Algunos árabes cuestionan que las fuerzas estadounidenses mataran de forma sumaria a Osama bin Laden y arrojaran su cuerpo en el océano, aunque muchos parecen más preocupados por las revueltas en Oriente Medio. Las dudas se han multiplicado desde que la Casa Blanca dijo que el líder de Al Qaeda estaba desarmado cuando comandos estadounidenses […]
Algunos árabes cuestionan que las fuerzas estadounidenses mataran de forma sumaria a Osama bin Laden y arrojaran su cuerpo en el océano, aunque muchos parecen más preocupados por las revueltas en Oriente Medio.
Las dudas se han multiplicado desde que la Casa Blanca dijo que el líder de Al Qaeda estaba desarmado cuando comandos estadounidenses lo mataron el lunes en la villa fortificada de la ciudad pakistaní de Abbottabad donde se escondía.
El rápido funeral de bin Laden en el mar, que muchos musulmanes dicen que fue una violación de las costumbres islámicas, también ha causado ira.
«En el Islam no tenemos esta tradición de arrojar los muertos al mar», dijo el periodista saudita Asem al-Ghamdi, argumentado que el funeral fue una distracción deliberada.
«La discusión debería ser si tenían derecho de matarlo sin un juicio», añadió.
La revelación de que bin Laden estaba desarmado contrastó con un relato anterior de un funcionario estadounidense de que el líder de Al Qaeda «participó» en un tiroteo contra los comandos que asaltaron su escondite.
Abu al-Abed, un ex insurgente suní de 45 años que una vez luchó contra las fuerzas estadounidenses en Irak, está seguro que la muerte de bin Laden fue ilegal.
«¿Cómo es que mataron a una persona que lo levantó un arma para luchar o siquiera para defenderse? Lo ocurrido es asesinato. Y eso va a aumentar la simpatía hacia bin Laden», dijo.
Esas percepciones podrían complicar los esfuerzos estadounidenses para reparar los lazos con el mundo musulmán, tensos por las guerras lideradas por Estados Unidos en Afganistán e Irak después de los ataques de Al Qaeda del 11 de septiembre del 2001.
Obama asumió la presidencia en el 2009 prometiendo forjar una nueva relación con el mundo árabe y musulmán, una postura inicialmente recibida con entusiasmo.
Pero el ánimo cambió cuando Washington dejó de confrontar a Israel sobre su construcción de asentamientos en Cisjordania y por el fracaso de los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.
Su reacción ambivalente en los primeros días de la revuelta contra el hombre fuerte de Egipto, Hosni Mubarak, también planteó dudas sobre las prioridades estadounidenses en Oriente Medio.
Activistas de derechos humanos están urgiendo a Estados Unidos y Pakistán que expliquen con detalle las circunstancias en que murió el hombre más buscado del mundo.
«En ausencia de los hechos no podemos decir nada significativo sobre la legalidad o ilegalidad de la acción que ha tenido lugar», dijo Ali Dayan Hasan, del grupo Human Rights Watch con sede en Nueva York.
Fuente: http://lta.reuters.com/article/worldNews/idLTASIE74315D20110504?sp=true