Recomiendo:
0

El secretatio general de los comunistas rusos opina sobre la situación en Ucrania

Los comunistas de Ucrania han salido airosos de esta dura prueba

Fuentes: Pravda

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín

El presidente de la UPC-PCUS, líder del PCFR y del grupo parlamentario comunista en la Duma, G. Ziuganov, respondió a las preguntas de los lectores de «Pravda» y «Sovietskaya Rossia» sobre las conclusiones que pueden extraerse de la finalización de la crisis de gobierno en Ucrania.

Todo indica que la última crisis de gobierno en Ucrania parece haber llegado a su fin. Se ha formado un nuevo gabinete de gobierno encabezado por Yanukovich, como primer ministro, en el que han entrado representantes del Partido Comunista. ¿Qué valoración le merece este hecho y cuales son a su juicio las perspectivas de desarrollo del proceso político en Ucrania?

Yo no me apresuraría a afirmar que en Ucrania ya se ha solucionado todo, ni que la situación se ha aclarado, ni que la crisis del proceso político se ha superado por completo. Conviene tener en cuenta que la oposición de derechas representada por el bloque de Yulia Timoshenko, va a seguir luchando por hacerse con el poder, para lo que va a contar con todo el apoyo de poderosas fuerzas externas, incluyendo la influencia alemana.

Teniendo en cuenta la experiencia de los últimos años, se hace imprescindible permanecer constantemente alerta, y no descartar la posibilidad de los más inesperados giros en la situación política.

En general, no podemos negar que es un hecho positivo, el que las principales fuerzas contendientes hayan alcanzado acuerdos concretos. El país está ya cansado de las constantes intrigas políticas. La autoridad del gobierno como tal ha caído peligrosamente. El experimento «naranja» ha puesto a Ucrania al borde de la guerra civil. Ahora, la amenaza del peligro nacionalista radical «naranja» ha sido repelida, de modo que el acuerdo alcanzado se puede sin duda calificar como relevante y satisfactorio.

Pero si hablamos de perspectivas de futuro, la situación está lejos de poder considerarse clara, despejada y tranquilizadora. A fin de cuentas, tan solo estamos hablando de una tregua, de un respiro entre las principales fuerzas rivales. Una tregua que en gran medida se ha impuesto como medida obligada, por cuanto que ninguna de las partes ha contado con los apoyos imprescindibles para imponer su postura. En este tipo de situaciones, a menudo los compromisos resultan ser demasiado frágiles. Más aún si tenemos en cuenta que la pendiente transición en Ucrania a una república parlamentaria, en la que la esfera de competencias del presidente se va a ver sustancialmente reducida, mientras el papel de la representación popular aumentará extraordinariamente, puede servir de catalizador para una nueva ola de disputas por el reparto del espacio político y económico.

Así que si analizamos desde todos los ángulos la situación creada, yo diría que es un test muy serio, de relevancia histórica, que pondrá a prueba la profesionalidad de los actuales políticos ucranianos, la efectividad del parlamentarismo ucraniano, la madurez de las élites nacionales, tanto las que están en el gobierno, como las que hacen oposición.

¿Qué podría decir, a la vista de los acontecimientos, de la situación del Partido Comunista de Ucrania?

El PCU ha salido airoso de una dificilísima situación, que arrastra desde hace años. Ahora los comunistas tiene una representación de peso en la dirección del parlamento: tienen el cargo de vicepresidente de la Rada, dirigen tres comités, y varias secretarías y vicepresidencias de diferentes comités parlamentarios. De este modo nuestros camaradas han podido compensar de alguna forma los malos resultados electorales (el PCU apenas llegó al 4% de los votos en las legislativas de marzo. N de la T.).

En gran medida esto se explica por el hecho de que el partido haya mantenido su postura en el transcurso de todo el periodo de agudización de la crisis.

Ha sido precisamente la posición inflexible de los comunistas lo que ha permitido crear la coalición anticrisis, compuesta por el PCU, el Partido Socialista y el Partido de la Regiones, pese a los intentos de la administración del presidente por acabar con ella, o desvirtuarla. El PCU ha jugado un papel determinante, evitando una catástrofe social en el país.

Los comunistas han sabido utilizar la posibilidad de la «mesa redonda» organizada por el presidente Yushenko, para demostrar claramente al pueblo quién defiende realmente los intereses fundamentales de Ucrania. Han cumplido consecuentemente con sus promesas preelectorales: han luchado contra la posible entrada del país en la OTAN, contra el yugo de la OMC, contra la destrucción de la ortodoxia canónica en Ucrania, por la unidad de los eslavos orientales.

Los representantes del PCU han entrado en el gobierno. ¿Cuáles cree usted que son las perspectivas de este paso?

Teniendo en cuenta la situación creada, el PCU -en el proceso de formación del actual gobierno- ha apostado por el profesionalismo de sus candidatos, proponiendo como ministro del Complejo Agro-Industrial, y como ministro de Industria a especialistas cercanos al partido. Por lo que hemos podido saber de los encuentros con nuestros camaradas ucranianos, la dirección del PCU considera que la reforma política da al PCU la oportunidad de valorar los informes de cada ministro y apartarlo del cargo, en caso de incumplimiento del programa anticrisis y de no trabajar por el bien de la gente.

Lógicamente el camino no va a estar exento de dificultades.

La historia política nos enseña que la participación de los comunistas en los gobiernos burgueses siempre ha representado una dura prueba. A menudo se nos acaba culpando de todos los reveses y fallos del gabinete de gobierno. El prestigio de los partidos comunistas se ve afectado. Podemos recordar la experiencia del PCF, en el gobierno de coalición con los socialistas en Francia, o la experiencia de los comunistas italianos en la mayoría parlamentaria que formaban con la democracia cristiana y otros partidos burgueses en la Italia de finales de los 70, principios de los 80 del siglo pasado.

Un trance similar pasó nuestro partido, cuando tras la crisis financiera del 98, delegamos 3 ministros comunistas en el gobierno de coalición encabezado por Primakov y Masliukov, que consiguieron apartar a Rusia del borde del abismo.

Es el día a día, el que dicta los nuevos retos. Como comunistas estamos obligados a aprender a desenvolvernos y actuar en cualesquiera circunstancias, por complicadas que sean.

Quisiera desear a nuestros camaradas ucranianos suerte y éxito en esta importantísima liza y sobretodo en la realización de las principales promesas preelectorales: no permitir la entrada de Ucrania en la OTAN, lograr el status de segunda lengua oficial para el ruso, y contribuir de todas las formas posibles al reforzamiento de la cooperación entre Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

——————————————————————————

Notas de la traducción.

Después de 4 meses de haberse celebrado las elecciones, y con el plazo legal ya vencido, se puso punto y aparte a la crisis. Yushenko aceptó la candidatura a primer ministro de su principal adversario político Víctor Yanukovich, que salió elegido con 271 votos. Esto quiere decir que contó con 30 votos del partido de Yushenko «Nuestra Ucrania», además de los votos de los partidos que habían formado en las últimas semanas la «coalición anticrisis»: Regionales, socialistas y comunistas. Con el compromiso alcanzado, el grupo parlamentario que apoya al presidente obtuvo las carteras de cultura, protección civil, salud y familia y juventud. Los ministerios clave del gobierno en el terreno económico pasan a manos de los «regionales». Sin embargo los misterios que definen la política exterior y de defensa, así como el ministerio del interior, continuarán en manos de la gente de confianza de Yushenko. (Según la constitución es el presidente el que marca la línea a seguir en política exterior y de seguridad).