Traducido por Caty R.
Kosovo declaró su independencia, unilateralmente, el 17 de febrero de 2008. ¿Cómo será el Kosovo de mañana? Al reconocer la independencia de Kosovo -que actualmente alberga la mayor base militar estadounidense del mundo- Estados Unidos, Alemania, Francia y Suiza, ¿no están infringiendo el Derecho Internacional, creando una nueva injusticia con respecto al pueblo serbio, avivando rescoldos y, de esta forma, preparando el terreno para nuevos enfrentamientos violentos en los Balcanes? Sobre este asunto entrevistamos al senador (del Partido Radical Democrático suizo) Dick Marty, en su calidad de presidente de la Comisión de política exterior del Consejo de los Estados de la Confederación Helvética.
Suiza reconoció inmediatamente la independencia de Kosovo. En el marco de la Comisión de política exterior del Consejo de los Estados de la Confederación Helvética, de la que es presidente, usted no estaba a favor de que Suiza se precipitara en el reconocimiento de Kosovo mientras que, por su parte, la ministra suiza de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey, desde 2006, había afirmado claramente que Kosovo tenía derecho a la independencia. ¿Este reconocimiento no sienta un precedente peligroso?
¡Nunca he comprendido la posición de Calmy-Rey! Habría sido comprensible que se refiriera a la autonomía, a una solución confederal a la manera del modelo suizo. En el marco de la Comisión de política exterior, donde teníamos que emitir nuestro dictamen, recibimos una información incompleta. El Departamento de Asuntos Exteriores nos presentó un expediente prácticamente vacío: la versión del Derecho Internacional, según la opinión del Departamento, ocupaba una página y media. Eso es todo. Muchos comisarios no estaban bien informados. Todos los socialistas votaron la independencia de Kosovo por simple reflejo, en defensa de su Consejera federal.
Entonces, ¿la precipitación de Suiza en este asunto le sorprendió?
No entiendo que el Consejo federal no haya esperado más. Hay algo que se me escapa. La independencia de Kosovo no se decidió en Pristina. La mayoría de los países no han reconocido a Kosovo y no lo reconocerán.
Al reconocer a Kosovo, ¿piensa que Suiza, un pequeño país neutral, mete baza en un engranaje de intereses vinculados a los objetivos estratégicos de las grandes potencias de la OTAN?
Compruebo que el Derecho Internacional y la neutralidad son un poco como el parmesano. Se echa a la pasta según la salsa con la que se cocine. Sabemos que con algunas salsas no se pone parmesano. Si es pasta con gambas, la cocina italiana recomienda no poner parmesano. Si se trata de pasta boloñesa, el parmesano es bienvenido. Con esto quiero decir que, cada vez más, se invocan la neutralidad y el Derecho Internacional cuando interesan y se olvidan cuando son molestos.
El Derecho Internacional me parece totalmente claro en la cuestión de Kosovo, y la neutralidad también. La Resolución 1244 del Consejo de Seguridad señala, en tres ocasiones, la integridad del territorio serbio y dice que Kosovo es una provincia serbia que será administrada temporalmente por la comunidad internacional. Rusia nunca habría aceptado esta Resolución si no señalara la integridad del territorio de Serbia. Esta Resolución sigue actualmente en vigor porque únicamente el Consejo de Seguridad puede modificarla o anularla.
Cuando en 1999 los ejércitos a las órdenes de la OTAN bombardearon Serbia sin la autorización de la ONU, Suiza prohibió que los aviones de la OTAN sobrevolaran su territorio, porque se trataba de una agresión ilegal. Pero en esa guerra, incluso en Suiza, los medios de comunicación y numerosos políticos justificaron los bombardeos diciendo que era necesario liquidar a Milosevic.
Siempre he opinado que había otras formas de resolver esta cuestión ya que, al bombardear Serbia, se bombardeó a la población civil y se utilizaron municiones que contenían uranio empobrecido. Actualmente conocemos las consecuencias para la salud. He hablado con especialistas en oncología. Todos coincidieron en que hay un desarrollo anormal de tumores en esa región desde los bombardeos de la OTAN. Pocas personas se atreven a hablar de esta catástrofe. Las propias autoridades serbias no tienen interés en hablar. Eso pondría a Serbia en una posición intolerable, ya que equivaldría a tener que admitir que no se pueden seguir consumiendo los productos agrícolas contaminados.
Constato que los Gobiernos no dicen la verdad a los ciudadanos y que eso no es digno de una democracia. Aunque, en algunos casos, quizá la OTAN pueda tener razones para intervenir. Pero lo que lamento son las mentiras, la falta de transparencia.
