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Las relaciones Europa-Estados Unidos, incertidumbres

Fuentes: Rebelión

Para comenzar estas reflexiones, desearía traer a manera de pórtico, las siguientes palabras del presidente de la República de Cuba, Miguel Diaz-Canel Bermúdez: “Nosotros tenemos que reconocer que a nivel global estamos asistiendo a la confluencia de una profunda crisis como consecuencia del impacto de la COVID-19, del derrumbe definitivo que tienen los paradigmas neoliberales que venía defendiendo el imperialismo en estos momentos, del ejercicio abusivo que hay de la hegemonía imperial, que han sido puestos al descubierto en el libro de Bolton al mostrar la perversidad de sus prácticas, y aquí podemos mencionar algunas.¨

Estados Unidos y Europa están unidos por siglos de historia. El proceso de formación y desarrollo de las relaciones intercontinentales se ha observado por más de una generación. Las economías de ambas potencias sufrieron altibajos, y en el siglo XXI se convirtieron en líderes en el escenario mundial.

Es bien conocido que, como consecuencia del desenlace de la segunda conflagración mundial y de las políticas norteamericanas de hacer de Europa un feudo de sus intereses económicos, políticos y militares, frente a la otrora URSS y a los países del este europeo, millones de dólares fueron enviados al viejo continente, mediante el llamado Plan Marshall y después para la construcción de la OTAN. Con sus altas y bajas esas relaciones transatlánticas han constituido una parte fundamental de las ¨estrategias de seguridad nacional de los Estados Unidos¨, pero desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, esa arquitectura ha sido afectada por su reclamo de mayores contribuciones europeas al presupuesto de la OTAN, mayor sometimiento a los intereses de Washington y un respaldo sin cortapisas a las confrontaciones con Rusia y ahora con China, pero el presidente norteamericano ha ido más lejos en recientes declaraciones.

Donald Trump, en efecto, declaró ser el primer presidente estadounidense en averiguar que “La Unión Europea se formó para aprovecharse de los Estados Unidos. Se formó para aprovecharse de los Estados Unidos. Lo sé y ellos saben que yo lo sé, pero otros presidentes no tenían idea”, dijo Trump en la Casa Blanca, el martes 14 de julio. Recalcó que Europa “nunca nos ha tratado bien” e insistió en que la Unión Europea fue creada para competir con Estados Unidos.

Las anteriores declaraciones muestran el deterioro de las relaciones transatlánticas desde que el republicano Donald Trump asumió la presidencia. Europa ha comenzado a mirar con recelos a la actual Administración estadounidense, lo que implica que la sumisión a la política de Estados Unidos está haciendo agua. Recientemente, también, según varios informes locales publicados por el diario británico The Guardian, la mala gestión del presidente Trump ante la crisis causada por la pandemia de la COVID-19, que una vez desestimó como un “engaño”, ha sido duramente criticada en Europa. La rivalidad entre dichas partes ha tenido repercusión mundial. El declive de la reputación de Estados Unidos como líder y socio internacional seguro, confiable y competente, ya es un hecho reconocido por los líderes de países y entidades internacionales.

La canciller germana, Angela Merkel, subrayó el pasado mes de junio que EEUU está perdiendo su influencia mundial y demuestra que está haciendo todo lo posible para perder su antiguo liderazgo. “Crecimos con un cierto entendimiento de que Estados Unidos quería ser una potencia mundial. Si Estados Unidos desea retirarse de este papel por su propia voluntad, tendremos que reflexionar sobre eso seriamente”, dijo Merkel en una entrevista con seis periódicos europeos. Y la prensa europea y norteamericana se ha hecho eco de discrepancias y gestos inusuales en las relaciones entre Angela Merkel y Donald Trump. Es cierto que, siendo Barak Obama presidente, se produjo un momento complejo en las relaciones bilaterales germano-norteamericanas, cuando se reveló que una agencia federal estaba escuchando las conversaciones telefónicas de la Canciller.

