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La sociedad humana sufre los efectos de las guerras

Fuentes: Barómetro Internacional

La violencia del capitalismo y las inmigraciones Muchas veces la sociedad humana sobrevive a crisis y guerras asimétricas, las principales potencias del mundo, EEUU, Inglaterra, Francia, como el Sionismo Israelí, Arabia Saudita y Turquía, han sido factores de guerras de conquista de Medio Oriente, África, Asia, creando desestabilización, miles de víctimas y millones de desplazados, […]

La violencia del capitalismo y las inmigraciones

Muchas veces la sociedad humana sobrevive a crisis y guerras asimétricas, las principales potencias del mundo, EEUU, Inglaterra, Francia, como el Sionismo Israelí, Arabia Saudita y Turquía, han sido factores de guerras de conquista de Medio Oriente, África, Asia, creando desestabilización, miles de víctimas y millones de desplazados, que han generado crisis e inmigraciones, en más de tres siglos, 19, 20 y ahora 21, también América Latina sufre las agresiones de EEUU, padres de la violencia y muerte, apoyando dictaduras y apropiándose de la riquezas en el Cono Sur y creando una crisis humanitaria en Centroamérica y el Caribe.

En este nuevo trabajo, nos parece importante presentar, parte de una investigación realizada por el Instituto de Humanidades Médicas, de Cuba, para comprender como esta guerra imperial y de saqueo, no solo crean graves efectos en las naciones agredidas, sino que también enferman a jóvenes militares, a crear reacciones de violencia, de drogadicción y de pérdida de valores humanos, para los mismos franco tiradores militares judíos, impregnado por los sionistas, asesinan a palestinos desde niños, mujeres y hombres, bajo una concepción criminal y una barbarie de una sociedad que se cree divina, por un dios que no respeta a la humanidad, al igual que EEUU que también se considera elegido por un dios omnipotente, ante la naciones del Mundo.

Humanidades Médicas: Estudio en Cuba, sobre los efectos de la guerra

Liuba Yamila Peña Galbán. Especialista de 2do Grado en Psiquiatría. Investigadora Auxiliar. Profesora Instructora. Hospital Clínico Quirúrgico Docente Dr. «Octavio de la Concepción y de la Pedraja Camaguey. Cuba.

Arnaldo Espíndola Artola. Profesor Instructor de Informática Médica. ISCM-C. Jorge Cardoso Hernández. Especialista de 1er Grado en Oncología. Tomás González Hidalgo. Especialista de 1er Grado en Psiquiatría.

La guerra es un término que está íntimamente relacionado con la historia de la humanidad y con los desastres, catástrofes o emergencias. La guerra es la continuación de la política por otros medios. La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios».

Sin embargo, los autores de este trabajo consideran que la guerra es un concepto más amplio que no solo abarca el conflicto bélico entre sus contendientes, en su sentido tradicional y convencional, sino va más allá, es un amplio espectro de agresiones de toda índole que abarca todos los aspectos de la vida de un grupo, etnia, comunidad, clase social, pueblo, nación o país, incluyendo el uso de tecnologías de avanzadas para lograr sus propósitos.

Sin lugar a dudas, fue durante la guerra de 1914 cuando las repercusiones psicopatológicas se hicieron notar, hasta el punto de que la quinta parte de los soldados británicos se vieron afectados por trastornos de la guerra.

Los psiquiatras norteamericanos hicieron significativos aportes al desarrollo de la Psiquiatría Militar durante la II Guerra Mundial. Esto se tradujo en la implementación de sistemas de detección de probable psicopatología en los soldados antes de enviarlos al frente de batalla (con cuestionarios especiales) hasta la presencia de especialistas en salud mental en el área de combate, para facilitar una rápida recuperación de los soldados con síntomas psíquicos, sin tener que enviarlos a hospitales alejados.

La presencia de la ciencia psiquiátrica se hizo ostensible en el ámbito y la sanidad militar, sobre todo, en la marina norteamericana, que pasó a disponer de 980 psiquiatras durante la contienda. El día que terminó la guerra pasaron a ser 2.400 psiquiatras, 400 psicólogos clínicos, 700 asistentes psiquiátricos y 800 enfermeros psiquiátricos, trabajaban para el ejército en 931 hospitales, porque además de todos los problemas psicopatológicos derivados de la violencia se unió el exagerado aumento de la toxicología en los combatientes.

A pesar de las medidas preventivas en salud mental desarrolladas por el ejército norteamericano, se estima que la Guerra de Vietnam (1964-1973) dejó unos 700 mil veteranos que han requerido de algún tipo de ayuda psicológica. El denominado síndrome post Vietnam se diagnosticó con una alta frecuencia en la década de 1970 y este hecho constituyó uno de los factores importantes para que la Asociación Psiquiátrica Americana incluyera al Trastorno por estrés postraumático (TEPT) (PSTD) como una de las patologías en el DSM-III de 1980.

