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La OIT denuncia el trabajo infantil paraguayo

Fuentes: Xinhua

Al menos la mitad de niños y adolescentes trabajan en Paraguay en las peores condiciones, es decir, sin seguro médico y jornadas excesivas para su edad, dijo la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De 2001 a 2004, los menores económicamente activos en Paraguay (de 10 a 17 años) aumentaron de 288.717 a 338.833 entre 6.000.000 […]

Al menos la mitad de niños y adolescentes trabajan en Paraguay en las peores condiciones, es decir, sin seguro médico y jornadas excesivas para su edad, dijo la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

De 2001 a 2004, los menores económicamente activos en Paraguay (de 10 a 17 años) aumentaron de 288.717 a 338.833 entre 6.000.000 de habitantes, según despachos de hoy procedentes de Asunción, la capital paraguaya.

En el país, uno de cada siete niños no recibe educación, más del 90% no tiene seguro médico y laboran más de 32 horas semanales, aseguró la OIT en un informe difundido por el diario paraguayo ‘ABC Color’.

Unos 266.000 niños y adolescentes no asisten a institución educativa alguna lo que representa que uno de cada siete niños carece de enseñanza.

Un 22% de los que se encuentran en esa condición corresponde a niños de cinco años que manifiestan no tener la edad para ser educados, dijo la OIT.

La organización dijo que más del 90% de los niños y adolescentes’ que trabajan carecen de seguro social.

El promedio de horas trabajadas por niños y adolescentes llega a 39 semanales, en el caso de los trabajadores remunerados.

Sobre los trabajadores no remunerados, la OIT dijo que los menores efectúan jornadas de 32 horas a la semana y cuatro de 10 niños efectúa un trabajo peligroso.

En relación, justamente, con el trabajo doméstico, el reporte da cuenta que 36% de la población infantil trabaja en los hogares al menos 24 horas por semana.

Los menores en trabajo doméstico son 60.300, de los cuales 70% son niñas y 30% niños, que trabajan como servidumbre en sectores sociales más pudientes.

La OIT dijo que los niños que trabajan no es un fenómeno de las ciudades, también de las zonas rurales.