Y es cierto también que Alemania–donde hay miles de soldados norteamericanos en 21 bases (en la actualidad son 34.500 los militares estadounidenses asignados de forma permanente en Alemania), los comandos Africom y la base aérea de Ramstein, cuartel general de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa, más sitios donde se guardan bombas nucleares–, siempre ha sido muy cuidadosa a la hora de hacer comentarios públicos sobre las políticas de Estados Unidos, pero, que sepamos, desde la actitud de Trump de retirar cinco mil soldados de Alemania, sin haberlo examinado previamente con Berlín junto a estas presiones públicas, parecen haber colmado la copa de los dirigentes alemanes. También debemos agregar que Paris y Berlín ya han conversado sobre la creación de un ejército europeo que se ocupe de la defensa del continente, lo que indica su insatisfacción con la actual versión de la OTAN. No en balde Angela Merkel ha declarado que: “Europa ya no puede confiar en que Estados Unidos la proteja”

El domingo 28 de mayo, en un encuentro en Múnich con sus socios bávaros de la Unión Social Cristiana —el partido hermano de la Unión Cristiana Demócrata, que preside la canciller—Merkel dijo: “Los tiempos en los que podíamos contar completamente con otros quedan ya un poco lejos”, en alusión a aliados históricos como Estados Unidos y Reino Unido —el referéndum del Brexit también ha dejado su impronta.

El jefe de la Diplomacia de la Union Europea, Josep Borrell, alertó que el mundo está experimentando “un cambio de poder de Occidente a Oriente”. Informó Hispan-tv el 15 de julio, desde Washington, lo que en mi opinión, tiene mucho significado, por lo inusual. Estos comentarios reflejan el estado de ánimo de algunos europeos respecto a las relaciones con Estados Unidos.

Pero no es para menos, cuando el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció el 15 de julio la eliminación de una norma que evitaba la imposición de sanciones a las compañías implicadas en el polémico gasoducto Nord Stream 2, que haría llegar gas natural ruso a Alemania. En una rueda de prensa, Pompeo envió un mensaje a las empresas que participan en ese proyecto, la mayoría rusas y alemanas: ‘Salgan de ahí o se enfrentarán a las consecuencias,’ reporto la agencia EFE, desde Washington. Desde hace meses, las autoridades norteamericanas vienen mostrando su malestar con los mencionados oleoductos, que lastiman las exportaciones de gas estadounidense a Europa con la consiguiente afectación económica, mas para Europa significan un negocio para muchas de sus compañías y la adquisición de un producto más barato. Claro que ese proyecto abre amplias alamedas en las relaciones de Europa con Rusia.

Las amenazas de Estados Unidos de imponer sanciones al gasoducto Nord Stream 2 son una injerencia sin precedentes en la soberanía energética de la Union, declaró el jefe de la Asociación Empresarial Alemana para el Este (OAOEV), Oliver Hermes. ‘Esa injerencia sin precedentes de Estados Unidos en la soberanía energética europea llevará a un déficit de suministros y, en consecuencia, a precios excesivos’, comentó.

‘La amenaza con sanciones estadounidenses inmediatas contra las empresas europeas que participan en el proyecto Nord Stream 2 muestran el increíblemente bajo nivel de las relaciones transatlánticas’, dijo Hermes al señalar que, de repente y sin consultas con los aliados europeos, Washington pone en riesgo de restricciones a unas 120 empresas de 12 países europeos.

