El subcomandante Marcos propuso a los pueblos indígenas de México hacer un equipo con el EZLN dentro de la otra campaña y de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, para «asegurar bien el lugar que como indígenas hemos conquistado y no debemos perder de ninguna forma». Afirmó que el objetivo de esta propuesta es […]
El subcomandante Marcos propuso a los pueblos indígenas de México hacer un equipo con el EZLN dentro de la otra campaña y de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, para «asegurar bien el lugar que como indígenas hemos conquistado y no debemos perder de ninguna forma».
Afirmó que el objetivo de esta propuesta es evitar que al encabezar la lucha de otros sectores, como plantea la Sexta Declaración, «se olvide otra vez, como en otras luchas de nuestro país, el trabajo y el esfuerzo de los pueblos indios, sus demandas y sus derechos».
Marcos, quien informó que la otra campaña «va a tardar años, no piensen que será como la marcha indígena de 2001», aseveró que «nadie va a respetar nuestro lugar si no lo hacemos respetar nosotros».
Al hablar ante delegados de 51 organizaciones y grupos indígenas que participan en la segunda de seis reuniones organizadas por el grupo rebelde con distintos sectores para impulsar la otra campaña, agregó que lo hecho por el EZLN en los años recientes de lucha ha tenido el propósito de que al final, «aunque nos acaben, quede algo para los pueblos indios que nos apoyaron», para que no ocurra como siempre, que «pasan movimientos, revoluciones y cambios y para los pueblos indios no pasa nada, todo sigue igual; los usan un tiempo», los dejan y luego los vuelven a usar.
La reunión, que se realizó en esta comunidad zapatista, inició minutos antes de las 11 horas con un mensaje del comandante Gustavo, quien dio la bienvenida a los más de 300 asistentes, muchos de ellos observadores y periodistas de distintos medios.
Participación de las mujeres
Luego tomó la palabra la comandanta Keli, quien exigió que se respeten los derechos indígenas y pidió que «como mujeres tengamos derecho de participar, de trabajar en cualquier tipo de trabajo; de gobernarnos y organizarnos como mujeres; que respeten» su cultura y sus lenguas.
«Exigimos que nos respeten nuestros derechos como indígenas, por eso luchamos por las 13 demandas y estamos organizando la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, para que caminemos juntos. Estamos aquí para escuchar su palabra y sus opiniones», abundó.
Los más de 300 asistentes ya estaban un tanto inquietos aguardando la llegada de los dirigentes zapatistas, cuando arribaron al auditorio 16 comandantes -nueve mujeres y siete hombres- encapuchados. Minutos después, con el pollo-pingüino entre sus manos, lo hizo Marcos, escoltado por siete guerrilleros armados.
Después del mensaje de Gustavo y de Keli tomó la palabra el subcomandante, quien inició su participación pidiendo un minuto de silencio para recordar «a dos hermanos que ya murieron y estuvieron en la lucha por los pueblos indios»: Efrén Capiz, de la Unión de Comuneros Emiliano Zapata de Michoacán, y el huichol Pedro de Haro.
Luego explicó que esta comunidad fue hasta 1994 la finca San Juan, cuyo dueño, quien abandonó el lugar el primero de enero de ese año, «ponía a rozar monte a los peones para hacer potreros y les decía que no les iba a pagar hasta que viera el trabajo. Los hermanos limpiaban, el finquero tardaba en llegar y al regresar el monte ya estaba retoñando y les decía que no habían rozado bien y no les pagaba las jornadas y jornadas de trabajo».
Dijo que después de esperar en vano el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, la comisión agraria del municipio autónomo Francisco Gómez repartió la tierra, y se acordó ponerle a la comunidad el nombre de Javier Hernández, originario de la vecina Pataté, quien era sargento de milicias del EZLN y desapareció en los combates de Ocosingo en enero de 94.
Marcos leyó en seguida un texto con la historia «que cuentan nuestros antepasados mayas de cómo empezó el mundo», y luego la explotación, el despojo, la dominación y la rebeldía. Así llegó hasta el momento en que «se hicieron acuerdos, marchas y movilizaciones, pero los que mandan y dominan (en el país) no quisieron reconocer nuestra palabra de cómo somos», es decir, los acuerdos de San Andrés.
«Lo que pasó es que estábamos mirando hacia arriba, hacia los gobernantes para ver si nos iban a reconocer los derechos y vimos que no resultó, entonces volvimos la mirada hacia abajo porque vimos que si mirábamos para arriba no iba a haber respuesta buena, sólo engaño, mentira, burla y desprecio, que fue lo que recibimos de los partidos políticos que ahora se están disputando la Presidencia de la República: PRI, PAN y PRD», abundó.
