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Las peripecias de Victoria Nuland en Moscú

Fuentes: Rebelión

Victoria Nuland visitó Moscú del 11 al 13 de octubre, casi cuatro meses después de que los presidentes Putin y Biden se reunieran en Ginebra para acercar posiciones respecto a cuestiones estratégicas y de control de armamentos, a ciberseguridad, al trabajo de sus embajadas y sostuvo encuentros con altos funcionarios del gobierno de Rusia, con la finalidad de abordar temas bilaterales y regionales.

Su viaje fue posible después de que Rusia levantó la sanción que le había impuesto a Victoria Nuland, que no podía ingresar a ese país, y EEUU, a Konstantín Vorontsov, subdirector del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Exteriores de Rusia, que no podía asistir a las reuniones de la ONU.

Victoria Nuland fue asesora de política exterior del vicepresidente Dick Cheney durante el gobierno de Bush y portavoz del Departamento de Estado cuando la Sra. Clinton impulsó la intervención en Libia y Siria en la administración de Obama. También fue Embajadora de Carrera, el rango diplomático más alto del Servicio Exterior de EEUU, y Embajadora ante la OTAN, donde promovió la intervención de esta alianza militar en Afganistán e Irak. El Presidente Biden la nombró Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos en el equipo de Antony Blinken.

Su página más negra es la participación en el golpe de Estado de Ucrania de 2014, cuando era Subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos. Su conversación sobre este tema con Geoffrey Pyatt, Embajador de EEUU en Kiev, fue publicada en YouTube. En esta grabación, Victoria Nuland se implica en la organización de los disturbios contra el gobierno de Ucrania, debate sobre las capacidades de los líderes de la oposición para participar en el futuro gobierno ucraniano y sobre quién debería ser el nuevo presidente, luego de que se derroque al anterior, y muestra su disconformidad con la Unión Europea con la expresión “¡Fuck the EU!” ¿Por qué estos diplomáticos se comportaron como si no lo fueran? Sí hubieran actuado con diplomacia, se habría evitado las decenas de miles de muertos y heridos del conflicto ucraniano; sin duda, la diplomacia estadounidense es mortífera.

¡Qué contrasentido se vive! Victoria Nuland, nieta de judíos que para sobrevivir al exterminio debieron escapar del antisemitismo ucraniano, apoya a los descendientes de los verdugos de sus antepasados, los nazis de Ucrania, principales aliados del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, que son quienes sacan la mejor tajada de los 5000 millones de dólares que EEUU destinó para, según ella, “apoyar las aspiraciones del pueblo ucraniano para tener un gobierno fuerte y democrático que represente sus intereses”; en palabras más veraces y entendibles, en jugosas dádivas para la compra de conciencias, la preparación de insurgentes, el pago a la quinta columna y la siembra de odio a Rusia en todos los medios de información.

En esto de falsear la verdad, EEUU y la UE superan toda desfachatez. Dicen que desde 2014, los gobiernos de Kiev son democráticos y ocultan que los nazis que están en el poder queman vivos, arrancan ojos, descuartizan y disparan a los miembros de la oposición; propagan ideas chovinistas, antisemitas, antirusas, antipolacas; saludan al estilo nazi y portan sus insignias; profesan culto a los que colaboraron con los ocupantes alemanes en el exterminio de millones de soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial… Sostienen que Rusia anexó Crimea, aunque fue la población local la que se organizó para no ser masacrada por los nazis y en referéndum libre se independizó de Ucrania y solicitó su retorno a Rusia. Tampoco exigen a Kiev cumplir los acuerdos de Minsk, única base para la solución del conflicto del Donbás.

Para comprender el conflicto ucraniano, se debe partir de que sus trincas, tanto del gobierno como de parte de la oposición, son fruto de la decadencia moral de los políticos de antaño, que degeneró en oligarquías mafiosas sin escrúpulos en sus actividades, en las que entremezclan el crimen, el chantaje y los negociados, y cuyos capitales para “invertir” en el capitalismo postsoviético provinieron de israelíes, europeos y norteamericanos, que sacaron suculentas tajadas de los fraudulentos negocios que el derrumbe del Campo Socialista ofreció. Así se originaron las mafias de Ucrania, donde gobierna lo peor de su corruptela.

