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IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata

Los pueblos, sus cumbres y los encumbrados de siempre

Fuentes: Agencias Sociales

En el próximo mes de noviembre se desarrollará en la ciudad de Mar del Plata la IV Cumbre de las Américas. Muchos medios de comunicación, partidos políticos, autoridades gubernamentales y opinólogos centrarán su atención en la presencia del presidente estadounidense George Bush. Sin embargo, también es posible preguntarse sobre los motivos del encuentro y las […]

En el próximo mes de noviembre se desarrollará en la ciudad de Mar del Plata la IV Cumbre de las Américas. Muchos medios de comunicación, partidos políticos, autoridades gubernamentales y opinólogos centrarán su atención en la presencia del presidente estadounidense George Bush. Sin embargo, también es posible preguntarse sobre los motivos del encuentro y las alternativas o discusiones que se están dando entre organizaciones sociales y políticas que no pretenden cumbres ni mercados liberados.

La ciudad de Mar del Plata espera para el próximo mes de noviembre la llegada de 34 mandatarios americanos, exceptuando, claro está, al presidente cubano debido a que, desde 1968 Cuba ha sido expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En la primera Cumbre de las Américas, realizada en 1990 en Miami, el objetivo era consolidar el proyecto de un área de libre comercio en toda América (ALCA). El lema de esta nueva cumbre pareciera cambiar el eje de la discusión: ahora el objetivo sería «Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática». Resulta imposible evitar preguntarse ante este grandilocuente enunciado, ¿cuáles son los motivos de la pobreza? ¿Quiénes son los responsables políticos de la existencia de tanta pobreza y falta de trabajo en América?,¿Está debilitada la gobernabilidad democrática en América Latina? ¿Por qué? ¿Qué es la «gobernabilidad»?.

Pueblos encumbrados

«Hay un despertar en toda América Latina y en el mundo, un despertar de los pueblos. Los pueblos antes quedaban como espectadores, y actualmente se están asumiendo como protagonistas», comenta Adolfo Pérez Esquivel, premio Nóbel de la Paz y uno de los tantos propulsores de la III Cumbre de los Pueblos, (1) a realizarse en noviembre próximo en Mar del Plata paralelamente a la Cumbre de los Presidentes, tal como se decidió en el último Foro Social Mundial

Las principales temáticas sobre las que girará el encuentro tienen que ver con el ALCA, la militarización de regiones latinoamericanas y la guerra, la deuda externa y la pobreza. Asimismo, cada organización podrá inscribir actividades y habrá foros temáticos, como el de salud, educación, justicia y pueblos originarios entre otros.

Ya sea como alternativa o para transitar un nuevo camino, adquiere suma relevancia que muchas organizaciones políticas y sociales hayan decidido encontrarse para reflexionar, desde la diversidad, sobre la posibilidad de otra América posible. En ese sentido Pérez Esquivel explica: «El Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre y después en la India, es un detonante de la Cumbre de los Pueblos, abre un espacio de reflexión y de dialogo, incluso sobre ideas distintas. Esa gran diversidad cultural es la riqueza de los pueblos. Este es un espacio que se va ampliando frente a la imposición del pensamiento único, que determina que es esto o el abismo, que no hay salida. Se trata no sólo de decir no queremos esto, sino también qué queremos y hacia dónde vamos».

Si bien puede ser discutible el hecho de que estas organizaciones se adjudiquen la representación de los pueblos, resulta muy provocativo que las personas se organicen, se encuentren y discutan. Sobre todo, si esto se lleva a cabo en los alrededores del encuentro de los dueños de las cumbres americanas y lo que se discuta sean problemáticas que poco suelen importar a los presidentes latinoamericanos, por fuera de los casos en los que impliquen un aumento de las ganancias de las empresas interesadas en nuestros países.

Comercios «libres» y militares rondando

Ante el fracaso de implementar un tratado de libre comercio tal como había sido pensado en sus orígenes, «Estados Unidos -dice el Premio Nóbel de la Paz- comenzó por entablar acuerdos bilaterales con los países más débiles, países pequeños muy condicionados a la política de Estados Unidos, como los centroamericanos… Teniendo en cuenta los subsidios agrícolas de Estados Unidos a sus productores, ningún país está en condiciones de competir, hay una asimetría y una desigualdad enormes, un desequilibrio total y absoluto que lleva a la muerte del pequeño y mediano productor industrial y rural. Hoy México, país en el que nacieron los hombres y mujeres del maíz, tiene que importar maíz transgénico de los Estados Unidos a la mitad del precio que los productores mexicanos pueden hacerlo».

