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Rota la OTAN, desaparecerá el único nudo vital de EE.UU. con el mundo

La mano ganadora de Putin

Fuentes: Information Clearing House

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

No hay instalaciones militares en la ciudad de Tsjinvali. De hecho, no hay ni un solo objetivo militar. Es un centro industrial que consiste de plantas madereras, manufacturas y áreas residenciales. También es la ciudad de 30.000 surosetios. Cuando el presidente georgiano Mikheil Saakashvili ordenó que la ciudad fuera bombardeada por aviones de guerra y por artillería pesada el jueves pasado, sabía que mataría a cientos de civiles en sus casas y vecindarios. Pero eso no impidió que ordenara el bombardeo.

No hubo una «Batalla de Tsjinvali»; es una ficción más. Una batalla implica la presencia de una fuerza opuesta que resiste o se defiende. Nada de eso en este caso. El ejército georgiano entró a la ciudad sin oposición; después de todo, ¿cómo pueden civiles sin armas detener a unidades armadas? La mayor parte de la gente de la ciudad ya había huido a través de la frontera hacia Rusia o se había ocultado en los sótanos mientras los tanques y los vehículos blindados pasaban disparando a todo lo que se movía.

Lo que ocurrió en Osetia del Sur el jueves pasado, no fue una invasión o un sitio; fue una masacre. La gente no tuvo manera de defenderse contra un ejército moderno completamente equipado. Fue un crimen de guerra.

En menos de 24 horas, el ejército ruso fue enviado a la zona de guerra y puso en fuga al ejército georgiano sin combate alguno. El periodista Michael Binyon lo describió como sigue: «El ataque fue breve, intenso y letal – suficiente para que los georgianos huyeran en un pánico humillante.» Por cierto, los georgianos partieron con tanto apuro que dejaron atrás muchas de sus armas. Fue una derrota total; otro ojo a la funerala para los asesores de EE.UU. e Israel que entrenaron al tumulto de matones que llaman ejército georgiano. Pronto los vendedores callejeros en Tsjinvali ofrecerán armas abandonadas con un letrero burlón: «M-16 del ejército georgiano: Sin uso, caído a tierra sólo una vez.»

Para cuando el ejército había sido expulsado, el área del centro estaba envuelta en llamas y los cuerpos de los que habían sido muertos por francotiradores yacían en calles y aceras. Mucha gente que se quedó en la ciudad era simplemente demasiado vieja o enferma para irse. En su lugar, se acurrucaron en sus sótanos esperando que terminaran los bombardeos. Fue un baño de sangre. El único hospital de la ciudad fue atacado y destruido deliberadamente; otro crimen de guerra. Al final del día, más de 2.000 personas habían sido muertas en una operación que había sido claramente preparada con la ayuda de la Casa Blanca de Bush. Bush considera a Saakashvili como su principal cliente en la región; son amigos. Es el instrumento de EE.UU. en el Cáucaso. La tarea de Saakashvili es tratar de lograr que Putin reaccione de manera exagerada en lo militar y demuestre a los aliados europeos que Rusia sigue planteando una amenaza a su seguridad nacional. Por suerte, muchos europeos ven más allá del ardid y saben que el problema se origina en Washington.

En su mayor parte, los estadounidenses siguen ignorando lo que sucedió en realidad el fin de semana pasado. Hay un excelente vídeo que circula en Internet, hecho por un ciudadano ruso que ha estado viviendo en EE.UU. durante los últimos diez años. Resume con gran precisión el papel de los medios de EE.UU. Dice: «Los medios occidentales – especialmente CNN – os alimentan con sandeces absolutas. Rusia no invadió primero a Georgia.» El youtube puede ser visto [en inglés] en: http://www.youtube.com/watch?v=0c26Q-qxDEA

La cobertura de los medios occidentales ha sido desastrosa. Casi cada artículo y secuencia noticiosa en la televisión comienza con acusaciones de agresión rusa, ocultando el hecho de que el ejército georgiano bombardeó e invadió la capital de Osetia del Sur todo un día antes de que el primer tanque ruso cruzara la frontera. Para cuando llegaron los rusos, la ciudad ya estaba en ruinas y había miles de muertos.