El jefe de la asociación empresarial, que representa los intereses de las compañías alemanas en Europa del Este y el espacio postsoviético, aseveró que hay en riesgo inversiones por 12.000 millones de dólares. Además, los consumidores europeos deben estar preparados para pagar hasta 4.000 millones de euros adicionales al año en caso de renunciar a los suministros de gas por el Nord Stream 2. ‘EEUU atenta contra la competencia libre y honesta y usa las sanciones sin limitaciones para sus intereses económicos, la Union Europea no puede hacer otra cosa que reaccionar con cautela ante ese intento de extorsión’, declaró Hermes. ‘Como se anunció antes, la Comisión de la Unión Europea debe repeler todos los ataques a su soberanía desde fuera y presentar rápidamente un paquete de medidas severas’. Indicó, asimismo, que Europa necesita ‘un escudo eficaz’ para proteger a las compañías que se vieron afectadas por las sanciones estadounidenses.’ Hermes también añadió que como resultado de las sanciones de la Union contra Rusia, el comercio ruso-alemán pierde cada año casi 20.000 millones de dólares y las nuevas restricciones son ‘absolutamente inaceptables’.

Uno se pregunta hasta cuándo Alemania podrá tolerar todas esas presiones norteamericanas, mientras su economía sufre las consecuencias de las políticas de Washington contra Rusia. La mayoría de los analistas describen la relación Alemania-Estados Unidos como compleja y polifacética. Mientras tanto, Rusia observa, trabaja y hasta los cambios climáticos le son favorables para la producción de granos.

En julio de 2018, los presidentes de Estados Unidos y la Comisión Europea acordaron la creación de un grupo de trabajo para negociar divergencias arancelarias, pues en ocasiones el inquilino de la Casa Blanca había amenazado con sanciones a países europeos.

«La política energética europea se implementa en Europa, no en Washington», declaró el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, quien precisó este 16 de julio que su país rechaza las amenazas de sanciones hechas ayer por el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, relativas a la construcción del gasoducto Nord Stream 2.

Europa esta también metida en una trampa, pues necesita de las relaciones económicas con Irán, pero como dijo el presidente de la nación persa, Hassan Rohani, cuando denunció a Estados Unidos por sabotear el acuerdo nuclear de 2015 y pidió a Europa que no sea servil a Washington: “Estados Unidos es el principal culpable” de socavar el pacto nuclear suscrito por Irán y el Grupo 5+1 —compuesto entonces por EEUU, Francia, el Reino Unido, China y Rusia, más Alemania—en alusión a la salida unilateral de Washington del pacto hace dos años.

El gobierno británico se dispone a anunciar un endurecimiento de su posición contra el gigante chino de equipos de telecomunicaciones Huawei y se prevé que lo excluya de su red 5G, a riesgo de exacerbar las tensiones con Pekín. El primer ministro conservador, Boris Johnson, preside el martes el Consejo de Seguridad Nacional (NSC), que debe sellar el futuro de Huawei en la red británica tras meses de fuerte presión por parte del gobierno de Estados Unidos. Según el Colectivo informativo chino Dong Feng, ¨Londres cede a la presión de la Casa Blanca y prohíbe Huawei, pero esa decisión debe costar US$ 8.750 millones a la economía británica y puede retrasar la implementación plena de la tecnología 5G en el país por 3 años. Laexclusión será gradual hasta 2027, y va a retrasar el desarrollo tecnológico británico y aumentar la brecha digital en las zonas rurales y pequeñas ciudades.¨

La decisión de un Tribunal Supremo del Reino Unido de negarse a devolver 30 toneladas de oro valoradas en 1,2 billones de dólares depositadas en el Banco de Inglaterra, a su verdadero propietario, el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y, en cambio, entregárselas a Juan Guaidó, el falso “presidente” marioneta de EEUU, es un acto de piratería como el que practicaban Francis Drake y Henry Morgan cuando saqueaban tesoros en el Caribe en la época de las viejas colonias, como apunta Oto Higuita.[1]

