Recomiendo:
0

Nepal: un proceso revolucionario en marcha

Fuentes: Rebelión

El golpe de estado dado por el rey nepalí a primeros de mes ha puesto de moda Nepal. Sin embargo, en este país se viene desarrollando un proceso revolucionario desde 1996 que amenaza con provocar el derrocamiento de la monarquía y, consecuentemente, de todo el régimen político y económico que la sustenta. ¿Por qué un […]

El golpe de estado dado por el rey nepalí a primeros de mes ha puesto de moda Nepal. Sin embargo, en este país se viene desarrollando un proceso revolucionario desde 1996 que amenaza con provocar el derrocamiento de la monarquía y, consecuentemente, de todo el régimen político y económico que la sustenta. ¿Por qué un golpe de estado en febrero cuando estaban previstas unas elecciones generales en abril? El destituido primer ministro Sher Bahadur Deuba, había anunciado el pasado 13 de enero que las elecciones serían ese mes y que se celebrarían «en varias fases» para garantizar la seguridad de las mismas e impedir, de esta forma, las acciones de la guerrilla.

La decisión de convocar esos comicios se tomó un día después de que venciese el plazo que el gobierno monárquico había dado a la guerrilla para retomar las negociaciones políticas y decretar una tregua en su accionar armado, como la que se mantuvo durante 7 meses en el año 2003. El acuerdo se rompió en agosto de ese año ante la negativa reiterada del gobierno monárquico a convocar una Asamblea Constituyente que redactase una nueva Constitución y, desde entonces, la guerrilla aumentó su influencia en las zonas rurales del país, se asentó en las ciudades, incrementó sus ataques contra los destacamentos militares y provocó un bloqueo de la capital, Katmandú, durante una semana en agosto de 2004. La guerrilla daba así muestra de su fuerza, advirtiendo al gobierno monárquico que tomaría medidas más fuertes, incluso de carácter insurreccional, si no se daba una respuesta sobre la investigación exigida sobre el asesinato de varios de sus dirigentes y se hacía pública la situación de los guerrilleros que se encontraban detenidos por el ejército.

Cuatro días más tarde de que el primer ministro anunciase la convocatoria de elecciones generales, el 17 de enero, una huelga convocada por asociaciones estudiantiles y los principales partidos opositores (no armados) paralizó Katmandú en protesta por el aumento de los precios de los carburantes entre el 9 y el 13% y una subida similar del IVA, justificadas ambas medidas por el gobierno monárquico por el aumento de los precios del petróleo y «el gasto al que tiene que afrontar para luchar contra la guerrilla». Los planes eran conseguir 19 millones de dólares adicionales para aumentar un presupuesto de 220 millones de dólares inicialmente previsto para modernizar el ejército e incrementar en 3.000 sus efectivos, en estos momentos de 80.000 soldados. El ejército recibe asistencia y asesoría de EE.UU y otros países como India. Antes del golpe de Estado la Administración Bush había solicitado al Congreso una partida de 20 millones de dólares en calidad de «asistencia militar contra la guerrilla».

La represión fue dura, con al menos seis muertos entre los huelguistas, y la respuesta de la guerrilla espectacular: entre los días 23 y 31 de enero murieron 65 soldados y policías en diferentes acciones militares de la guerrilla. El día 1 de febrero se produce el golpe de estado y la detención de centenares de personas (se habla ya de 1.500 detenidos), entre ellas quienes hasta ese momento eran los principales apoyos del monarca, incluyendo al primer ministro Sher Bahadur Deuba y Madhav Kumar, secretario general del Partido Comunista de Nepal-Marxista Leninista Unificado, uno de los principales grupos de la coalición de gobierno. Este partido había tenido en sus manos durante un tiempo el Ministerio del Interior, en 1998, encargado de combatir directamente a la guerrilla.

Auge, crecimiento y popularidad de la guerrilla

Nepal es un país de algo más de 25 millones de habitantes, de los que el 88% viven en el campo y sólo el 12% en las ciudades, con una tasa de desempleo oficial del 47% y el 70% de la población vive por debajo del umbral de pobreza absoluta. El índice de analfabetismo está, oficialmente, en el 50%. Uno de los datos más esclarecedores de la realidad socioeconómica es que Nepal es uno de los escasísimos lugares del planeta en el que la esperanza de vida de la mujer es inferior a la del hombre, estando la de éste en los 56 años.

Esta es, en trazos muy gruesos, la realidad. Frente a ella, en 1996, decidió levantarse en armas el Partido Comunista de Nepal (maoísta). El crecimiento del proceso revolucionario en marcha desde entonces es espectacular, ya que en menos de 9 años ha logrado implantarse en 73 de los 75 distritos del país, controla casi el 40% del mismo y se ha convertido en el principal referente del proceso de cambio que propugna la sociedad nepalí. Los primeros combates se realizaron con pequeñas unidades de guerrilleros, armados con fusiles viejos e imbuidos de las teorías maoístas de revolución agraria, transformación social, igualdad, soberanía para el país (en referencia al Tratado de Mahakali firmado entre Nepal e India, mediante el cual India pasa a beneficiarse casi en exclusiva de las aguas de esa zona; una situación muy parecida a la que se vive en el sur de Líbano con las pretensiones israelíes de controlar las aguas de los ríos Hasbani y Wazzani), liberación de la mujer, eliminar la corrupción, etc.