Estos hechos no son disputados por los que siguieron los acontecimientos cuando tuvieron lugar. Ahora los medios ajustan los hechos para manipular las percepciones del público, tal como lo hicieron con las ficticias armas de destrucción masiva en Iraq. Mucha gente piensa que los medios aprendieron su lección después de haber sido puestos en evidencia por utilizar información falsa que condujo a la guerra en Iraq. Pero no es así. Los medios corporativos – especialmente FOX News, CNN y PBS (el atildado canal que se pretende liberal) – siguen operando como brazo propagandístico del Pentágono. Es una desgracia.

En un referendo en 2006, un 99% de los surosetios dijo que apoyaba la independencia de Georgia. La participación fue de un 95% y la votación fue controlada por 34 observadores internacionales de Occidente. Nadie ha disputado los resultados. La provincia ha estado bajo la protección de mantenedores de la paz rusos y georgianos desde 1991 y ha sido un Estado independiente de facto desde entonces. Si Putin aplicara el mismo estándar que el que Bush usó en Kosovo, declararía unilateralmente la independencia de Osetia del Sur de Georgia, y luego se burlaría de la ONU. (si está bien que uno lo haga, está bien que lo haga cualquiera). Pero Putin y el recién elegido presidente ruso Dmitry Medvedev han adoptado una actitud conciliatoria hacia la comunidad internacional y tratado de resolver el problema a través de canales diplomáticos. Hasta ahora, se han comportado con comedimiento, y evitado toda confrontación.

A pesar de ello, la operación de Rusia en Osetia del Sur ha provocado una tormenta de fuego en el establishment político de EE.UU., y demócratas y republicanos por igual exigen que «se le dé una lección» a Rusia. Condoleeza Rice voló a Tbilisi el viernes y ordenó que las tropas de combate rusas se retiraran de inmediato de Georgia. Saakashvili coronó los comentarios de Rice diciendo que las tropas rusas eran «asesinos a sangre fría» y «bárbaros.» Y así hablan de reconciliación.

La retórica hiperbólica de Saakashvili fue seguida por un anuncio sorpresa de Polonia de que había aprobado planes de Bush para desplegar el Escudo de Defensa con Misiles en Europa Oriental. El sistema supuestamente defiende a Europa contra la posibilidad de ataques de así llamados «Estados canallas» como Irán, pero el Kremlin sabe que su propósito es neutralizar su arsenal nuclear. El analista político William Engdahl explica la importancia del sistema propuesto en su reciente artículo: «Missile Defense: Washington and Poland just moved the World closer to War» [Defensa con misiles: Washington y Polonia acaban de acercar al mundo a la guerra]

«La firma [del acuerdo] asegura ahora una escalada de tensiones entre Rusia y la OTAN y una nueva carrera armamentista de la Guerra Fría con toda su fuerza. Es importante que los lectores comprendan… la capacidad de una de las dos partes opuestas de colocar misiles antimisiles hasta dentro de 145 kilómetros del territorio de la otra incluso en una serie primitiva de misiles antimisiles de primera generación da a ese lado una victoria virtual en un equilibrio nuclear del poder y obliga a la otra a considerar una rendición incondicional o reaccionar preventivamente lanzando su ataque nuclear antes de 2012.»

El nuevo «escudo» será integrado al más amplio sistema de armas nucleares de EE.UU., colocando las armas más letales del mundo a unos pocos cientos de kilómetros de la capital rusa. Es una clara amenaza para la seguridad nacional de Rusia y hay que oponérsele a toda costa. No es diferente de armas nucleares en Cuba. La oportunidad del anuncio es particularmente inquietante ya que sólo se suma a las tensiones entre las dos superpotencias.

El presidente Medvedev hizo la siguiente declaración después de saber de la decisión de Polonia: «Esta decisión demuestra claramente todo lo que hemos dicho hace poco. El despliegue de las nuevas fuerzas antimisiles en Europa apunta a la Federación Rusa.»

El presidente Ronald Reagan, el bienamado de los neoconservadores, fue quien decidió eliminar las armas nucleares de corto alcance del teatro europeo. Ahora, irónicamente, es su heredero ideológico, George W. Bush, quien va en camino a reiniciar la Guerra Fría colocando un sistema nuclear de alta tecnología en el perímetro de Rusia. El Bush más joven ya ha roto el compromiso de su padre con Mikail Gorbachev de no expandir jamás la OTAN más allá de Alemania. Actualmente, Bush presiona para lograr la membresía en la OTAN de dos antiguos Estados soviéticos: Ucrania y Georgia. Si son aceptados, cualquier futura disputa con Rusia enfrentará a EE.UU. y Europa contra Moscú. No es ninguna maravilla que Putin trate de hacer fracasar ese proceso.

