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Ignacio Soleto, director del CeALCI, en el Simposio Internacional 'Pobre Mundo Rico'

«La única forma de que los países del sur se desarrollen es que definan sus propias estrategias»

Fuentes: Rebelión

«Si no se hacen políticas coherentes no se podrá avanzar en cooperación. No se puede estar dando con una mano, y quitando con la otra». Resaltó también la necesidad de fortalecer las instituciones de los países en desarrollo para una eficacia de la ayuda: «la cooperación tradicional ha fracasado porque imponía estrategias a los países». […]

«Si no se hacen políticas coherentes no se podrá avanzar en cooperación. No se puede estar dando con una mano, y quitando con la otra». Resaltó también la necesidad de fortalecer las instituciones de los países en desarrollo para una eficacia de la ayuda: «la cooperación tradicional ha fracasado porque imponía estrategias a los países». Señaló que la ayuda es sólo un complemento al desarrollo de un país: «las políticas comerciales son más importantes». «Los Objetivos del Milenio no son utópicos, son perfectamente alcanzables».

En el penúltimo día de actividad del Simposio Internacional en Santiago (antes de la clausura del día 29 en la que intervendrán François Houtart y Frei Betto), Ignacio Soleto, Director del Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Internacional (CeALCI) de la Fundación Carolina, ofreció una conferencia en torno a «La nueva agenda internacional de la cooperación», planteando la cuestión de si ésta sirve para luchar contra la pobreza y cumple con los objetivos para el desarrollo de los países.

Soleto quiso especialmente dar a conocer las características de la Estrategia de Asociación al Desarrollo (EAD), para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio; estrategia aplicada ya por la mayoría de los países y que es fruto del consenso de Naciones Unidas, que establece una agenda común Norte Sur en materia de cooperación. El presidente del CeALCI hizo también un recorrido por la cooperación desde los años 50, y relató las causas por las cuales la cooperación tradicional no ha llegado a ser eficaz.

Definición desde el sur de las propias estrategias de desarrollo

«La única forma de que los países del sur se desarrollen es que definan sus estrategias de desarrollo». Con esta sentencia Soleto sintetizó la clave del nuevo paradigma de la cooperación en el que la ciudadanía de los países en desarrollo debe sentir suyas las estrategias. Es importante que se involucre el mayor número de actores posible (ONG’s, ciudadanos, empresas,…) para que se impliquen y las lleven a cabo, indicó. El director de CeALCI y de la Fundación Carolina, expuso los elementos claves de la cooperación, que conllevan también la coordinación desde los paises del sur y la aplicación de procedimientos locales de gestión. «El desarrollo debe dar viabilidad a las políticas públicas de los países de manera que puedan garantizar salud, alimentación, vivienda. Se trata de fortalecer las instituciones nacionales, su capacidad de gestión de administración local, para que puedan hacerlo». Complementario a ésto indicó la necesidad de revisar la cooperación técnica, de realizar evaluaciónes conjuntas, de aligerar la deuda, de desarrollar métodos alternativos y de que se produzca una coherencia en las políticas.

Estrategia de Asociación para el Desarrollo (EAD)

El director del CeALCI ahondó en la necesidad de concentración de la cooperación internacional en la consecución de objetivos medibles y en la apropiación de las estrategias de desarrollo por los países en desarrollo. «Las políticas de cooperación han fracasado porque los donantes han impuesto lo que necesitan las regiones para su desarrollo. Hoy en cambio hay un consenso», afirmó.

Señaló también la mejora de la eficacia de la ayuda (mayor calidad), y la búsqueda de una mayor coherencia política, como pivotes de la estrategia.

No obstante, Ignacio Soleto quiso dejar constancia de que «la ayuda es solo un complemento, no es suficiente, por si sola no puede desarrollar un país, hay políticas mucho más importantes como las comerciales: no se puede estar por un lado dar, y por el otro quitar», dijo respecto al pago de la deuda externa.

Coherencia

Reclamó así la necesidad de coherencia tanto en las políticas de los países en desarrollo como entre políticas en los países desarrollados. En el primer caso apuntó que los países en desarrollo deben desarrollar políticas que impulsen el crecimiento, invertir en desarrollo social, promocionar la participación y llevar a cabo una buena gestión de los asuntos públicos (lucha contra la corrupción). Los países del norte por su parte deben ser coherentes en sus políticas de ayuda: «si no se hacen políticas coherentes (alivio de la deuda, política de inmigraciones, financiación de las exportaciones, etc.) poco se podrá avanzar», afirmó.