Hay que «mirar hacia abajo»
Señaló que el EZLN tardó en darse cuenta de que había que «mirar hacia abajo», que es donde está «el pensamiento que se llama de izquierda, que es el modo como se llama a lo que quiere que se acabe la explotación y que cambien las cosas para el bien de todos, no como ahorita, que sólo unos cuantos tienen la riqueza. Logramos muchos avances con ustedes; entendimos que somos los mismos y juntos teníamos que luchar por nuestros derechos, pero desgraciadamente los políticos no escucharon. Nosotros ya no vamos a esperar a ver si ahora van a aprender, a escuchar; por eso pensamos que tenemos que hacer otra cosa, porque si no ya no habrá casa para todos, que es la patria».
Añadió: «Sacamos la Sexta Declaración para juntarnos con mucha gente que está jodida y se está rebelando. Pero ya no es como antes, que el EZLN sacaba una iniciativa y a ver quién le entraba y quién no», explicó. Precisó que hasta el 16 de septiembre próximo, cuando se realice la reunión general con todos los grupos y organizaciones, se seguirá el formato actual de los encuentros, es decir, que presiden los zapatistas, pues «luego nos tenemos que poner de acuerdo para ver quién sigue, en dónde nos vamos a reunir, quién da la palabra, cómo se van a organizar los temas».
En este punto subrayó: «No hay que desesperarse, compañeros y compañeras, si es que parece que no hay acuerdo, porque faltan más reuniones con otros sectores». El movimiento «va creciendo; ahí va poco a poco» avanzando la otra campaña y la Sexta Declaración.
Para despejar las dudas y preocupaciones de muchos indígenas, Marcos expuso una de las ideas principales de su discurso: «Queremos hablarles derecho: ustedes conocen la historia de este país: los indígenas salieron buenos para cargar, trabajar y pelear en la guerra de independencia, la revolución, la guerra contra Francia, la resistencia contra Estados Unidos; siempre los que le entran más duro y decidido son los indígenas, pero a la hora que acaba todo, de ellos nadie se acuerda (…) Pensamos que tenemos que asegurar bien el lugar que como indígenas hemos conquistado y no debemos perderlo de ninguna forma».
Abundó: «Estamos invitando especialmente a los pueblos y organizaciones indios a que en la otra campaña y en la Sexta Declaración hagamos un equipo aparte de los demás, no para pelearnos sino para hacer los trabajos juntos; que el EZLN y sus organizaciones estemos pendientes siempre de que no se olvide otra vez, como en otras luchas de nuestro país, el trabajo de los pueblos indios, sus demandas y sus derechos», sino «al final va a haber cambios y los pueblos indios otra vez a las esquinas a pedir limosna o a que se burlen de ellos, por su modo, su forma de hablar, por su cultura».
Sostuvo que «si no lo hacemos así va a pasar que se van a plantear mejores salarios -es bueno-, que vivienda digna, créditos, apoyo para el campo, que son demandas buenas y justas y que hay que exigir, pero si a la hora de todo eso al final otra vez quedan de lado nuestros derechos como pueblos indios, no lo podemos permitir. Tenemos en todo momento que volver a plantear una y otra vez con estos hermanos con los que nos vamos a unir para la lucha, que aparte luchamos como indígenas».
Manifestó que «mantener bien lo indígena nos está costando mucho trabajo a nosotros», pues «no podemos pensar que lo más importante es que cambie el sistema y haya buenos salarios y que se acabe el neoliberalismo; eso es importante, pero también lo es no perder nuestras demandas».
Más adelante, el dirigente rebelde dio a conocer su valoración acerca del avance de la nueva etapa emprendida por el EZLN: «Nosotros vemos que este movimiento está creciendo, a pesar de que dicen ‘no pos es que están pagados por Salinas, Madrazo, Marta Sahagún’; que ya vieron ahí (dirigió la mirada hacia un puesto de venta de ropa) los vestidos de Marta Sahagún que no pudo vender, ya los están vendiendo los zapatistas y tampoco se venden, pero ese es otro problema. No, compañeros y compañeras, el movimiento se ve que está creciendo; pensamos que después de lo que se dijo en la reunión pasada iba a haber gente que se iba a salir, y no, entraron más».
A diferencia de la reunión de hace ocho días, esta vez -por lo menos en el mensaje de apertura-, el sup tocó el tema de López Obrador sólo de manera marginal al explicar que en dicho encuentro se habló del tabasqueño y de las elecciones. «Fue el que más se discutió, pero no hubo gran debate, ni mucha disputa».
Sin embargo, cuando ya se retiraba al primer receso, un reportero le preguntó si ya había terminado la polémica con el PRD, y la respuesta de Marcos fue: «apenas va a empezar. Todavía falta».