Una serie de redadas y detenciones efectuadas por las agencias de seguridad en los últimos dos años en Uttar Pradesh, Bihar, Haryana, Gujarat, Maharashtra, Orissa, Bengala Occidental sugiere que los maoístas han sufrido un golpe, pero también muestra la rapidez con que los maoístas se habían extendido en diferentes partes de la India. Aunque no […]
Una serie de redadas y detenciones efectuadas por las agencias de seguridad en los últimos dos años en Uttar Pradesh, Bihar, Haryana, Gujarat, Maharashtra, Orissa, Bengala Occidental sugiere que los maoístas han sufrido un golpe, pero también muestra la rapidez con que los maoístas se habían extendido en diferentes partes de la India. Aunque no todas las personas detenidas eran maoístas, no hay duda de que habían logrado extenderse a las zonas urbanas, así como haber logrado avances considerables en el campo. Sus peores críticos se equivocaron al afirmar que su política llevaba a ninguna parte. En Jangalmahal, una región de Bengala Occidental, habían logrado romper las cadenas y emerger como una fuerza de combate fuerte de la gente, tal como lo hicieron en Dumka (Jharkhand). Pero son más débiles hoy que hace unos años. Esto necesita ser explicado.
Los maoístas, por supuesto, no gobiernan la India del siglo XXI pero sí en lo que ellos describen como su zona de guerrilla y base de la guerrilla (1) aunque no puede compararse este gobierno con lo que se llevó a cabo en China después de 1949. Pero sí les ha permitido crear una administración paralela donde combina ley y gobierno. Sin embargo, cuando la base de la guerrilla abarca unas zonas aisladas unas de otras, la cuestión es diferente. Hay, pues, una tendencia innata hacia la descentralización, donde las unidades trabajan con mucha más autonomía. Eso no es un problema en sí mismo. El problema surge cuando esta disminución del control central llega hasta el nivel mínimo del equipo. Permítanme ilustrar con una cita de un documento denominado «nueva circular sobre rectificación» (sin fecha, pero emitida después del IX Congreso del Partido en 2007):
«A) En algunas zonas, las tierras ocupadas de los propietarios en el pasado están en barbecho debido a la represión del gobierno, cuando los propietarios tratan de vender esas tierras, los campesinos ricos y campesinos medios las compran. En tales ocasiones, en vez de ejercer presión a través de los obreros agrícolas y campesinos pobres, que ocuparon esas tierras, a aquellos que compraron las tierras y detener la venta, los escuadrones dan palizas los campesinos ricos y medios que compraron las tierras.
b) En la lucha por la erradicación de los malos hábitos como el consumo de licor, educar al pueblo con una visión a largo plazo sobre ello, en la lucha para impedir la fabricación de aguardiente se imponen castigos físicos sin tener en cuenta a la base.
c) Cuando surgen problemas en las relaciones hombre-mujer, especialmente en asuntos relacionados con el matrimonio, los juicios se están haciendo sin tener en cuenta los problemas de las mujeres.
d) En los diversos tipos de enfrentamientos [entre vecinos] en los «panchayat» en vez de escuchar las versiones de ambos lados y reunir la información necesaria en los demás pueblos, hay juicios que se llevan a cabo con un alto nivel de sectarismo. «
¿Podrían estos errores citados en el documento de rectificación, por lo tanto, aludir a lo que salió mal en Andra Pradesh, así como en partes de Bihar y Jharkhand?
El Comité del Área Especial de «rectificación» ha escrito un informe sobre Bihar y Jharkhand El informe es una acusación fuerte y franca de ciertas prácticas que han surgido en algunas zonas donde los maoístas o trabajan o han trabajado:»En los últimos años, la ayuda a gran escala y programas de reforma iniciado por el gobierno han creado una batería enorme de contratistas y trabajadores intermedios en la zona rural. Son la base social de diversos grupos de partidos de la clase gobernante. A nivel local, mantienen vínculos con los organizadores (compañeros de la zona y niveles aún más altos), les apaciguan y aseguran [al gobierno de Delhi o de los Estados] que pueden «manejar» a nuestros gobiernos y, así, conseguir contratos. Esa relación con este tipo de contratistas es motivo de preocupación.