La agenda para mejorar eficacia de la ayuda: apropiación, alineación, armonización, gestión basada en resultados y mutua reducción de cuentas

Soleto recogió las claves de la Declaración de París (2005), firmada por la mayoría de países e instituciones donantes de Naciones Unidas y organismos internacionales, en aras de mejorar la eficacia de la ayuda. La apropiación por parte de los países en desarrollo (países socios) de las estrategias y objetivos, la alineación de las políticas de cooperación entre países donantes y socios, y la armonización de presupuestos entre países donantes, fueron los tres ejes señalados. Además, Ignacio explico que la agenda establece en paralelo a estas tres medidas, que se lleve a cabo una gestión basada en resultados y que se realice una mutua rendición de cuentas.

2015: consenso internacional

En su intervención Ignacio Soleto abordó también el tema de los Objetivos del Milenio. Explico así cómo con la celebración de distintas Cumbres Internacionales (educación, desarrollo social), empiezan a tomarse los acuerdos por unanimidad, por lo que han alcanzado cierta legitimidad una vez logrados. «En el 2000 Naciones Unidas establece que ya no es suficiente trabajar únicamente con las declaraciones sino que hay que desarrollar un plan de acción para avanzar en el proyecto, con plazos para conseguir objetivos e indicadores para evaluar si avanza». Soleto explicó como a partir de la Cumbre del Milenio se sistematizan los acuerdos y se decide formalizarlos en los Objetivos del Milenio. Respecto a los mismos apuntó: «no son una utopía, se pueden conseguir perfectamente».

Un consenso que por otra parte se produce tanto en el Norte como en el Sur, y tanto en los objetivos como en las estrategias: la Estrategia de Asociación para el Desarrollo (EAD), explicó.

Nueva forma de entender la pobreza. Desarrollo Humano

Soleto quiso dar a conocer que es en los años 90 cuando surge ya una forma diferente de entender la pobreza: «ya no como carencia de ingresos sino como carencia de capacidades y opciones. Esta visión es más útil porque refiere a las causas y no a las consecuencias». La prioridad además es darle empoderamiento a la gente, y se aborda también el carácter pluridimensional de la pobreza que abarca distintos aspectos de la capacidad humana: económicos, humanos, políticos, socioculturales y de protección, indicó.

El fracaso de la cooperación tradicional

En paralelo a este nuevo paradigma de cooperación concretado en la Estrategia de Asociación para el Desarrollo, Soleto abordo las características de la cooperación tradicional, para entender por que ha devenido en fracaso. Esta se caracterizaba por una imposición de estrategias de desarrollo a países del sur, por una descoordinación de las actuaciones de los donantes, la aplicación de procedimientos de los donantes en la gestión, los abusos de la cooperación técnica, abusos de los créditos, ausencia de evaluación del impacto sobre el desarrollo y la incoherencia en la política de los donantes, entre otros.

Cambios en la manera de entender la cooperación

Para comprender los rasgos en los que ha derivado la cooperación actual, el presidente del CeALCI hizo un recorrido por los distintos paradigmas de cooperación desde los años 60 cuando las instituciones de cooperación situaban el énfasis de sus actuaciones em el desarrollo económico y en intentar suplir la escasez de capital de los países. Explicó cómo los proyectos se centraban en el fortalecimiento de las infraestructuras e instituciones del sector público, y desarrollaban campañas de mejoras en salud: la vacunación, «porque al margen de que se cuestione la efectividad de la cooperación, en cualquier caso ésta sirve para erradicar enfermedades tan graves como la viruela», explicó.

Soleto continuó relatando el paradigma de los años 70, que se centra en las necesidades básicas, cuando se empezaron a poner en marcha los programas de ajuste estructural y de reforma económica. Ya en los 80 y principios de los 90, se reconoce el papel de las instituciones y políticas públicas para que lideraran las políticas de desarrollo: un fortalecimiento institucional pararelo a la concesión de importancia a aspectos como el desarrollo social, la reducción de la pobreza, la igualdad hombre mujer, la promoción de los Derechos Humanos, el desarrollo ambiental sostenible, los problemas de población, etc.

De este modo llegó al año 89, «que establecerá un hito con la caída del muro de Berlín y el fin del sistema socialista soviético». La cooperación y los fondos de ayuda al desarrollo estaban hasta entonces determinados por ganar adeptos para uno de los dos bloques en lucha (capitalismo -socialismo), se produjo un descenso en la cooperación al no haber el clientelismo de los bandos; la lucha contra la pobreza y el fortalecimiento de las instituciones quedaban en segundo lugar. Soleto explicó que es entonces cuando desde Naciones Unidas se decide aprovechar los dividendos de la paz para dirigirlos a cuestiones de pobreza, desarrollo y medioambiente. El impulso se tradujo en Cumbres y estaba apoyado por un programa teórico de «Desarrollo Humano», dentro del Plan de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), fue entonces cuando comenzó la nueva forma de entender la pobreza y de aplicar nuevas estrategias de cooperación para el desarrollo de los países, explicó.

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