Este artículo se refiere a la sinuosa conducta política de la izquierda peruana, aquella que engorda como chancho en los pasillos del parlamento, o en alguna instancia del Estado. También están bien instalados en las cúpulas podridas de los sindicatos, y en las organizaciones no gubernamentales (ONG) (actualmente hay más de 1,500 ongs en el […]
Este artículo se refiere a la sinuosa conducta política de la izquierda peruana, aquella que engorda como chancho en los pasillos del parlamento, o en alguna instancia del Estado. También están bien instalados en las cúpulas podridas de los sindicatos, y en las organizaciones no gubernamentales (ONG) (actualmente hay más de 1,500 ongs en el Perú). Esta izquierda, útil en los planes políticos de los regímenes peruanos y del imperialismo, no tiene límites para el mercenarismo y la colaboración con los gobiernos de turno. Esta mal llamada izquierda, a pesar de su descomposición sigue siendo un peligro, casi como un cáncer, que hay que extirpar del seno de los pobres del Perú. Sin excepción, todos los partidos de la izquierda oficial, llámese «Patria Roja», el Partido Democrático Descentralista (liderado por Javier Diez Canseco), el Partido Socialista de los Trabajadores (trotskistas), el Partido Comunista del Perú (ex pro soviético), son cómplices de la represión y el crimen en Perú. Fueron aliados de Alan García, de Alberto Fujimori, y de Alejandro Toledo. Ahora, se alistan para colaborar con el reemplazante de Toledo. Apuntan a sostener nuevamente la campaña electoral del reaccionario y pro imperialista Alan García. En esta nota analizamos a rasgos generales, la actitud de esta izquierda en el paro del 14 de julio pasado, acción que demagógicamente fue presentado por ellos como «decisiva» para el cambio de la situación del país, pero que en concreto sirvió para que Toledo esquive y se ponga a salvo de una posible explosión social.
La izquierda peruana, es algo parecido al mimo de la época romana. Este personaje era una mezcla de actor, cantante y mimo. En general era esclavo y la suerte de este dependía de los caprichos y exigencias de cada Emperador. César Augusto, Tiberio y Calígula fueron los emperadores que más usaron la habilidad de los mimos para divertir a un pueblo hambriento y haraposo. El destino del mimo estaba enganchado a la suerte de los poderosos, y en la etapa decadente del imperio romano el mimo presenta un espectáculo «nauseabundo y despreciable» como señala Peter Roberts. En Perú lo que se conoce como izquierda tiene mucha similitud con el mimo de la antigua Roma. Esta izquierda también hace contorciones para distraer un pueblo hambriento y desesperado. Y salta y baila al ritmo de los gobernantes de turno. Su miserable destino también está enganchado a la bancarrota y degeneración política de un Estado que se cae a pedazos. Y es por ello, que esta izquierda presenta un espectáculo nauseabundo lumpenizado como el mimo de las épocas remotas de Roma
Y cuando decimos que esta izquierda salta al ritmo de la música del poder del momento no exageramos en nada. Los más recientes hechos se refieren a 1985 cuando apoyaron la candidatura electoral de Alan García Pérez y a quien ayudaron a hundir al país. Ahí bailaron con la música del reaccionario Partido Aprista (APRA) y cuando el gobierno de García estaba al tope de la desgracia política los izquierdistas peruanos se convirtieron en «oposición». Como las ratas, fueron los primeros que abandonaron el barco cuando este se hundía con rapidez. También en 1990 salieron a las calles y organizaron grandes movilizaciones para sostener la campaña electoral de Alberto Fujimori, a quien sirvieron de buenas ganas hasta 1993. Cuando ya nadie daba media peseta por un gobierno mafioso y criminal, los izquierdistas se convirtieron en «oposición» y salieron a las calles a buscar un nuevo candidato presidencial que los engorde desde el Estado. En el año 2000 se subieron al carro del movimiento «los cuatro suyos» para llevar al poder del Estado al «cholo Toledo», a quien sin remordimientos calificaron de gobierno histórico. Y también en este caso, como antes lo hicieron con Alan García, y después con Fujimori, al ser evidente la bancarrota del gobierno toledista, han comenzando a saltar apresuradamente del barco a punto de irse al fondo. Como de costumbre se han declarado «opositores» y críticos de un gobierno que ellos apuntalaron en las elecciones presidenciales, desde el parlamento, desde los medios de comunicación, y desde los sindicatos.
Pero la historia de esta izquierda de mimos no se detiene ahí. En el paro nacional del 14 de julio pasado nuevamente salieron a las calles, no para defender los intereses de los pobres del Perú, sino más bien para estafar una vez más a las masas y darle un respiro social a los actuales gobernantes. Esta estafa se presentó envuelta en papel de regalo y fue rodeada de juegos artificiales. Se reclamó una «Asamblea Constituyente», y se pidió «cambiar el modelo económico» del país. Exigieron hipócritamente que Toledo deje el poder, pero sin embargo los mismos dirigentes del paro del 14 de julio, pidieron rastreramente al gobierno realizar reformas en «bien de la continuidad de la democracia y del Estado de derecho» (léase continuación del hambre, la corrupción y el saqueo del país).