Por otro lado, un ejemplo de la militarización estadounidense en América Latina es «el ingreso reciente de tropas norteamericanas al Paraguay donde, entre gallos y medianoches, el presidente y el parlamento autorizaron el ingreso de tropas norteamericanas con total y absoluta inmunidad. Ahí está el acuífero Guaraní, una de las tres grandes reservas mundiales de agua potable». Junto con la lucha contra la deuda externa, que «significa más hambre, más exclusión y mayor saqueo de los recursos de nuestros pueblos, venimos trabajando en la reforma de las instituciones como el Fondo Monetario Internacional, las Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos, por la democratización de esas instituciones que de democráticas no tienen nada», comenta Pérez Esquivel.

«Yo creo que la Cumbre de los Pueblos y todo lo que se viene haciendo es positivo, vamos a ver si en algún momento esto se transforma en alternativas políticas. La dominación no empieza por lo económico, sino por lo cultural. Tenemos que desarmar la conciencia armada de todo esto para empezar a vislumbrar nuevas perspectivas en la lucha de los pueblos. Aquí en América Latina corrió mucha sangre, demasiadas pérdidas de vidas, demasiado dolor y también mucha resistencia, y esa resistencia continúa, una resistencia permanente es la única forma de sobrevivir como pueblo».

Además de las organizaciones partícipes de la Cumbre de los Pueblos, hay otros espacios en lucha que buscan librar una batalla simbólica sobre lo que significan este tipo de encuentros internacionales. Uno de ellos es el Grupo Bristol que -según cuentan sus participantes- se trata de «un espacio de resistencia, horizontal, heterogéneo y autónomo, en que confluyen diferentes colectivos e individuos (artistas, asambleístas, independientes, etc.)». Dicen reconocerse y relacionarse como individualidades diversas pero también como «un sujeto colectivo capaz de generar acciones y alternativas, articulando diferentes visiones sobre las implicancias del capitalismo, y las diversas formas de combatirlo. Esperamos vernos en la lucha con diversos espacios de resistencia (grupos anarquistas, la Asamblea Antiimperialista, la Cumbre de los Pueblos, e infinidad de colectivos, individuos y grupos afines), a ellos queremos sumarnos generando juntos un diálogo en busca de formas de acción eficaces», afirman.

Ante las supuestas intenciones de los presidentes de dejar a un lado el ALCA para comenzar a preocuparse por el trabajo, la pobreza y la democracia de los países americanos, el Grupo Bristol declara: «a causa de las masivas protestas que generaron, las cumbres no sólo reprimieron y asesinaron sino que también empezaron a incorporar demandas de manera ficticia, intentando, con parcial éxito, diezmar la disidencia. En noviembre, la Cumbre de las Américas nos promete atender demandas de trabajo y democracia. Estas consignas no son más que las aristas más visibles y menos importantes para la agenda de esta cumbre. Allí se encuentran la problemática del ALCA (sea en su versión «hard» o «light») y los tratados bilaterales, la reforma del sistema financiero, la política de seguridad continental (militarización de la política), la privatización de los recursos naturales y la cuestión de los subsidios agrícolas, entre otras cosas».

El escritor uruguayo Eduardo Galeano señalaba hace más de 10 años que: «El 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo… Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso. Sin embargo, en esa identidad prohibida y despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no las ve» (2). ¿Seguiremos viendo y eligiendo espejitos de colores?

Notas

(1) Entre las organizaciones convocantes se encuentran: CTA, Diálogo 2000, Jubileo Sur/Américas, UTPBA, Serpaj, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, MOCASE, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, APYME, Agrupación La Fragua, Cátedra Libre Don Jaime de Nevares, Neuquen; Barrios de Pie, Movimiento Martín Fierro, ATTAC, Partido Comunista, Partido Humanista, MoPaSSol, CONFAR, CLACSO, GTTBL, Autoconvocatoria No al ALCA Lanús, Tinkunaku, Comunidad Cristiana de Base Los Florencianos, Asamblea de Tribunales, y cien organizaciones más.

(2) «Cinco siglos de prohibición del arco iris en el cielo americano», Eduardo Galeano 1992.