El incipiente Ejército Popular de Liberación inició la clásica estrategia maoísta de cercar las ciudades desde el campo, y para ello había que fortalecer las bases estratégicas y las bases de apoyo. El EPL inició sus ataques primero contra las milicias que defendían los intereses de los terratenientes y que eran, de hecho, paramilitares similares en su concepción a los paramilitares de las AUC en Colombia, surgidos para defender los intereses de los ganaderos y grandes latifundistas. Luego, concentró sus acciones militares en los puntos más débiles del Ejército Real Nepalés, los retenes menos fortificados, para hacerse con armamento fácil y provocar el repliegue de los soldados hacia bases más amplias y zonas más seguras lo que provocaba, de hecho, el abandono de una amplia zona del país que caía así bajo la influencia y el control del EPL. Según se lee en los documentos del PCN (m), esta táctica «tenía ventajas políticas, pues era posible obligar al enemigo a asumir una posición defensiva táctica y de ahí, pasar a una posición defensiva estratégica». Es decir, la aplicación de la teoría maoísta de «uno contra diez» -el ejército monárquico tiene más fuerza que el guerrillero- en los aspectos estratégicos y el «diez contra uno» en los aspectos tácticos con la finalidad de eliminar concentraciones enemigas en base a una mayor superioridad de las fuerzas en liza. Esto es lo que algunos articulistas ( Bernat Masferrer, «O muere el rey o muere la guerrilla», Rebelión 6-02-2005) consideran «determinación» puesto que « en los últimos tres años no ha habido ningún mes en que el número de víctimas infligidas a las fuerzas armadas haya sido superior al número de bajas de la propia guerrilla»).

El EPL ha crecido siguiendo el esquema clásico: partido-guerrilla-frente. Y dentro de la guerrilla, pelotón (30 elementos), compañía (100 integrantes), brigada (300 combatientes) y batallón (1.000 combatientes). La primera vez que una brigada guerrillera, como tal, participó en un combate fue en abril de 2002, cuando se atacó la delegación de policía Rukumkot, considerada muy segura por el alto nivel de fortificación y calidad del armamento. Eso no quiere decir que se mantengan grandes formaciones guerrilleras con carácter permanente, sino que se constituyen en función de la estrategia.

En estos momentos se calcula que el EPL tiene unos 6.000 combatientes regulares, controla el 40% del territorio de Nepal, donde viven unos 10 millones de personas. Aquí han instaurado «Gobiernos Autónomos Regionales y Nacionales» -especialmente relevante es el constituido en Rolpa, considerada la «zona revolucionaria principal», donde el poder es ejercido por el Comité Popular, compuesto por 11 miembros entre los que no sólo hay miembros del EPL, sino «representantes democráticos y nacionalistas» de partidos como el Partido Comunista de Nepal-Marxista Leninista Unificado que se han manifestado contrarios con la línea de colaboración con la monarquía impuesta por la dirección de Katmandú. Los comités dirigen los aspectos administrativos, económicos, sociales, culturales, educativos y de desarrollo de los pueblos y aldeas y fijan los precios mínimos para todas las categorías de productos. Estas zonas son consideradas las bases de apoyo del movimiento guerrillero.

Aquí ejercen la justicia popular, entregan tierras a los campesinos «medios, pobres y sin tierra» -tres categorías, establecidas en base a si se cuenta con una yunta de bueyes, tierra suficiente para compartir trabajo y posibilidad de garantizar una producción que al menos dé de comer todo el año- y se realizan elecciones en las que son elegibles y elegidos candidatos honestos y respetados por la población por su integridad, dándose casos en los que han sido elegidos representantes del Congreso Nepalés, principal sostén de la monarquía, pero que, al igual que en el caso del PCN-MLU, se han manifestado con rotundidad en contra de las decisiones de su partido. Es decir, respetan la administración de las aldeas que deciden los propios ciudadanos (calco de la Revolución Cultural china) siempre y cuando sean desplazados los representantes desleales. Esto ha provocado auge, crecimiento y popularidad de la guerrilla, especialmente entre las mujeres (hay muchos casos de mujeres dirigentes y comandantes de destacamentos guerrilleros).

Antes de la llegada de la guerrilla a esas zonas la obligación de las mujeres era aceptar por marido al hombre que hubiesen elegido sus padres, no podían divorciarse -sí los hombres-, estaba reconocida la poligamia, las viudas no podían volver a casarse y no podían poseer tierras, por ejemplo, entre otras formas de sumisión. Ahora la propiedad de la tierra es concedida tanto a hombres como a mujeres y las anteriores prácticas han sido abolidas.