del estado de Mississippi, aprobaron este domingo el cambio de su bandera, la última que en Estados Unidos recuerda a los estados confederados defensores de la esclavitud. Las protestas contra el racismo y la violencia policial, desatadas por la muerte del afroamericano George Floyd, en Minnesota, han dado paso a la remoción, por parte de los manifestantes, de monumentos en honor a la Confederación que defendió la esclavitud durante la Guerra Civil o de Secesión (1861-1865). En esa misma línea, el rey Felipe, de Bélgica, expresó este martes, 30 de junio, según la agencia France-Prees: ‘su más profundo pesar por las heridas’ infligidas durante el período colonial en el Congo, una declaración inédita entre las potencias colonialistas. “Deseo expresar mi más profundo pesar por estas heridas del pasado, cuyo dolor se ha reavivado por las discriminaciones aún presentes en nuestras sociedades”, escribió en carta dirigida al presidente de la actual República Democrática del Congo.

El repunte de casos de covid-19 ha motivado el cierre temporal de las playas en La Florida. Los científicos habían advertido sobre un posible rebrote, pero no les creyeron. Con esta pandemia no puede haber precipitaciones. En las últimas 24 horas, la tasa de contagios en La Florida aumentó 7,8 por ciento con respecto al día anterior. Las autoridades de ese estado sureño estadounidense, reportaron que en la última jornada se registraron más de 9.500 nuevos casos positivos a la Covid-19, lo que hasta ahora constituye la cifra más alta. Durante una entrevista concedida a la cadena estadounidense CNN, Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, manifestó que la “ventana se está cerrando” para que Estados Unidos controle la pandemia de coronavirus, ya que los casos confirmados van en aumento en casi todo el país y algunos estados están lidiando con números récord de hospitalizaciones. “Las cosas son muy diferentes a las de hace dos meses (…) la situación actual es muy, muy grave y la ventana se está cerrando para que podamos tomar medidas y tener esto bajo control”, citó Hispantv el 29 de junio.

En medio de esta situación en la Florida, un grupo ultra derechista, fanático, se manifestó en contra del uso de la mascarilla, las medidas de distanciamiento social y, en tono provocador y agresivo, rechazaron las normas de protección contra la Covid-19, planteando que Estados Unidos no es un país comunista y si una democracia. Grupos como estos se han visto en varias ciudades norteamericanas, instigando a promover actos y manifestaciones violentas. Cualquier semejanza con actitudes similares en la Alemania de los años 30 del pasado siglo, no es pura casualidad.

En Diálogos de cuarentena, de Juan Manuel Palomino Domínguez con Felipe Neto [4], este expreso: “Nuestro Ministro del Medio Ambiente está vendiendo y destruyendo la selva amazónica de una manera aterradora. Los pueblos indígenas de Brasil están seriamente amenazados por un gobierno de extrema derecha que dice abiertamente que los odia. La política internacional de Brasil está controlada por lunáticos que creen que la Tierra es plana. No tenemos un Ministro de Salud en medio de la mayor pandemia del siglo y el Presidente repite en todo momento que la gente salga a la calle como si nada sucediera. Estamos enterrados en tantos problemas que es imposible luchar contra todos ellos. El sentimiento del brasileño consciente es de pura desesperación.” ¿Cómo es posible que un país tan importante, desde todos los puntos de vista, como Brasil (segundo país con la mayor cantidad de personas infestadas por el coronavirus) y de tanta incidencia en la región, tenga como presidente a alguien tan irresponsable como Jair Bolsonaro?

No obstante tener Brasil un número creciente de muertes cada día, las ciudades han comenzado a abrir tiendas, centros comerciales, plazas y eventos. La OMS sigue insistiendo que la pandemia está en expansión y, por tanto, es importante continuar con las medidas de protección; de hecho, estamos lejos de controlar el mal. Como muchos países continúan con los planes y medidas de relajamiento de las cuarentenas, ello hace pensar que el crecimiento del coronavirus continuará. Se ha ido imponiendo el negocio antes que la salud. ¿No es tiempo de que la Asamblea General de las Naciones Unidas y, en especial, el Consejo de Seguridad, tomen cartas en el asunto?

“Son 10 millones, pero 10 millones registrados”, puntualiza Jeffrey Lazarus [5]. En Estados Unidos, donde suman casi dos millones y medio de casos, el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ha advertido recientemente que, en realidad, habría que multiplicarlos por un mínimo de 10. “No sé por qué número deberíamos multiplicar en todo el mundo, pero puede que estemos hablando de 50 o de 100 millones”, dice Lazarus. La situación más complicada está en Estados Unidos y países de América Latina como Brasil y Chile, pero “también suben muy rápido la India e Irán”, asegura. Esas aseveraciones son muy serias y están muy cercanas a la realidad, teniendo en consideración los millones de seres humanos sin acceso a la salud en muchas partes del mundo. Sin dramatismo alguno, puede decirse que el mundo vive hoy horas angustiosas y una situación de incalculables consecuencias para la especie. Además, los niveles de contagio están aumentando, mientras que las reservas de alimentos en algunas regiones ya son bajas, según el Programa Mundial de Alimentos.

Sumado a todo lo anterior, señala el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Tijani Muhammad Bande, debido a la pandemia de Covid-19, de 42 a 66 millones de niños podrían caer en la pobreza extrema,

Lo cierto es que la pandemia ha contribuido decisivamente a agravar la situación económica mundial, ya amenazada por la crisis sistémica del capitalismo en los países que enarbolaron el neoliberalismo como el non plus ultra del desarrollo. El futuro pos-pandemia no será fácil, ni para las grandes potencias ni, por supuesto, para los países empobrecidos y dependientes de Asia, África y América Latina.

Tenemos que reinventarnos en la cotidianeidad. ¿Seremos capaces de hacerle frente a este enorme desafío? Hay que construir una humanidad distinta. Hay muchos fenómenos surgidos al socaire de la pandemia, para los cuales no ha habido respuestas, por ejemplo, el ser humano se ha hecho cada vez más dependiente de su teléfono celular y una buena parte de la humanidad solo existe a través del móvil. ¿Hemos pensado en las consecuencias, cuando cada día aumentan las referencias a George Orwell y a su obra 1984?

Notas

1) Historiador indio, director del Instituto Tricontinental y autor de 25 libros sobre el continente asiático

2) En la base del racismo están los siglos de esclavitud e incorporado a la subjetividad del hombre norteamericano, del mundo simbólico, del modo en que las marcas de la memoria logran implantarse en el imaginario de dominadores y dominados

3) Los analistas suelen considerar recesión al efecto de dos cuatrimestres consecutivos de contracción económica, lo que sitúa los orígenes de la crisis económica en el último período del año 2019, antes de que ese virus entrase en escena.

4) Comenzó su carrera como influencer digital en 2010 y hoy es uno de los influencers digitales más influyentes del mundo. Tiene casi 39 millones de seguidores en Youtube, 12 millones de seguidores en Twitter y similar cantidad en Instagram.

5) Epidemiólogo e investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en conversación con EL PAÍS