Algunos de nuestros camaradas utilizan a tales contratistas no sólo para los diversos trabajos, sino también para otras cuestiones más secretas. Las riñas entre los empresarios sobre este o ese contrato se han convertido en un motivo de contradicción entre nuestros cuadros. Entre los cuadros surgen diferencias cuando hay que tomar partido entre los diferentes contratistas, incluso alguno de éstos tiene «cartas de recomendación» de los camaradas para bloquear a los otros contratistas. Por ejemplo, en Chatra, la contradicción entre los llamados Yadav y Ganjhus no es una contradicción entre las masas trabajadoras de estas dos castas, sino entre los contratistas y los intermediarios de estas castas».
Entre las recomendaciones del informe a los camaradas se les recuerda que el Partido no tiene ninguna «obligación de los contratistas» a menos que se «haya discutido en la comisión respectiva». Y amenaza con la expulsión del Partido a aquellos que hayan sido apercibidos por codearse con los contratistas sin autorización y fuera de los límites establecidos por los comités superiores.
Una señal de la pérdida del control político sobre armas es evidente en varias áreas. Los maoístas dicen tener una Constitución para los Janatana Sarkar [gobiernos populares]. En virtud de su artículo 5 (h) ciertas pautas se establecen para imponer la pena de muerte. Se dice que antes de que el Tribunal del Pueblo «aplique la pena de muerte tiene que obtener el permiso de los tribunales superiores». Eso no ocurrió con Niyamat Anasari el 2 de marzo de 2011. Fue golpeado hasta la muerte tan pronto como la sentencia de muerte fue anunciada por un juicio sumario, ni siquiera por el Tribunal Popular. ¿Significa eso que la Constitución del Janatana Sarkar es un documento que es seguido de forma selectiva? El juicio sumario es la antítesis misma de un procedimiento justo. Por supuesto, es cierto que un activista político, él/ella, no está por encima de la ley y la moral. Sólo que para los maoístas es necesario ser prudentes y conscientes de que la sangría podría rebotar sobre ellos y crearía un amplio grupo de personas agraviadas.
La masacre de 12 Jamui tribales pobres/dalits, incluidas las mujeres y los niños, con otros 50 heridos en el pueblo de los Jamui de Phulwaria-Korasi, distrito de Bihar, el 17 de febrero de 2010 por la escuadra guerrillera refleja un descenso lamentable de la disciplina y la ausencia de control político sobre las armas. Se trata de una ruptura de la disciplina. El principio básico de la guerra de guerrillas revolucionaria es que la política debe controlar las armas y no al revés. Es también un principio de la guerra de guerrillas que un error táctico, ya sea de la guerrilla o las fuerzas del gobierno, puede causar una derrota estratégica. Tales actos ofenden a mucha gente. Y muchos más se vuelven vulnerables a la manipulación. Esto es lo que el Secretario General (SG) del PCI (Maoísta) dijo en su entrevista concedida a Rahul Pandita de la revista Open y otros en diciembre de 2010, por varios cargos formuladas contra su partido:»No tenemos ninguna responsabilidad en algunos de estos casos. En el caso de Induvar, nuestro partido ha dado una explicación clara .Mientras que la resistencia a las bandas asesinas y la violencia sin fin perpetuada sobre ellos, las personas pueden, en algunos lugares, muy rara vez y como una excepción, recurrir a tales actos como venganza. A menos que entendamos las condiciones desiguales sociales en nuestro país, no vamos a entender este problema. Las condiciones en las zonas urbanas son diferentes en este sentido.
En las zonas rurales remotas, donde se encuentra la más cruel opresión de las castas feudales y la élite, donde la gente sufre de la violencia inhumana perpetrada por Salwa Judum, Sendra, Bahini Harmad y bandas de este tipo (2), donde son víctimas de las campañas destructoras del Estado, la resistencia del pueblo a veces puede adoptar esta forma también. Incluso en las zonas urbanas, en el ‘BÄSTIS’ donde las personas son víctimas de los usureros, los señores de tugurios, los políticos, las mafias y la policía mano a mano con sicarios de los gangsters y los políticos, la resistencia del pueblo pueden asumir también esta forma. Es lo que ha ocurrido en Nagpur con la ejecución por las mujeres basti de un violador. Esto es sólo una explicación de por qué suceden estas cosas y es muy claro que nuestro partido no mantiene como política este tipo de incidentes. Nuestra actitud es que debemos educar a nuestro pueblo y se encuentra en este asunto. En el incidente Jamui, una pandilla de reaccionarios patrocinados por el gobierno había capturado a ocho de nuestros compañeros en el pueblo Phulwaria-Kodasi y los mataron de la forma más atroz, cortándoles los miembros. No seremos capaces de proteger nuestro movimiento ni a nuestra gente si nos quedamos quietos y no actuamos. Por eso nos vimos obligados a contraatacar. En este ataque, murieron nueve personas, incluyendo tres principales líderes goonda.
