México amaneció este lunes con dos candidatos presidenciales, el del oficialismo y el de izquierda, que se declaran triunfadores. Pero las autoridades no proclaman aún a ninguno como tal, dando lugar a un escenario de alta tensión que pone a prueba las instituciones democráticas. El independiente Instituto Federal Electoral (IFE) podría diferir hasta este miércoles […]
México amaneció este lunes con dos candidatos presidenciales, el del oficialismo y el de izquierda, que se declaran triunfadores. Pero las autoridades no proclaman aún a ninguno como tal, dando lugar a un escenario de alta tensión que pone a prueba las instituciones democráticas.
El independiente Instituto Federal Electoral (IFE) podría diferir hasta este miércoles la confirmación del ganador de las elecciones de la víspera, en razón de la paridad de votos obtenidos por Felipe Calderón, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), y por Andrés López Obrador, del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Hasta las 8:30 horas de la mañana mexicana de este lunes, el conteo oficial, que de forma abierta y transparente difunde el IFE en la red de computadoras Internet, indica que Calderón consiguió 36,5 por ciento de los votos y López Obrador 35,4 por ciento. Las cifras corresponden a 95,1 por ciento de las 130.788 actas levantadas en cada casilla electoral.
Se prevé que al terminar el conteo, los partidos políticos y el propio IFE hagan desde el miércoles uno nuevo y más minucioso, acta por acta y, si es necesario, voto por voto. Los actores tienen además derecho a impugnar ante el Tribunal Federal Electoral cualquier casilla por presuntas irregularidades, lo que podría retrasar aún más la entrega del resultado final.
«México vive el escenario mayor tensión que podíamos imaginar. Ahora veremos de qué están hechas las instituciones electorales, pero desde ya preocupa la actitud de los candidatos», dijo a IPS Luis Ortiz, analista independiente en asuntos comiciales.
Según la politóloga del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Denise Dresser, las votaciones del domingo indicaron que el «electorado está genuinamente dividido».
«Muchos optan por el cambio (López Obrador) y muchos otros por la continuidad (Calderón). Muchos le apuestan a la incertidumbre de lo desconocido y muchos se refugian en el puerto seguro de lo familiar», expresó.
El presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, exhortó a los contendientes a actuar con responsabilidad y a no declararse triunfadores con anticipación por lo parejo de la contienda.
Sin embargo, luego de ese pedido y cerca de la medianoche de la víspera fue López Obrador quien se presentó ante los medios de comunicación y más tarde ante sus seguidores reunidos en el Zócalo, la plaza central de la capital del país, para afirmar que había triunfado y que la autoridad electoral sólo debería reconocer y refrendar ese hecho.
Calderón fue más cauto. Aunque declaró que, según la mayoría de encuestas de salida de los centros de votación y en los conteos del IFE él será quien suceda al presidente Vicente Fox, sostuvo que deberá aún esperarse el pronunciamiento final de las autoridades comiciales.
El postulante oficialista obtuvo en la mayoría de los sondeos a boca de urna el mayor porcentaje de apoyo, pero con diferencias mínimas respecto de su contendiente, lo cual anuló su validez estadística.
México está en un escenario de riesgo. «Parece que hay la tentación de ganar las elecciones en las plazas y en los medios de comunicación», advirtió el politólogo Alfonso Zárate, director del no gubernamental Grupo Consultor Interdisciplinario.
En los comicios del domingo, en los que además de presidente se eligieron legisladores, tres gobernadores y al alcalde de la capital de México, se registró una concurrencia masiva de la ciudadanía habilitada.
En materia de legisladores, los conteos oficiales hasta el momento indican que el PAN obtuvo la mayoría de los votos, seguido por el PRD y en tercer lugar quedó el histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pero ninguno de ellos en particular tendrá mayoría absoluta en la Cámara de Diputados de 500 miembros ni en el Senado de 128 lugares.
El candidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo, obtuvo sólo 20 por ciento de los votos, quedando así en tercer lugar, mientras que Patricia Mercado, de Alternativa, y Roberto Campa, de Nueva Alianza, recogieron menos de seis por ciento de los sufragios.
En cuanto a las gobernaciones en juego en los estados de Guanajuato, Jalisco y Morelos fueron todas ganadas por el PAN. La alcaldía de la ciudad de México fue para Marcelo Ebrad, del PRD, el partido de izquierda a cargo de administración desde 1997.
Días antes de las elecciones y durante la jornada del domingo, observadores y analistas locales e internacionales destacaron el animado ambiente ciudadano que encontraron. Destacaron, además, la fortaleza y credibilidad del IFE, a la que consideran una de las instituciones electorales «más confiables del mundo».
Pero ahora el IFE vive su prueba de fuego, así como los partidos políticos y sus candidatos, que deberían reconocer el resultado final, sea cual sea, sostienen los analistas. Jamás antes en la historia de México hubo un escenario como el dibujado en la víspera.
«Esta es la democracia, lo que debemos hacer todos es confiar en el IFE y esperar el resultado final, pues en las elecciones presidenciales no pueden haber empate», recordó el analista Ortiz.
Lo que más preocupó a los observadores en las últimas horas de los comicios fue la actitud de López Obrador, quien declaró que estaría «pendiente para que se respete nuestro triunfo» e, incluso, expresó que habría algún interés de las autoridades en «escamotear» ese resultado a su favor.
En cambio, Calderón indicó que respetaría plenamente el conteo y el pronunciamiento final del IFE, aunque insistió en la seguridad de su triunfo.
En sus discursos, ambos contendientes señalaron que tras oficializarse su triunfo llamarían a la concordia a sus contrincantes.
El candidato del PAN habló de armar un gobierno de coalición, mientras que López Obrador dijo que buscará que se negocie y firme un pacto nacional de unidad con diversos actores sociales.
A la 20 hora local, del domingo, miles de mexicanos estuvieron pegados a sus televisores y radios para conocer los resultados de las encuestas de salida de urna. Sin embargo, todos los medios de comunicación y firmas privadas señalaron que la contienda era tan cerrada que no podían ofrecer ningún dato válido que indicara el ganador.
Tres horas después, Ugalde informó que tampoco el IFE podía declarar un ganador, pues los resultados de su conteo rápido de 7.281 casillas representativas no indicaban con certeza el resultado final. El funcionario pidió esperar hasta este miércoles, pero incluso esa fecha podría no ser definitiva.