Nota edición: Una gran parte de la opinión, formada por décadas de «guerra fría» entre «Oriente y Occidente», llega incluso a ignorar que la URSS era el principal adversario de Alemania A medida que los años de guerra se alejen, los rusos serán desposeídos de su victoria. Por el contrario, con el tiempo, los crímenes […]
A medida que los años de guerra se alejen, los rusos serán desposeídos de su victoria. Por el contrario, con el tiempo, los crímenes del nazismo y de los diversos fascismos se perciben con cierta indulgencia : es esencialmente el Holocausto lo que sigue siendo central en la memoria occidental.
El discurso es simple : «La única barbarie criminal durante la Segunda Guerra Mundial es el exterminio de los judíos. No conduce a una condena del pueblo alemán, que rápidamente tuvo la capacidad de cambiar su cultura política, lo que resultó en «una disminución general y constante del antisemitismo». Según cierta historiografía, los eslavos fueron considerados de pertenecer a una «subhumanidad», pero ¡»sin la intensidad» del antisemitismo! Las creencias antieslavas no habrían sido tan «centrales» como el antisemitismo …
Una gran parte de la opinión, formada por décadas de «guerra fría» entre «Oriente y Occidente», llega incluso a ignorar que la URSS era el principal adversario de Alemania : la memoria de la intervención estadounidense (desembarco en Argelia, Italia y Francia) junto a algunos «franceses libres» que se alimenta sistemáticamente tiende a borrar en las mentes que la URSS había jugado un papel determinante en la victoria de los Aliados. En 1960, señala la historiadora A. Lacroix-Riz, el 57% de los franceses todavía conocía el papel de los rusos; en 2004, el porcentaje alcanza solo el 20%. El sacrificio masivo del pueblo ruso se pasa por alto. En 2014, las autoridades francesas y los medios llegan incluso a cuestionar la necesidad de invitar a Rusia a las ceremonias de aniversario del desembarco de Normandía…
En dirección de quienes aún mantienen su recuerdo, se acusa al Ejército Rojo de no haber tenido una «moral» : se le atribuye de forma retrospectiva un carácter brutal y amenazante, culpable de «agresión» contra las «democracias». Sin embargo, no hay ninguna razón fundamental para temerlo, porque, como lo planteaba Caspar W. Weinberger, Secretario de Defensa de los Estados Unidos en 1982, «las mejores fuerzas de defensa en el mundo son las de los pueblos libres». En otras palabras, según Estados Unidos, el Ejército que liberó a Europa es el de un pueblo esclavizado. Se rechaza «el espíritu de mayo de 1945». Al diabolizar a Stalin, debido a sus prácticas represivas internas, se pretende diabolizar al Ejército que combatió por restaurar el territorio de la Rusia histórica, la de Pedro el Grande, incluyendo a los países bálticos.
El clima está lejos de ser el del juicio de Nuremberg, cuando los representantes de todos los Aliados denunciaron por la voz del juez inglés Dodd el «horripilante» tratamiento de los prisioneros de guerra soviéticos (por ejemplo, el exterminio a partir de 1941 de 2.000 prisioneros rusos en el campo de Flossenbourg), mientras que el fiscal británico Hartley Shawcross recordaba que Hitler estaba preparando la invasión de Rusia desde 1940 (declaración de Ribbentrop), uniéndose a las requisiciones del abogado estadounidense Alderman.
En la audiencia del 7 de enero de 1945, la acusación británica obtiene la confesión del general de la SS Bach Zelewski : «el propósito de la campaña rusa fue para diezmar la población eslava matando a 30 millones.» Nadie negó en Nuremberg el papel de la Rusia soviética ni el precio que tuvo que pagar. En aquel momento, nadie situa en el mismo nivel de compromiso el Pacto del antikommintern (de Alemania, Japón e Italia en 1936-1937) dirigido en su principio mismo en contra de la Unión Soviética, y el pacto germano-soviético, puramente táctico. Sin embargo, hay quien se atreve a escribir en 1992, que gracias al «caos revolucionario en Europa occidental, provocado por el conflicto, Stalin podría hacer de una intervención final del Ejército Rojo, la razón última para establecer por fin el comunismo en todo el continente»!
Una cierta historiografía occidental, de ese modo, negando los hechos y las correlaciones de fuerzas reales, reconstruye la Historia haciendo de una Rusia amenazada y a la defensiva, en los años 1930-1940, una potencia agresiva con objetivos revolucionarios.
Extracto del libro Rusofobia, ¿Hacia una nueva guerra fría?
Fuente: https://www.investigaction.net/es/la-guerra-fria-o-como-borrar-la-gran-guerra-patriotica/