Es evidente que después del Brexit, Londres tiene como casi única alternativa una alianza comercial ¨en todas las direcciones con Estados Unidos¨, es decir, el lazo de supeditación a Washington se estrecha más que nunca. ¿Qué otra explicación puede tener esa aberrante decisión inglesa sobre los mencionados activos en oro de Venezuela, que viola el derecho internacional, tantas veces invocado por el gobierno inglés? El Gobierno de su majestad la Reina, reconoce como presidente “legítimo” a un personaje como Juan Guaido, sin poder ni significado político alguno salvo el de ser una ficha al servicio de Estados Unidos. Ese execrable hecho rompe con el derecho internacional, y sienta un precedente muy peligroso por parte de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La reciente videoconferencia de los ministros de Relaciones Exteriores europeos con Mike Pompeo permitió analizar «todos los desafíos sobre los cuales los europeos y los estadounidenses tienen puntos de vista convergentes o posiciones diferentes»: la agresividad de la relación con China, las tensiones provocadas en Oriente Medio por el apoyo estadounidense a la política da anexiones de Israel, el retiro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en plena batalla contra la pandemia de covid-19, las medidas de retorsión contra la Corte Penal Internacional (CPI). En ese listado no se incluyó un tema crucial que separa a tirios y troyanos: los cambios climáticos, que tanta importancia tienen para los destinos de la humanidad y que ha provocado muchas desavenencias entre Bruselas y Washington, en especial el modo de mitigarlos de raíz.

El gigante de telecomunicaciones chino Huawei podrá invertir en el desarrollo de la red 5G en Francia, afirmó el ministro de Economía y Finanzas galo, Bruno Le Maire.’ No estamos prohibiendo que Huawei invierta en la 5G’ en Francia, declaró Le Maire en una entrevista con la cadena Franceinfo. El ministro agregó que ‘en Francia no hay discriminación contra ningún operador’.

Le Maire aseguró que Francia está protegiendo los intereses de seguridad nacional. ‘Protegemos nuestros intereses estratégicos, es decir, miramos los sitios sensibles, los protegemos, garantizamos el respeto a la seguridad nacional, y pienso que nuestros socios chinos pueden entender la posición francesa, que es clara y equilibrada’, declaró[2].

Tomemos nota de que el viernes 17 de julio el jefe de la Diplomacia europea, Josep Borrell, expresó sus preocupaciones sobre el uso creciente de sanciones, o la amenaza de sanciones, por parte de Estados Unidos contra compañías e intereses europeos. Es tanto el abuso estadounidense en las sanciones, que ya no distinguen entre adversarios y aliados, con lo cual ya no muestran fuerza, sino debilidad intrínseca. También esa política puede provocar convergencias inesperadas.

En junio de 2019, la periodista Rosa Townsend, publicó un artículo titulado, ¨Trump se divorcia de Europa y flirtea con el autoritarismo¨, a propósito de un viaje del presidente norteamericano al reino de Arabia Saudita. La periodista se hacía eco de las siguientes palabras de la líder germana Angela Merkel: “Por lo que he experimentado en estos últimos días, no podemos confiar en otros (refiriéndose indirecta, pero claramente a Trump). Los europeos debemos tomar el destino en nuestras manos”, afirmó después de que el mandatario, showman y magnate de bienes raíces estadounidense se prodigara en insultos a Alemania, indignado por el superávit de su balanza comercial, es decir, por fabricar buenos productos: “Los alemanes son muy malos”.

En este contexto, es conveniente analizar las siguientes observaciones de Rafael Poch de Feliu[3]: “las consecuencias que la pandemia está teniendo en las potencias y sus relaciones no han cambiado las tendencias generales anteriores a ella. Sólo las ha agravado y acelerado. Entre esas tendencias -cuyo contexto es la crisis del sistema económico mundial conocido como capitalismo y una desglobalización accidental de la economía, con cierta renacionalización de las relaciones entre países- tenemos el debilitamiento de la Unión Europea y de las instituciones multilaterales.”

Más gastos en armamento, sí. Pero independencia estratégica, no. Estados Unidos ha advertido por escrito a la Unión Europea de que sus planes actuales de defensa están poniendo en peligro décadas de integración de la industria de defensa transatlántica y de cooperación militar a través de la OTAN.

