Una tercera ola de Covid-19 asola al mundo, las potencias europeas se ven en la encrucijada de reforzar las medidas o continuar la apertura desmesurada para el flujo de capital.
El turismo como la panacea de la economía resulta un arma de doble filo, las nuevas cepas del virus se esparcen sorteando fronteras, los proyectos de acumulación y despojo continúan abiertamente erosionando los recursos naturales y sobreexplotando la fuerza de trabajo de millones de proletarios en el orbe, las medidas coercitivas y criminalizadoras han demostrado su ineficacia a la hora de combatir la pandemia, y la deshumanización de diversos gobernantes refleja la crisis sistémica del capitalismo que ya se expresaba antes de la hecatombe y que ahora, se observa en las calles y avenidas transitando entre lujo y pobreza.
Los procesos de vacunación demuestran la desigualdad a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que la gran mayoría de las personas vacunadas viven en alguno de los 10 países más ricos, es decir, tres cuartas partes de los seres humanos inmunizados se ubican en esas naciones y gozan mayoritariamente de una situación mejor de vida, esto, sin olvidar que aún hay países en los que la inoculación ni siquiera ha comenzado. La negativa de las empresas farmacéuticas de liberar las patentes y la falta de capacidad productiva de las mismas, ha llevado a la humanidad ante otra encrucijada, la distribución desigual y el acaparamiento de las potencias sobre las vacunas ha contribuido a incrementar el avance del virus, su mutación debido al tiempo en activo y ha demostrado que la lógica natural capitalista prioriza la ganancia y la monopolización por encima de la necesidad humana.
Adverso a lo que la propaganda sistémica indica, Cuba ha logrado desarrollar exitosamente sus vacunas muy a pesar del bloqueo imperialista y lleva a cabo su proceso de vacunación, siendo, además, uno de los países latinoamericanos con menor índice de fallecidos, lo que demuestra que nunca la ganancia-lucro podrá satisfacer las necesidades de la humanidad como sí lo hacen los proyectos de orientación social y/o socialista. No se trata de propaganda, si no de hechos comprobables y concretos.
La disputa por los mercados y la restructuración geopolítica no se ha detenido, en la pasada reunión de la OTAN el imperialismo estadunidense manifestó su voluntad de incrementar la confrontación de los países occidentales con Rusia y China, dividiendo al mundo nuevamente en polos de interés, pero lejos de esta lógica, millones de trabajadoras y trabajadores hacen frente al Covid-19 como desde el primer día, sorteando sus efectos para poder garantizarse un poco de comida en la mesa familiar muy a pesar del riesgo para su salud. En nuestra América, los pueblos se levantan y organizan para hacer frente a los gobiernos conservadores y neofascistas, la esperanza de un mundo mejor no se detiene sin importar que los tiempos aciagos continúen…