Inspirado en el lema arriba señalado y en la Carta de Principios del Foro Social Mundial, que reúne entidades y movimientos que se alinean en la lucha contra el neoliberalismo y se empeña en la construcción de una sociedad planetaria orientada a una relación fecunda entre los seres humanos con la tierra, se iniciará este […]
Inspirado en el lema arriba señalado y en la Carta de Principios del Foro Social Mundial, que reúne entidades y movimientos que se alinean en la lucha contra el neoliberalismo y se empeña en la construcción de una sociedad planetaria orientada a una relación fecunda entre los seres humanos con la tierra, se iniciará este 11 de septiembre, el III Foro Social Mundial de las Migraciones, en Rivas-Vaciamadrid, España.
El tema de las migraciones levanta un debate cada vez más intenso, ora por el volumen de migrantes que no para de aumentar, ora por el monto de remesas que los inmigrantes envían a sus países de origen, ora por su carácter contradictorio, pues en muchos países los migrantes son necesarios pero indeseados. En las últimas décadas, más de 30 millones de personas emigraron dentro y fuera de América Latina y del Caribe, siendo que para países como Bolivia, El Salvador, Nicaragua y Haití los migrantes representan un 20% de su población. En 2007, los inmigrantes de esta región enviaron a sus países más de 67 mil millones de dólares.
Sin embargo, lo que más está provocando el debate es la postura de los países ricos, receptores de inmigrantes, como Europa y Estados Unidos. Aumentan los muros, se crean legislaciones cada vez más restrictivas y criminalizadoras de los migrantes, se montan sistemas de vigilancia cada vez más sofisticados, patrullas armadas los persiguen implacablemente. La búsqueda de mejores condiciones de vida y de trabajo se volvió un crimen. No es otro el espíritu de la Directiva de Retorno, más conocida como «Directiva de la Vergüenza» que Europa aprobó.
Se olvida Europa que el aumento de las migraciones tiene que ver directamente con los siglos de colonialismo impuesto a al continente americano y que continúa hoy a través de las políticas de privatización de los servicios públicos, apertura comercial y destrucción de la agricultura familiar, que provoca una extrema vulnerabilidad en las economías de los países pobres y obliga a millones de personas a emigrar.
El documento que el Grito de los Excluidos/as Continental lanza en este -III Foro Social Mundial de las Migraciones señala que en tiempos pasados, cuando el continente europeo era azotado por la crisis industrial del capitalismo, que dejó en la miseria a inmensas masas de trabajadores, millones de sus hijos se vieron obligados a emigrar y fueron muy bien recibidos en los países de destino. No encontraron aquí muros, centros de internamiento, sistemas de vigilancia y persecuciones. No fueron criminalizados ni maltratados por ser migrantes. El Grito afirma que también que la Directiva es un insulto contra los derechos humanos, la diversidad cultural y el diálogo intercultural; al repudiar tal directiva proponemos la ciudadanía universal, la integración de los pueblos y el acceso a los derechos, independientemente de la situación administrativa de los documentos y de los países donde los migrantes se encuentren.
¿Serán estas las soluciones?
Como ya dijimos muchas veces, la migración es denuncia y anuncio. Denuncia de un modelo concentrador, excluyente y anuncio de otro mundo, otra política, donde además del derecho de emigrar debe haber también el derecho de no migrar, con condiciones de vida digna para permanecer en el lugar de origen.
¿Cuándo Europa comprenderá que la solución no está en construir muros, vallas, sistema de vigilancia, patrullas, centros de internamiento, etc.? La solución es invertir y generar trabajo en los países de origen para que la migración sea una opción y no una decisión forzada buscando mejores condiciones de vida y de trabajo. Además de eso, los europeos deben reconocer que los inmigrantes rejuvenecen su población, crean riquezas; cuidan de sus niños y ancianos y, sobre todo, alegran la vida de los países de destino. La solución no están en los muros, sino en el desarrollo sostenible de los países de origen que contemple a las generaciones actuales y futuras.
Luiz Bassegio y Luciane Udovic integran la Secretaría Continental del Grito de los Excluidos/as.
* Más información en http://movimientos.org/