El gobierno de Bush se ha estado preparando para una confrontación con Rusia durante más de un año. De hecho, Raw Story informó sobre operaciones que fueron realizadas por los militares el 14 de julio de 2008 que fueron probablemente un ensayo general para el actual conflicto. Según Raw Story:

«Tropas de EE.UU. iniciaron el lunes (14 de julio) ejercicios militares cerca de la frontera rusa en la ex-soviética Ucrania y estaban listas para ser lanzadas en Georgia, en medio de tensas relaciones entre Moscú y Washington. Una ceremonia para inaugurar el ejercicio Sea Breeze-2008 de la OTAN fue realizada frente a la costa del Mar Negro de Ucrania en medio de protestas contra la OTAN y una reacción hostil de responsables rusos. Sea Breeze-2008… incluye a fuerzas de Armenia, Azerbaiyán, Bélgica. Gran Bretaña, Canadá, Dinamarca, Francia, Georgia, Alemania, Grecia, Latvia, Macedonia y Turquía… «Los ejercicios conjuntos de EE.UU. y Georgia serán realizados en la base militar de Vaziani, a menos de 100 kilómetros de la frontera rusa, con la participación de un total de 1.650 soldados.»

Por lo tanto, parece que el gobierno de Bush, trabajando junto con el Pentágono, tenía planes de contingencia para encarar un estallido con Georgia. El verdadero problema es si planificaron o no el inicio de esas hostilidades para impulsar su propia agenda regional. Nadie lo sabe con certeza.

Ahora, cuando el ejército de Georgia entrenado por EE.UU. ha sido humillado ante el mundo, Bush trata desesperadamente de salvar su dignidad exigiendo que Rusia permita que la Fuerza Aérea de EE.UU. entregue ayuda humanitaria, utilizando aviones militares C-17, a las decenas de miles de georgianos que fueron desplazados por los combates. Vale la pena señalar que, hasta ahora, Bush nunca ha entregado ni siquiera un saco de arroz a los dos millones de refugiados iraquíes que viven en Jordania y Siria debido a su guerra en Iraq. La magnanimidad de Bush no sólo es sospechosa, también crea verdaderos problemas para Putin quien tendrá que decidir si la oferta es sincera o sólo un ardid para abrir los puertos y aeropuertos a fin de entregar más armamento y munición. Como sugiere Barry Grey en su artículo «Bush despacha a fuerzas militares de EE.UU. a Georgia» la operación humanitaria podría ser un fraude:

«Se trata de una fórmula para una inyección de fuerzas militares y navales de EE.UU. a Georgia, de alcance y duración indeterminados. Ciertamente involucrará la presencia de cientos, si no miles, de personal militar uniformado de EE.UU. en el terreno, y de una cantidad sustancial de barcos de guerra en la región. EE.UU. está introduciendo esta fuerza militar a una situación que sigue siendo altamente inestable y combustible, aumentando así la posibilidad de un choque militar directo entre EE.UU. y Rusia.»

Grey tiene razón, ¿pero qué alternativa le queda a Putin? Su tarea es evitar una confrontación militar con EE.UU. mientras demuestra a sus socios europeos que su futuro reside en Rusia y no en EE.UU. Es el verdadero objetivo. Para lograrlo, tiene que desenmascarar a Bush como imprudente, petulante, e incapaz de ser un guía responsable del sistema global. Tal vez Putin tenga que ceder en algún momento y tragarse su orgullo; no importa. Lo que importa, es la jugada final; mostrar que Rusia es fuerte y de fiar y que suministrará seriamente a sus aliados europeos petróleo y gas natural. Es la mano ganadora. Por lo pronto, EE.UU. se verá obligado a echar una mirada muy necesaria al espejo y volver a estudiar su estrategia para una guerra perenne. Desgraciadamente, una vez rota la Alianza Atlántica, desaparecerá el único nudo vital de EE.UU. con el mundo.

Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article20535.htm