Por lo tanto, en el caso del reconocimiento de Kosovo, ¿hay una clara violación del Derecho Internacional y de la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad?
Sí. En el Derecho Internacional, la autodeterminación de los pueblos está sujeta a toda una serie de condiciones. Es necesario, en particular, que exista un pueblo reconocido como tal. Lo que manifiestamente no es el caso Kosovo. Hasta ahora las Naciones Unidas nunca han reconocido a un país que se desgajó de otro contra la voluntad del país del que formaba parte.
Por otra parte en Suiza, cuando Jura quiso crear un nuevo cantón separándose del cantón de Berna, hubo toda una serie de votaciones. Es obligatorio que la gente esté de acuerdo y el cantón de Berna también tuvo que votar. Suiza entera tuvo que votar.
Las autoridades serbias aceptaron renunciar a Montenegro en 2007. Votaron en el Consejo de Europa para que Montenegro fuese admitido como nuevo miembro. Por lo tanto no es real que los serbios no quieran liberar a nadie; los vi votar en Estrasburgo, sin entusiasmo, pero no se opusieron. Las relaciones entre Serbia y Kosovo son diferentes que con Montenegro, que ya fue anteriormente una república.
Pero nos dicen: «Kosovo es diferente, fue víctima de abusos por parte de Serbia». Constato que la comunidad internacional administra Kosovo desde hace diez años y que, tras estos diez años, Kosovo tiene una economía inexistente y se ha convertido en un foco del crimen organizado, del tráfico de drogas, de armas y de seres humanos. Constato que no hay una auténtica sociedad civil que esté en condiciones de poner en funcionamiento una verdadera institución democrática, y que lo que hay allí son diversas minorías que viven protegidas por las tropas internacionales.
Durante estos años que Kosovo ha estado bajo el protectorado internacional se han quemado algunos monasterios e iglesias ortodoxas ante la indiferencia total de los medios de comunicación internacionales. Desde 1999, 250.000 serbios han tenido que abandonar Kosovo.
No rechacé el reconocimiento de la independencia; dije: esperemos a ver si se trata de verdad de un Estado independiente que está en condiciones de proteger a sus minorías. ¿Por qué no hemos esperado? No lo entiendo.
Alguien me ha dicho: «Suiza, con todos los problemas que ya tiene con Bruselas, y los de fiscalidad con Alemania, no debería contradecir a Bruselas y a Alemania, que es el país que promovió la independencia de Kosovo». Esa es una de las explicaciones que me han dado oficiosamente.
Está claro que en esa zona hay una fractura entre los países de la OTAN y Rusia. Se va a crear un bastión contra Irán, que no está lejos, pero sobre todo contra a Rusia. Estas consideraciones tendrían que habernos inducido a ser más prudentes. Otros dicen: «Hay un 10% de albaneses de Kosovo que viven en Suiza. Hay ciertos intereses especiales». ¡Pero ese no es un argumento!
Lo que me choca es que tengamos esta actitud cuando la Serbia actual no tiene nada que ver con la Serbia de Milosevic. En enero de 2008, ha habido en Serbia unas elecciones que todos los observadores internacionales reconocieron como libres y democráticas. Los serbios demostraron una madurez y un valor notables: eligieron al candidato pro europeo a pesar de que no era una elección fácil para ellos después de 10 años de bloqueo por parte de Europa. ¿Y qué hace Europa, qué hace el mundo occidental? Incitan a Kosovo a la independencia justo después de esa votación, empujando Serbia hacia el campo ruso y humillándola. Me parece absurdo.
La Unión Europea, sobre todo, podría haber hecho una declaración dirigida a todos los países de la región y decirles: se les propone a todos un contrato de asociación con la Unión Europea y Kosovo gozará de una amplia autonomía. El presidente serbio, Tadic, vino al Consejo de Europa y, aunque era difícil para él, declaró ante los representantes de 47 países: «Estamos de acuerdo en reconocer la más amplia autonomía posible en Kosovo». No quisimos aprovechar esa ocasión. No lo comprendo.
Lo que es preocupante actualmente es ver que, a pesar de las enormes posibilidades que tenemos de informarnos -a través de Internet por ejemplo-, nunca hemos estado tan expuestos a ser víctimas de la intoxicación. Sobre lo que pasó en los Balcanes hay una intoxicación bastante notable. Nos presentaron al Ejército de liberación de Kosovo (UCK) como si fuese una organización de hermanitas de la caridad.
Original en francés: http://www.voltairenet.org/article155903.html
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y la fuente.