La «norma» de Vicente Fox

El vocero de la Presidencia de México, Rubén Aguilar, en declaraciones a la prensa, ha confirmado que el mandatario mexicano, Vicente Fox, no asistirá la toma de posesión del recién electo Evo Morales, quien guiará a Bolivia a partir del 22 de enero.

 La justificación para el desaire, según Aguilar, es que el gobernante azteca no asiste «por norma» a ese tipo de actos.

Por su parte, el canciller Luis Ernesto Derbez ha criticado abiertamente a Morales por haber invitado al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pues a fin de cuentas el verdadero representante del Estado mexicano es el gobierno de Fox. La estricta «norma» de Fox y el disgusto de Derbez son mitades de una misma máscara, tras la cual la actual administración del Partido Acción Nacional (PAN) trata de disimular su desprecio por el triunfo del pueblo boliviano en las urnas. La carta de felicitación a Morales, esgrimida por el vocero Aguilar, es sólo eso, una huera misiva diplomática, carente de otro significado que no sea la más elemental cortesía.

Es evidente que las «normas» de Fox difieren extraordinariamente de las que seguramente establecerá Morales durante su mandato. La «norma» de Fox, en esencia, se sustenta en el apoyo incondicional a las órdenes de Estados Unidos en cuanto a su política exterior en América Latina: no olvidemos su defensa al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), sus enfrentamientos con Hugo Chávez y sus votos contra Cuba en la comisión de Derechos Humanos de Ginebra. Esa obediencia le ha ganado el calificativo de «perro faldero del imperio» (léase lamebotas, compinche, secuaz , cómplice, etcétera de la Casa Blanca).

La «norma» de Fox ha sido también ignorar a los pueblos indígenas, a quienes trata de comprar sus votos con obras sociales de último minuto, ahora que se acercan las elecciones presidenciales. Pero los damnificados por el huracán Stan en la región de Chiapas todavía aguardan el socorro gubernamental. La «norma» de Fox ha sido continuar las políticas neoliberalistas que han devastado a México y han incrementado la pobreza, la exclusión social y el saqueo de los recursos naturales de esa nación. Su papel ha sido el de representante de un sistema político desprestigiado por años de fraudes y promesas incumplidas.

Pero la «norma» de Evo Morales y los compañer@s del EZLN es otra bien diferente; es la de la integración latinoamericana bajo los principios solidarios de Bolívar, Martí y Chávez; la del antiimperialismo y la lucha contra el neoliberalismo; la de llevar a los pueblos indígenas a su lugar justo, al centro de nuestra historia, a recuperar el poder del cual los han excluido durante cinco siglos; la de una nueva política realmente participativa, donde los que mandan lo hacen obedeciendo, para beneficio de todos.

Con «normas» tan disímiles, tan encontradas, entonces es lógica la ausencia de Fox en el acto donde estará el EZLN, el Movimiento de los Sin Tierra y otros grupos sociales del continente. Aquel representa la «América para los americanos» del imperio del Norte; estos, a la América Nuestra, la de los pueblos que han despertado y con sus brazos cambiarán la historia.