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Pakistán

La marcha contra los aviones espía de EEUU se queda a la puerta de Waziristán

Fuentes: Agencias

El líder opositor paquistaní Imran Khan no pudo llevar ayer la protesta contra los ataques de aviones espía de EEUU hasta el corazón de la región tribal de Waziristán del Sur, al ser bloqueada su marcha a las puertas de este feudo talibán. Acompañado de unos 5.000 simpatizantes de su Movimiento de la Justicia (PTI), […]

El líder opositor paquistaní Imran Khan no pudo llevar ayer la protesta contra los ataques de aviones espía de EEUU hasta el corazón de la región tribal de Waziristán del Sur, al ser bloqueada su marcha a las puertas de este feudo talibán.

Acompañado de unos 5.000 simpatizantes de su Movimiento de la Justicia (PTI), el popular ex jugador de críquet llegó incluso a cruzar la frontera con Waziristán desde la aledaña provincia de Khyber-Pakhtunkhwa.

Pero, a media tarde, las fuerzas del orden impidieron seguir avanzando por motivos de seguridad a la extensa caravana, que había partido el sábado desde Islamabad.

En su segundo día, el convoy recorrió bajo un intenso calor y en un ambiente festivo unos 50 kilómetros de estrechas carreteras desde la localidad de Dera Ismail Khan hasta su fin.

El camino estuvo salpicado de numerosos obstáculos; la policía y el cuerpo de la guardia de fronteras buscaron desgastar la marcha situando en diversos puntos barreras y grandes contenedores.

Los manifestantes, entre los que figuran unos 20 activistas de EEUU, vivieron un momento de euforia cuando el movimiento consiguió superar un control que parecía definitivo, pero finalmente las autoridades se mostraron inflexibles ante el temor a atentados.

En 2009, el Ejército paquistaní lanzó una operación a gran escala en Waziristán del Sur, pero la región sigue siendo uno de los mayores feudos de la insurgencia talibán y otros grupos yihadistas y es escenario de constantes escaramuzas.

Portavoces talibanes habían asegurado de hecho que no ofrecerían protección a este movimiento.

Khan fracasó así en su intento de alcanzar la población waziristaní de Kotkai, donde pretendía ofrecer un mitin, y optó por redirigir la marcha hacia la localidad de Tank, cercana al punto donde fue interrumpida.

Allí, el populista líder criticó al presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, por «mentir» al pueblo y «hacer un doble juego».

«(Zardari) le explica una cosa a los americanos y otra al pueblo de Pakistán. Vamos a arrasar en las próximas elecciones y vamos a establecer una nueva relación del Gobierno de Pakistán con su pueblo, basada en el respeto», subrayó Khan.

Pese a quedarse con la miel en los labios, el PTI parece haber conseguido dar un golpe de efecto con la iniciativa a la luz de la amplia cobertura hecha por medios locales e internacionales.

«Ningún partido había conseguido llegar hasta este lugar. Queríamos demostrar algo y lo hemos conseguido» dijo a Efe un portavoz de la formación, Masud Sharif Khattak, frente al último control que frenó la marcha.

Khattak subrayó que el pueblo pastún, etnia propia de los talibanes y de los habitantes de Waziristán, «ha perdido generaciones desde 1979», año de la invasión soviética al vecino Afganistán contra la que lucharon las facciones muyahidines.

«¿Dónde están sus derechos humanos? Hemos conseguido que el mundo vuelva los ojos hacia esta gente», aseguró.

La fuente agregó que esta «no es una guerra que Pakistán deba seguir librando» y criticó que el Gobierno, que lidera el Partido Popular (PPP) de Zardari, «se ha acostumbrado demasiado a los dólares de la ayuda y quieren seguir recibiéndolos».

Los ataques de aviones no tripulados de la CIA o «drones», que se han disparado desde la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, son uno de los puntos que más fricción causan en Pakistán.

Cientos de personas mueren cada año por estas acciones, que a priori cuentan con el beneplácito de Islamabad, y entre los expertos hay divergencia sobre el número de muertos civiles que causan.

Un manifestante que participó hoy en la marcha, Haji Pir Shah, dijo a Efe haber perdido a familiares en este tipo de ataques y se lamentó por la pasividad del Gobierno al respecto.

«Nuestros niños están muriendo. Solo Imran Khan puede detenerlo», afirmó.

Otro simpatizante del PTI y vecino de Dera Ismail Khan, Mohamed Wahidulá, subrayó que no todos los pastunes son «terrorristas» aunque ésa sea «la imagen que se vende».

«Hay gente haciendo negocio con nuestra sangre. El Gobierno dice que mueren talibanes y así se lleva el dinero de Occidente», mantuvo la fuente.

Apoyos como los de Wahidulá o Shah podrían dar algo de empuje al que fuera capitán de la última selección de Pakistán que se alzó con la victoria en un Mundial de críquet de cara a las elecciones legislativas que tendrán lugar en los próximos meses.

Aunque irrumpió en la arena política a mediados de los noventa, no ha sido hasta estos últimos años cuando la figura de Khan como político ha comenzado a tomar relieve.

No obstante, el escenario es complicado, pues está dominado por un par de partidos con mucha más infraestructura e historia que el PTI de Khan, que ni siquiera cuenta actualmente con representación parlamentaria.