Así se inició una nueva época con el reconocimiento por la comunidad científica de esta entidad nosológica. Otros factores que influyeron en la inclusión del TEPT fueron los resultados de estudios realizados en poblaciones civiles, tanto en mujeres como en niños víctimas de abusos, violaciones y maltrato físico y/o psicológico, lo que amplió el ámbito del tipo de trauma más allá de las situaciones bélicas e incluso se incluyó a víctimas de desastres naturales o desastres provocados por el hombre.

En víctimas de situaciones de combate en países de bajos ingresos se han encontrado prevalencias de TEPT de 15,8% en Etiopía, de 17,8% en Gaza, de 28,4% en Camboya y de 37,4% en Argelia.

La OMS calcula que, en este tipo de conflictos, el 10% de las personas que viven experiencias traumáticas suelen sufrir graves problemas de salud mental y otro 10%, comportamientos que dificultarán su capacidad para vivir con normalidad.

Se estima que Irak dejará trastornos a unos 100.000 soldados. Además de los más de 1.299 soldados de EEUU muertos ya en este país y de los 5.229 que han resultado heridos desde la invasión, el Gobierno de George Bush debe prepararse para recibir una enorme oleada de soldados con enfermedades mentales causadas por el caos iraquí y los sangrientos combates con los insurgentes.

Según varias asociaciones de veteranos de guerra y médicos militares, pueden ser más de 100.000. «Vemos un número creciente de afectados por síntomas de estrés postraumático», explicó el doctor Evan Kanter, psiquiatra del hospital para veteranos Puget Sound de Seattle, al diario The New York Times.

Según un estudio sobre la salud mental de las tropas elaborado por el Ejército de Tierra de EEUU, uno de cada seis soldados que han servido en Irak muestra síntomas de esta dolencia, de depresión clínica o de angustia grave. El documento indica que esta cifra puede aumentar a uno de cada tres.

Un desastre es «una situación de ruptura del funcionamiento normal de un sistema o comunidad», cuyos efectos en las personas, así como las pérdidas y daños materiales o ambientales, sobrepasan la capacidad de esa sociedad o comunidad para responder y recuperarse de la situación.

Raquel Cohen y Federick Ahearn (1989) definen a los desastres como «Eventos extraordinarios que originan destrucción considerable de bienes materiales y pueden dar por resultado muertes, lesiones físicas y sufrimiento humano».

Este trabajo se propone el objetivo de reflexionar sobre el carácter de desastre de la guerra y en particular sus consecuencias psicológicas.

La violencia del capitalismo y las inmigraciones

En ese sentido la guerra y la violencia, han creado efectos de desplazamientos de millones de inmigrantes, las mismas guerras del siglo XX , la primera y segunda, fueron realizadas para la conquista de Europa, África, Asia y Medio Oriente, creando la huida de millones de Europeos, rusos, las masacres por el Imperio Otomano entre ella a la nación armenia de 1894-1896, hacen referencia a las diferentes matanzas y asesinatos colectivos que, en esos años, sufrieron los armenios del Imperio otomano y cuyas bajas se estiman entre unas 200.000 y 300.000 personas. Reciben este nombre del sultán reinante en esos años, Abdul Hamid II, quien en su esfuerzo de mantener la integridad territorial del imperio adoptó el panislamismo como ideología de estado. Aunque las masacres estaban destinadas mayoritariamente a los armenios, algunas poblaciones cristianas como los asirios también fueron víctimas.

Estos hechos que a veces los vemos como históricos, siguen siendo factores de nuevas conquistas, de querer apoderar las riquezas de las naciones, como la guerra criminal en Siria, la muerte de palestinos, la guerra sin fin en Afganistán, la agresión del presidente de la supremacía blanca Trump, en sus ataques a Corea del Norte, los ataques de EEUU a Rusia y China, aplicando bloqueos y sanciones económicas a estas naciones, como a Cuba, Venezuela, Nicaragua y a Bolivia, creando nuevas migraciones, ahora latinoamericanas, ante la medidas tomadas por Trump, de cerrar la entrada a la sociedad norteamericana, hoy enferma de muerte y violencia, la venta legal de armas, ha creado miles de muertos, en colegios por niños enfermos de violencia y droga.

Esta es la realidad de una sociedad agredida por los monopolios y las grandes trasnacionales, la misma crisis con los transgénicos de MONSANTO, han envenenado a las economías de América Latina, con niños y adultos con canceres por las fumigaciones del Glifosato, con deformaciones, de la misma manera ríos se han visto contaminados en Uruguay y el Cono Sur, no solo se mata en guerras, se crea una sociedad de consumo de productos nocivos, ante esta realidad solo la unidad de los pueblos y las naciones que luchan por una sociedad humana, contra el abuso de un capitalismo criminal.

Fuente: https://barometrolatinoamericano.blogspot.com.es/2018/05/la-sociedad-humana-sufre-los-efectos-de.html