La misiva, fechada el pasado 1 de mayo y a la que ha tenido acceso el diario español, EL PAÍS, llega cargada de amenazas, más o menos veladas, de posibles represalias políticas y comerciales si Bruselas mantiene su intención de desarrollar proyectos europeos de armamento sin apenas contar con países terceros, ni siquiera con EE UU.

La reacción de EE UU llega poco después de que el Parlamento Europeo diese el visto bueno provisional, el pasado 18 de abril de 2019, a la creación de un Fondo Europeo de Defensa dotado con 13.000 millones de euros para el período 2021-2027. Washington, además, se opone a las condiciones generales de la llamada Cooperación Permanente Estructurada (PESCO, por sus siglas en inglés), por la que 25 países de la Union Europea han iniciado el desarrollo de 34 proyectos de armamentos.

«EE UU está profundamente preocupado con la aprobación del Reglamento del Fondo Europeo de Defensa y con las condiciones generales de la PESCO», advierte la subsecretaria estadounidense de Defensa, Ellen Lord, en la carta dirigida a Federica Mogherini, la Alta Representante de Política Exterior de la Union Europea, entonces.

El comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, pidió el 24 de julio a Estados Unidos que elimine «inmediatamente» sus «aranceles injustificados a los productos europeos», después de que Airbus aceptara las reglas de la OMC en el conflicto comercial que le opone a Boeing.

«Los injustificados derechos de aduana a los productos europeos no son aceptables», dijo Hogan en un comunicado, subrayando que la Union «había hecho propuestas específicas para llegar a un resultado negociado» dentro de este diferendo. «Si no se resuelve, la Union Europea se reserva el uso de su derecho a la sanción», agregó.

Los 27 países que forman la Unión acordaron constituir un fondo comúnde 750 mil millones de euros (844 mil millones dólares) de los cuales390 mil millones serán subvenciones no reembolsables, es decir, puraayuda, y 360 mil millones préstamos blandos. Italia, España, Portugal,Grecia. La cumbre comenzó el viernes 17 de julio y debía terminar el sábado 18, pero las profundas diferencias ideológicas entre líderes forzaron a ampliar las conversaciones, que finalmente convirtieron la reunión en una de las más largas de la historia de la Union.Las negociaciones enfrentaban a un de grupo cinco países norteños acomodados —Países Bajos, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia— contra los países sureños más afectados por la pandemia, respaldados por las influyentes Francia y Alemania. Y ese acuerdo se produce, cuando Frédéric Janbon, director ejecutivo de BNP Paribas Asset Management —una de las casas de inversión más grandes de Europa—, ha advertido sobre la llegada de la «madre de todas las recesiones» debido a las consecuencias de la pandemia de coronavirus para las economías de todo el mundo. Sentimientos que parecen compartir otros analistas europeos.

A tenor de lo anterior, uno puede preguntarse, si el sub-sistema mundo Europa jugará un papel propio en las divergentes relaciones China-Estados Unidos, y si se impondrá una realpolitik europea en los asuntos mundiales, porque es evidente que estamos ante un cambio de época. Recordemos que lo único permanente es el cambio. Es notorio, por lo antes expuesto, que las relaciones Union Europea/Estados Unidos, atraviesan momentos de incertidumbre e interrogantes, cuando la crisis económica global se complejiza.

Notas:

[1] Reino Unido: piratas, corsarios y tribunales. Publicado en el sitio Rebelión, el 8 de julio de 2020

[2] MOSCÚ, 21 JUL (SPUTNIK).-

[3] Ha sido durante más de veinte años corresponsal de La Vanguardia en Moscú, Pekín y París. Antes estudió historia contemporánea en Barcelona y Berlín Oeste, fue corresponsal en España de Die Tageszeitung, redactor de la agencia alemana de prensa DPA en Hamburgo y corresponsal itinerante en Europa del Este (1983 a 1987)