Poco más de la mitad del Parlamento iraní respaldó el borrador de un proyecto de ley para cerrar el Estrecho de Ormuz, dijo el viernes un legislador, amenazando con cerrar el paso en el Golfo Pérsico a los buques petroleros en represalia a las sanciones europeas sobre las exportaciones de crudo iraní. La asamblea tiene […]
Poco más de la mitad del Parlamento iraní respaldó el borrador de un proyecto de ley para cerrar el Estrecho de Ormuz, dijo el viernes un legislador, amenazando con cerrar el paso en el Golfo Pérsico a los buques petroleros en represalia a las sanciones europeas sobre las exportaciones de crudo iraní.
La asamblea tiene poco control sobre las decisiones de defensa nacional y política exterior, donde el líder supremo ayatolá Ali Khamenei tiene la última palabra, pero la ley indicaría el apoyo de la legislatura a cualquier decisión de cerrar el estrecho, una amenaza que el ministro del Exterior de Irán subestimó recientemente.
El legislador Javad Karimi Qodoosi dijo que 150 de los 290 miembros del Parlamento firmaron el proyecto de ley, al describir el estrecho como el «grifo al mundo» del que Irán tiene la llave.
«Si las sanciones continúan, los países que han impuesto sanciones no tienen derecho de cruzar el Estrecho de Ormuz sin un perjuicio», dijo la agencia estudiantil de noticias iraní, Isna, al citar a Qodoosi.
La fuerte presencia naval de Occidente en el Golfo Pérsico y las áreas circundantes es un gran impedimento para cualquier intento de bloquear la crucial ruta de navegación por donde pasa el 40 por ciento de las exportaciones de petróleo vía marítima. Qodoosi descartó este obstáculo.
«Desde un punto de vista militar, el potencial de cerrar el Estrecho de Ormuz es de un 100 por ciento (…) si cerramos la vía ningún país logrará abrirla», agregó.
Las amenazas de Irán de clausurar la vía de navegación se han multiplicado en respuesta a las sanciones impuestas por las potencias de Occidente sobre sus exportaciones de crudo.
La Unión Europea prohibió las importaciones de crudo de Teherán a partir del 1 de julio y Turquía, que no pertenece a la UE, ya redujo sus compras de combustible iraní.
Las sanciones se produjeron como consecuencia del programa nuclear de Irán, sobre el cual Occidente cree que tiene el objetivo de crear armas atómicas y Teherán dice que tiene propósitos pacíficos.