Es muy triste que una mujer y un niño fuesen atrapados por las llamas y muriesen accidentalmente. El resto eran criminales duros, asesinos y elementos lumpen. Nuestro Comité de Área Especial de Bihar-Jharkhand emitió una declaración clara en este sentido. Fue publicado en los periódicos de Bihar y en el Boletín de Información maoísta-17.En general, los gobiernos y algunos intelectuales a su servicio aprovechan estos casos para implicarnos y difamarnos. En algunos casos donde se cometieron errores, ni siquiera se toman la molestia de escuchar nuestra explicación y continúan con la mala propaganda contra nosotros. Así que nuestra solicitud es que el pueblo y los intelectuales que están a favor del pueblo no se dejen engañar por la guerra psicológica del gobierno. El Ejército Guerrillero está formado para defender los intereses del pueblo, nunca para perjudicarle. Así que hay que tratar de conocer los hechos que están detrás de cada incidente. Siempre estamos dispuestos a aceptar cualquier crítica apropiada y siempre estamos dispuestos a corregir nuestros errores, si los hubiere».
Mientras que la furia reprimida de los oprimidos es a veces difícil de contener, y aceptar que la percepción de la clase media urbana puede variar de la de los oprimidos y explotados con su rabia contenida hacia la injusticia a que son sometidos, la masacre Jamui no puede ser explicada como una consecuencia de una guerra sucia en la que las personas se matan entre sí. Tampoco los actos de venganza se justifican. El punto es ¿qué hace el Partido? Porque lo que representa el asesinato apunta a un lapso más crítico.
Aunque el tamaño de la guerrilla es muy grande, la presencia política del partido no necesariamente coincide con esto. La ausencia de unidades del Partido a nivel de aldea en algunas áreas fue observada por el IX Congreso del Partido, como se mencionó anteriormente. ¿No es una muestra de debilidad política esta serie de actos sin sentido y degeneración de los militantes? Obviamente este problema no se manifiesta en toda la zona de guerrilla o incluso está presente en todas partes con la misma intensidad. El hecho de que ellos admiten estas fallas en algún lugar les reconoce su capacidad para ser autocríticos. Y auto corregirse. Pero sospecho que cuando los escuadrones toman el asunto en sus manos y actúan de forma arbitraria están rompiendo la disciplina. Por lo tanto, ¿cuál es la naturaleza del control del partido sobre los escuadrones de si llevan a cabo un acto de venganza, como en Jamui? Porque se sugiere la posibilidad de que la conducta de los maoístas en la guerra y su sistema de justicia puede llegar a ser cruel y arbitrario.
Es cierto que nosotros, que vivimos en centros urbanos y que pertenecemos a la clase media, demandamos que los maoístas se comporten con moderación y con honor. Las guerras, en particular las guerras civiles, son brutales y crueles a veces. Y, por nuestra propia experiencia las muestras de «bondad» no son correspondidas por las fuerzas del Gobierno y las agencias de seguridad. Los maoístas han arriesgado mucho y perdido mucho más en su convicción de que el diálogo es posible. Una y otra vez el Estado ha traicionado y violado sus promesas, sus propias leyes y los acuerdos negociados. La ejecución del líder maoísta delegado para las conversaciones con el mediador designado por el Gobierno, Swami Agnivesh, la negativa del gobierno del estado de Orissa para implementar su parte del acuerdo negociado que finalizó con en la liberación de los secuestrados por los maoístas, la actitud indiferente hacia la liberación de más de 644 adivasi arrestados bajo cargos falsos porque se atrevieron a plantear preguntas sobre acaparamiento de tierras, el desplazamiento y la actitud tibia hacia otras demandas que había admitido públicamente todo ello muestra que la manipulación se ha convertido en la segunda naturaleza del Estado de la India.
Esto le da credibilidad a lo que Sumanta Bannerjee escribió una vez «la generosidad (la liberación de los rehenes, especialmente los funcionarios del gobierno) de los maoístas está siendo desperdiciada por un enemigo implacable y con un coste terrible. Es como ayudar a una serpiente moribunda sólo para ser mordido por ella» («Tras las huellas de Naxalbari», pp. 126). ¿Es posible, por lo tanto, que cuando se empuja a los maoístas a aceptar la Convención de Ginebra, especialmente su artículo 3 y el Protocolo II, que se aplican a la conducta de las guerras que no son de carácter internacional, uno puede pensar que se les expone a «mordeduras venenosas» del Estado?