Ninguno de sus oligarcas heredó propiedad alguna ni sudó la frente para adquirir algo sino que se apoderó de los bienes de la sociedad mediante el crimen, el robo y la estafa. ¿Por qué los gobiernos de la UE y EEUU financiaron la toma del poder y dan todo sustento a los nazis ucranianos? Pues para usar de carne de cañón a los miembros de esa agrupación y conseguir a bajo precio sus objetivos geopolíticos sin emplear a sus propias fuerzas armadas; se trata de simple ahorro, y nada más.

En Ucrania reina el caos, no se celebran elecciones libres ni justas sino una parodia falsa y las dizque reformas económicas son un calvario para los ucranianos, que ahora son los pobres más empobrecidos de Europa. También son una farsa las medidas adoptadas para mejorar el clima bursátil y la inversión extranjera, porque la banca de Ucrania es un sistema de latrocinio a gran escala, todo un desastre completo. Ucrania está cerca de la bancarrota y Occidente no tiene fondos ni quiere invertir en ese país.

El conflicto armado de Ucrania, uno de los elementos principales de la guerra híbrida contra Rusia, se produjo en gran parte gracias a las maquinaciones de Victoria Nuland, cuando la administración de Obama intentaba mejorar las relaciones con Rusia. Su esposo, Robert Kagan, historiador y periodista, exige en sus artículos a los congresistas conservadores levantar las restricciones en el presupuesto militar de EEUU, ya de por sí el más elevado del mundo, y los acusa de hipocresía por no tener el coraje político de hacerlo. Kagan y Nuland son duros y sin escrúpulos, una pareja bien aparejada.

Más allá de las dificultades, el Presidente Putin desea tener “relaciones de trabajo estables” con su homólogo Biden, para que sus países mejoren las relaciones bilaterales; sostiene que Rusia está dispuesta a trabajar con todo presidente electo por los estadounidenses. Se refirió a Victoria Nuland como una diplomática que “debate con sus colegas rusos los contactos futuros con el Presidente Biden… Así que nuestras relaciones con la actual administración estadounidense son bastante constructivas”.

Victoria Nuland, luego de reunirse con Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores ruso, con Dmitri Kozak, jefe adjunto de la Administración Presidencial y experto en Ucrania, con Yuri Ushakov, asesor para Asuntos Internacionales del Kremlin, y con Alexander Fomin, viceministro de Defensa de Rusia, valoró el encuentro con Yuri Ushakov como “un análisis honesto y productivo de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia… Seguimos comprometidos con la posibilidad de lograr una relación estable y predecible entre nuestros países”.

Con Dmitri Kozak mantuvo un diálogo detallado y constructivo sobre el conflicto en el sudeste de Ucrania, acerca del que Washington y Moscú coinciden en que “los acuerdos de Minsk son la única base para la solución del conflicto del Donbás”.

Serguéi Ryabkov calificó su encuentro de perfectamente honesto, aunque aún no converjan las posturas sobre la normalización de las misiones diplomáticas, y añadió que “una acción hostil hacia Rusia no quedará sin respuesta, pero que Moscú no quiere una mayor escalada”. Dijo que se habló sobre el control de armamentos y la situación en Afganistán, donde “Estados Unidos y sus aliados tienen la mayor responsabilidad, toda vez que su presencia llevó a la situación actual”. Durante las negociaciones se indicó a la Sra. Nuland que la alianza AUKUS amenaza con socavar la arquitectura de seguridad en la región de Asia-Pacífico, al mismo tiempo que plantea riesgos para el régimen internacional de no proliferación de armas atómicas.

En resumen, sucede que la diplomacia de Rusia se caracteriza por ser estratégica y tratar los asuntos internacionales a largo plazo, en cambio, la de Estados Unidos, país acostumbrado a mandar y que le obedezcan, seguirá igual; también, como su política interna define a la externa y la Sra. Nuland y su esposo tienen una ideología ultra conservadora, su nombramiento al cargo que ostenta indica que el Estado profundo, que realmente gobierna EEUU, está interesado en mantener el ideario representado por ella. Por último, en un gobierno débil, como el de Biden, la línea política de Victoria Nuland tiene más chance de imponerse. ¿Cómo y cuándo? El tiempo lo dirá.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.