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60 aniversario de Bretón Woods

Ninguna razón para festejar

Fuentes: Servicio Informativo

No fue en Washington sino en Madrid que comenzaron los actos de conmemoración del 60 aniversario del Acuerdo de Bretton Woods que dieron origen a la creación del Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), dos organismos que en los últimos años se han convertido en la principales […]

No fue en Washington sino en Madrid que comenzaron los actos de conmemoración del 60 aniversario del Acuerdo de Bretton Woods que dieron origen a la creación del Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), dos organismos que en los últimos años se han convertido en la principales actores de la globalización neoliberal que tiene nefastas consecuencias para la mayoría de la humanidad.

En efecto, los «festejos» se iniciaron con una conferencia internacional denominada «»Dólares, deuda y déficit desde Bretton Woods», efectuada el 14 y 15 de junio en el Banco de España, y presidida por Rodrigo Rato, el ex funcionario del gobierno derechista de José María Aznar, que hoy funge como el nuevo presidente del FMI.

Entre los asistentes figuran Pedro Solbes, ministro de Economía y miembro de la Comisión Trilateral y del Club de Bilderberg ; Jaime Caruana, gobernador del Banco de España; Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo y miembro del Club de Bilderberg; Roger Ferguson, vicepresidente del banco central de Estados Unidos, Hervé Hannoun, subgobernador del Banco de Francia; Malcolm Knight, director general del BID; Jürgen Stark, vicepresidente del Bundesbank; Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México. Además estuvieron presentes funcionarios del Banco Central Europeo, del Banco de Inglaterra y de las universidades de Estados Unidos y Europa.

Los banqueros y funcionarios bien pagados seguramente tienen muchas razones para regocijarse con la creación de estos organismos encargados de poner «disciplina y orden» en las economías de los países pobres y asegurar el pago de la deuda externa. Por el contrario, estos dos hermanos siameses se han constituido en los principales factores de desestabilización económica, política y social de los países del Sur y generadores de pobreza, desigualdad e injusticia. Veamos porqué no hay ninguna razón para festejar:

* Son organismos anti-democráticos: El Banco Mundial (que está formado por el BIRD y la Agencia Internacional de Desarrollo) es propiedad de todos sus países miembros, que deben serlo también del FMI. Cuando se incorporan, garantizan una suscripción de capital que depende de la riqueza de cada uno. Ello determina el número de votos de cada Estado. Así, por ejemplo, Estados Unidos controla más del 17% de los votos, mientras que, juntos, 45 países africanos sólo controlan el 4%. La distribución de votos en el FMI sigue la misma dinámica: el G-7 (grupo que engloba a los siete países más industrializados del mundo) y los países de la Unión Europea disponen del 56% de los votos en la junta ejecutiva, cuando sólo representan al 14% de la población mundial. Las decisiones de ambas instituciones están de esta forma determinadas por los intereses de las grandes potencias.

* Aseguran el pago de la deuda: Inicialmente al FMI se le encargó la tarea de velar por la estabilidad del sistema financiero internacional, evitando las políticas de devaluaciones competitivas y de barreras arancelarias que habían sido muy perjudiciales para la economía internacional entre los años 1929 y 1939. Sin embargo, el FMI cambió de rol centrando sus esfuerzos desde agosto de 1982 (cuando estalló la crisis de la deuda), en propiciar que los países endeudados paguen sus deudas a los grandes bancos comerciales -que comenzaron a participar en la financiación de los países empobrecidos en la década de los 70- a través de pequeños préstamos destinados a hacer frente a los intereses de la deuda. A cambio de estos préstamos, el BM y el FMI exige a los países receptores, estrictas reformas estructurales, derivadas de uno de los principales ejes en los que se basa su política: la consecución del equilibrio de las balanzas de pagos, es decir, de los flujos financieros entrantes y salientes.

* Atentan al medio ambiente: Otro de los efectos de las políticas de las instituciones de Bretton Woods ha sido la reducción de las partidas destinadas por los Gobiernos a la protección del medio ambiente. Así, en los últimos años Brasil ha recortado en dos tercios su presupuesto en esta materia, uno de cuyos principales programas estaba dirigido a proteger el bosque amazónico, afectado gravemente por la deforestación como consecuencia de la acción de los ganaderos, madereros, agricultores y mineros.

* Sus políticas de «ayuda» son mentirosas: Las políticas de «ayuda» del BM (a través de sus agencias como la International Finance Corporation y la Multilateral Investment Guarantee Agency) y del FMI están impulsando abiertamente la privatización de los servicios de agua en los países empobrecidos (creando monopolios y oligopolio como los de la luz y teléfono) al incluirlo siempre entre las condiciones para sus préstamos. El BM establece que las instituciones gubernamentales internacionales sólo pueden proporcionar el 5% de los recursos necesarios.

* Imponen planes de ajuste perversos. El BM y el FMI imponen los Planes de Ajuste Estructural (PAE) a los países endeudados que no son mas que fuertes directrices económicas obligándolos a aceptar: aumento de las exportaciones y disminución de las importaciones, recorte de gastos sociales, abolición de medidas económicas proteccionistas (lo cual favorece claramente a las grandes multinacionales de los países acreedores)… Estas «recetas económicas» no dejan de ser una forma encubierta de asegurarse la dependencia económica de los países endeudados y, en definitiva, una nueva forma de colonialismo.

* Vergüenza total: Más de la mitad de la población de los países altamente endeudados sobrevive con menos de un dólar diario; uno de cada seis niños y niñas muere antes de cumplir los cinco años por enfermedades relacionadas con la pobreza, y los niveles de escolarización son mínimos. Pretender que sus gobiernos empleen más dinero en pagar la deuda que en atender a las necesidades básicas de educación y salud es intolerable y contradice los objetivos de la Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC), programa impulsado por el FMI y el BM.

Vemos pues que el compromiso del FMI y del BM con la reducción real de la pobreza es una falacia. Según el propio FMI «las tareas del FMI y del Banco Mundial son complementarias». Es necesaria pues una resuelta acción política para cambiar la situación de esos organismos (FMI y BM), erigidos en representantes del poder dictatorial sobre los ciudadanos del planeta. Y en esta acción política, que pasa por recuperar el control democrático de los mercados financieros y sus instituciones, se enmarca el movimiento alterglobalizador, y en concreto del movimiento mundial Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (ATTAC).

(Con información de ATTAC)