Si utilizamos su propio argumento de una guerra popular prolongada es justo que se crean las normas o acepten las normas que les obligan a realizar su guerra como una fuerza a favor del pueblo. ¿Por qué? Una cosa es que alguien muera en el curso del intercambio de disparos o de combate, pero otra muy distinta es cuando esa persona está bajo su custodia y luego se la ejecuta. Una cosa es hacer frente a los ataques brutales de las fuerzas del gobierno y otra muy distinta para las guerrillas responder de la misma forma. Las guerras pueden ser repugnantes para algunos y aceptable para los demás. Pero en la vida real, cuando las guerras se llevan a cabo no importa la forma en que se ejecutan. Y ahí es donde la debilidad de las fuerzas guerrilleras se convierte en un problema.
Los revolucionarios no pueden emular a las fuerzas del Estado que por la naturaleza misma de la guerra de contrainsurgencia realizan una guerra sucia compuesta por masacres, incendios, saqueos, violación, desapariciones, torturas … todo ello destinado a aterrorizar a la gente para que deje de apoyar a los rebeldes. Esto no puede ser combatido por las fuerzas revolucionarias con el principio de reciprocidad. Esto [la guerra sucia] se ha producido en áreas en las que el Partido estaba seguro de su expansión y en vez de la expansión se ha producido la contracción tanto en términos de pérdida de áreas de influencia, como la disminución de sus cuadros a causa de los asesinatos y las detenciones. Estas detenciones de dirigentes y cuadros no es sólo por «informantes» y acciones de inteligencia policial sino también la manifestación de un problema: la erosión de la base, la disminución de la lucha de las masas en áreas en las que el Partido una vez fue dominante. Así lo han reconocido algunos cuadros recordando que la guerrilla sólo puede sobrevivir como el pez en el agua.
Tomemos el caso de Jangalmahal en Bengala Occidental. La apuesta que hicieron [los naxalitas] por el movimiento resultó ser un error de cálculo político. El surgimiento de la Comisión de Pueblos Contra las Atrocidades de la Policía (CPCAP), respaldada por los maoístas, sin duda fue un gran logro. Pero al intentar tomar el control de la misma sólo creó grietas en el esfuerzo conjunto de las diversas tendencias políticas en Jangalmahal y eso sólo ayudó a la propaganda del Partido Comunista (Marxista) que encabezaba el gobierno del Frente de Izquierda, así como del gobierno central sobre que el movimiento de Jangalmahal no era otra cosa que un frente más de los maoístas. Esto allanó el camino para la «Operación Caza Verde» cuando precisamente por esta razón y sabiendo muy bien que tal ofensiva era inminente debería haber sido un movimiento políticamente moderado.
Cuando la líder del Congreso Trinamool, Mamta Bannerjee, expresó su deseo de convertirse en primer ministro de Bengala Occidental y ganar las elecciones al PCI (marxista), un alto líder maoísta la elogió públicamente. Pero cuando llegó al poder (2011), a diferencia del gobierno del Frente de Izquierdas cuando llegó al poder, en 1977, que puso en libertad a todos los presos políticos, el gobierno de Bannnerjee decidió retrasar el proceso y poner condiciones a dicha liberación. Además, el Congreso Trinamool está distribuyendo 10.000 armas para sus «Bhairav Vahini» [una especie de milicia propia]. ¿Qué van a hacer los maoístas? Estos BV, que en un primer momento fueron creados para protegerse de los «Harmads» del PC (marxista) [milicia de este partido], han empezado a infiltrarse en el CPCAP, lo que está provocando una disminución de la influencia de los maoístas.
Un precepto fundamental de la «zona de control popular» es mantenerse en el territorio. Para prepararse para la agitación revolucionaria, la construcción de bases tan firmemente como sea posible, y para desplazarse a otras zonas en que no era posible mantenerse en ellas. La circunstancia que legitima la guerra de guerrillas en una región, o su ausencia en otras, hace que sea difícil de concebir la guerra de guerrillas como el único camino. Entonces, ¿cómo van a capturar, y mucho menos consolidar su control sobre los territorios en las zonas donde hay unas relaciones sociales más avanzadas de producción? Además, militarmente son débiles, sus números son modestos. Esto significa que tienen que ser conscientes de su política. La misma estrategia que funciona en un área no va a funcionar en otros lugares. La poca fuerza armada de los maoístas se mejora con creces por el apoyo de masas donde están en funcionamiento los Janatana Sarkar. Esto sólo subraya la importancia del apoyo de las masas como una condición necesaria para su expansión fuera de sus áreas de influencia.