Esta izquierda de mimos, no se quedó en la pantomima de un paro arreglado con el gobierno, sino que incluso sacaron a relucir sus mejores argumentos (viejo libreto) para seguir estafando a los pobres del país. En una retahíla interminable de planteamientos que más fueron sebo de culebra que razonamientos justos y correctos de la lucha del pueblo, volvieron a realizar piruetas y contorciones para agradar al poder de turno. Antes del paro del 14 no faltaron algunos «analistas» y voceros de esa izquierda pérfida que se lanzaron a hacer grandes elucubraciones, incluso hubieron algunos que mágicamente sacaron conejos del sombrero para decir que con el paro nacional del 14 de julio se «cerraba un ciclo político y se habría otro nuevo», y que nada volvería a «ser como antes de esta medida de lucha». (Raúl Wiener, julio 2004). Pero hubo también otros que gritaron que el pueblo peruano «estaba ingresando a momentos históricos y trascendentes. (Fuerza de Izquierda Socialista 12-Julio-2004). Y así, cada grupo de esta izquierda de payasos, actualizó su discurso mofletudo elaborado exclusivamente para seguir traficando con las expectativas de los pobres del país. En esta dirección, no faltaron lo que se preguntaron: ¿A dónde va el Perú luego del paro del 14?, y en una transacción monologante se respondieron: «La respuesta es obvia: el pueblo peruano avanza hacia la construcción de su propio poder». (Hugo Adán, 13 de julio 2004). Hasta las organizaciones no gubernamentales (ONG) bastantes acostumbrados a convivir con los regímenes de turno, se pronunciaron para afirmar que con; «el Paro Nacional deberá contribuir al curso democrático que el país requiere: pondrá en la agenda pública los problemas sustanciales que deben ser debatidos y resueltos …».( Aprodeh 13 de julio 2004). (1). Y el mismo Alan García Pérez, ex presidente peruano se lanzó al ruedo y sin escrúpulos dijo, que «con la convocatoria del paro nacional del próximo 14 de julio, en el país se ha trazado una línea divisoria entre los que quieren un cambio de política y están insatisfechos con el actual régimen y aquellos que respaldan la frivolidad, insensibilidad y viajes palaciegos. (24 de junio 2004).
Este paro arreglado entre mafiosos ha dejado buenos dividendos al gobierno. Tal es el caso que los mismos analistas políticos de la policía y de las fuerzas armadas lo reconocen así. Por ejemplo, Raúl Gonzáles, conocido «senderólogo» enganchado en el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) que durante 10 años manejó Vladimiro Montesinos, acaba de referirse en tono sarcástico en torno a los resultados del paro. Gonzáles ha señalado que esta paralización de los trabajadores «no fue ni el incendio de Roma de Nerón ni las praderas humeantes de las que hablaba Mao luego que una chispa las incendiara. El Presidente peruano no fue echado de Palacio de Gobierno ni el régimen político se desestabilizó. Por el contrario, fue un Paro muy distinto a los que el Perú ha conocido en los últimos treinta años. Sobre todo, por la ausencia de violencia en las calles, tanto de los manifestantes como de la policía». (Raúl Gonzáles, julio 2004). Como se ve, Gonzáles como analista de la policía o como «senderólogo», no está muy despistado de los alcances políticos y de los beneficios que recibió el gobierno con este paro.
Pero es el mismo Alejandro Toledo, el que ha confirmado que el paro del 14 de julio ha servido para afirmar sus planes políticos hasta el 2006. Toledo señaló el mismo día 14 que el paro no ha dejado «ni ganadores ni perdedores, ha ganado el país» afirmó, y hablando de los dirigentes de la huelga dijo: «Felicito a los organizadores, porque han hecho un paro que es un derecho y yo lo escucho, mi gobierno escucha». En efecto, fueron los mismos dirigentes de la Confederación de Trabajadores del Perú (CGTP) lo que se encargaron de advertir a los trabajadores que esta acción era «cívica y pacifica», y gritaron para la publicidad que ellos rechazaban «cualquier tipo de violencia». «La directiva que hemos dado es rechazar cualquier tipo de provocación violenta» (declaraciones de este dirigente a la prensa peruana). Toledo no estaba nada despistado, cuando agradeció a los organizadores de este paro. ¿Cómo no iba a estar contento?. El sabía que la cúpula de la CGTP, se había montado en la ola huelguística, precisamente para erradicar cualquier manifestación de los trabajadores que pudiera atentar contra la estabilidad del Estado peruano. El mismo día del paro Juan José Gorriti, secretario general de la CGTP hizo un puente bondadoso hacía Toledo, y manifestó: «Si el gobierno quiere continuar y resintonizar con el pueblo peruano, debe tomar con seriedad este paro y hacer las correcciones del caso ahora. De no ser así, vendrán otras acciones de fuerza, hasta que al presidente ya no se le pida cambios sino se le pida su salida». Y como premio consuelo, el dirigente sindical agregó que el presidente «debe ver la forma de convocar a una Asamblea Constituyente e ir a un cambio de la Constitución que signifique diseñar los pilares sobre los cuales debemos reconstruir nuestro país».