¿Quiere esto decir que los maoístas se oponen a otras formas de lucha y organizan a la gente «en paz»? En la entrevista concedida a Siddartha Vardarajan (The Hindu, 14 de abril de 2010) por Cherukuri Rajkumar, miembro del Buró Político del PCI (Maoísta) y la persona designada para mantener conversaciones con el gobierno de la India (asesinado más tarde por los organismos del Estado), se refirió al hecho de que cuando los maoístas movilizaron a los pobladores contra los terratenientes feudales en el norte de Telengana en 1970 habían llevado antes a cabo una fuerte ofensiva contra las fuerzas paramilitares fueron desplegadas en contra del Partido. Cuando el Partido llevó a cabo manifestaciones pacíficas en contra los intereses de las compañías mineras, como en la mina de carbón de Singuareni, el objetivo era la legalización de la Federación de Trabajadores (1981), que estaba prohibida desde hacía tres años. Lo mismo ha ocurrido cuando se ha prohibido organizaciones de estudiantes, juveniles, de mujeres o de trabajadores. Dijo que el Partido no se opone a las formas de lucha abiertas, legales, y que no impone las formas de lucha no pacíficas o armadas.
Pero el problema para mí es que con el fin de dar un salto de sus fortalezas del bosque a la llanura exterior, las victorias militares pueden ser necesarias pero en sí mismas siguen siendo insuficientes, ya que la cuestión será mantener esta política. La libertad de las personas lucharon y consiguieron logros está bajo ataque ahora. Tendrán que tener en cuenta que en más de cien años de lucha se ha ganado una gran variedad de libertades para la clase de trabajo indígena, rural y urbana. Gran parte de estas libertades se han legislado, existen en el papel, aunque hoy son objeto de graves ataques y están devaluadas. Sin embargo, si los maoístas tienen que ganarse a la gente que trabaja en áreas donde tienen presencia escasa o nula en la actualidad, ¿no tienen que trabajar para la expansión de estas libertades? Sin ello, los maoístas no pueden sobrevivir fuera de sus fortalezas boscosas y selváticas.
La democracia no es una cuestión táctica, la democracia participativa es y debe ser la preocupación central de todas las revoluciones. Los Comités Revolucionarios del Pueblo son las formas embrionarias de un sistema en el que las personas participen directamente en la toma de sus propias decisiones. Este es un paso adelante.
El principal inconveniente de los maoístas es la estrategia de consolidar el poder popular para la toma del poder en la India del siglo XXI es hacer hincapié en la guerra de guerrillas a expensas de la movilización popular masiva. Es cierto que un partido prohibido no puede trabajar abiertamente para movilizar y organizar al pueblo. Y la guerra que les han impuesto los deja con muy pocas opciones, salvo para defenderse. La caza de brujas a la que están expuestos, las ejecuciones llevadas a cabo por las fuerzas gubernamentales o las detenciones de un gran número de cuadros afecta a su capacidad de trabajo. Sin embargo, tienen que regular su forma de actuación. Tengo la firme convicción que sin el movimiento maoísta toda la resistencia sufrirá un retroceso crítico. Sin embargo, sus debilidades y la rebeldía de algunos de sus cuadros y destacamentos están actuando como un freno a su progreso. Sería políticamente ingenuo descartar la lucha armada para conquistar el poder, pero sería igualmente erróneo no percatarse de la pluralidad de la resistencia, y por lo tanto de la necesidad de construir puentes, y de rectificar esos comportamientos erróneos.
Notas:
(1) La zona de guerrilla es en la que tienen presencia y actúan, pero no la controlan; la base de la guerrilla es en la que ostentan el poder de forma abierta y en la que el Estado de Delhi es inexistente. Nota de la traductora.
(2) Todas las mencionadas con paramilitares. La primera, Salwa Judum, es considerada de forma oficial por el gobierno de Nueva Delhi como «fuerza auxiliar» de la policía y se opone a su disolución, tal y como ha ordenado en una sentencia la Corte Suprema (NT).
Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1339
Traducido por María Valdés