¿Qué conclusión?
La primera conclusión que deja este paro, es que la más grande debilidad del movimiento obrero y popular del Perú, sigue siendo su carencia total de una dirección política y de dirigentes probos y clasistas en los sindicatos. Las centrales obreras, las federaciones y los sindicatos siguen en poder de una costra infecta y mafiosa que tiene muchos intereses políticos y económicos en el Estado. Veamos algunos ejemplos que grafican este hecho: Mario Huamán Rivera, militante del denominado «Partido Comunista Peruano», ex pro soviético, y presidente de la CGTP, es parte de la burocracia dorada del Estado. Es miembro del directorio de EsSalud (institución del Estado encargada de seguridad social en la salud) y recibe mensualmente 4,500 dólares (15,210 soles), mientras que el salario mínimo mensual de un trabajador es de 35 dólares (120 soles).
Una segunda conclusión es que este paro, surgido a contracorriente de una lucha verdadera mente clasista, deja como principal beneficiario (a corto plazo) a Alan García y su partido el corrupto partido aprista. Este hecho no pasó desapercibido para la mayor parte de los peruanos, incluso para los mismos huelguistas. El Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, en una reciente encuesta afirma que el 46.6% de los encuestados consideraba el Partido Aprista era uno de los beneficiarios directos. A pesar que Alan García fue uno de los abanderados del paro, no escapó a que en diferentes lugares del país, los huelguistas hayan apedreado a los corruptos militantes apristas que ocupan altos cargos en la administración del Estado.
Tercera conclusión de este paro, se refiere a que un paro por si sólo no cambiará la fisonomía política del país, y menos eliminará un gobierno como el que actualmente dirige el Estado peruano. Una caída de Toledo, si así fuere el caso, no modificará en nada la situación social de los peruanos pobres. Los ejemplos de Argentina, Ecuador y Bolivia, donde las masas se movilizaron para echarse a bajo a sus gobiernos, nos enseñan que no basta luchar simplemente contra tal o cual gobernante. En esos países vecinos, donde la izquierda tiene las mismas características a la del Perú, los cambios de gobierno resultaron una estafa para que nada cambie para los pobres. La lucha tiene que ser contra los grupos de poder, sus fuerzas armadas, sus partidos políticos e incluso contra esa izquierda de payasos que sirve de cómplice de burgueses, terratenientes y el imperialismo. Además, Alan García, corrupto, represivo y reaccionario, es la próxima llanta de repuesto de los grupos de poder y del imperialismo, y en tanto ello sería el gran beneficiario de la caída de Toledo.
Se equivocan o mienten descaradamente, todos aquellos que gritaron que con este paro, el «Perú ingresaba a una nueva etapa política», y que «ya no habría regreso hacia atrás». Como demuestra la realidad, Toledo sigue vigente y su sola preocupación es seguir saqueando los bienes del Estado. Un cambio de calidad en Perú, será el resultado de un proceso de lucha por el poder político del Estado. Y esta lucha sólo será posible cuando los trabajadores cuenten con su propia organización política de vanguardia. Ninguna asamblea constituyente, ningún circo electoral, ni otro tipo de maquinación burguesa, serán válidos para sacar del hambre, la miseria y marginalización a los pobres del Perú. Hablar de cambios a favor de los oprimidos, sin tocar la esencia opresora del Estado, del sistema y de los grupos de poder, es simplemente vender cebo de culebra a los peruanos pobres.
Notas:
(*). Sebo de culebra. Es una pomada que vendedores callejeros (ambulantes) venden en las plazas principales de Lima. Los comerciantes de este producto, conocidos como charlatanes, publicitan efectos maravillosos al sebo de culebra. Si alguien tiene jaqueca, diarrea, dolor de huesos, calambres, dolor de estomago, fiebre, y hasta gorronea, para sanarse basta que se frote cada mañana y cada noche con esta pomada. Esta pomada, a pesar de lo que dicen sus defensores, se elabora con inmunda grasa de chancho, pollos y otros animales domésticos. Es casi seguro que no contiene ni una pizca de grasa del famoso reptil.
1. Aprodeh (Asociación pro derechos humanos), es una ONG (Organización no gubernamental) vinculada a los funcionarios de los partidos de la izquierda oficial del Perú.
Bruselas, 13 de agosto 2004.