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Obama inicia su visita a India con los talibanes en mente

Fuentes: Reuters

El viaje del presidente estadounidense, Barack Obama, a India en noviembre se anuncia oficialmente como una visita a una potencia económica emergente, pero también abordará cómo Nueva Delhi lidia con el acertijo Pakistán-Afganistán. Luego de nueve años de guerra, existen indicios de que Estados Unidos y el presidente afgano, Hamid Karzai, están logrando conversar con […]

El viaje del presidente estadounidense, Barack Obama, a India en noviembre se anuncia oficialmente como una visita a una potencia económica emergente, pero también abordará cómo Nueva Delhi lidia con el acertijo Pakistán-Afganistán.

Luego de nueve años de guerra, existen indicios de que Estados Unidos y el presidente afgano, Hamid Karzai, están logrando conversar con los talibanes y Nueva Delhi busca asegurarse de que cualquier posible arreglo proteja a India del riesgo de que grupos militantes ingresen a sus fronteras.

Esto podría significar que India ayude en iniciativas regionales para asegurar la estabilidad de Afganistán, incluyendo lazos más cercanos con Irán y Rusia -también preocupados por la actividad de talibanes en su vecindad- si Washington abandona la región. «Existe una conciencia en India de que Estados Unidos no preservará tus intereses. Tendrás que hacerlo tú», dijo Srinath Raghavan, del Centro de Investigación Política en Nueva Delhi. «India busca tener una póliza de seguro en Afganistán más que tener un papel activo», agregó.

India y Estados Unidos revisan una serie de asuntos, mientras el ex aliado soviético de la Guerra Fría se vuelve cada vez más hacia Occidente.

Ambos podrían tener intereses divergentes respecto a Afganistán, pese a que esto es una amenaza menor a las relaciones más amplias entre ambos países como lo muestra el viaje de Obama, ya que se trata del viaje presidencial más largo del mandatario a cualquier nación.

India es el mayor donante de ayuda regional para Afganistán y sus 1.300 millones de dólares destinados a proyectos, que van desde construir un Parlamento hasta una carretera hacia Irán, muestran cómo Nueva Delhi busca contrarrestar a los talibanes.

Washington se ha mostrado contento ante ese flujo de ayuda, a diferencia de su aliado Pakistán, rival de India y potencia nuclear. El Ejército pakistaní ve a Afganistán como su propio patio trasero. «India piensa que Estados Unidos está dependiendo mucho de Pakistán en Afganistán, y que no se puede confiar», dijo Walter Andersen, un ex funcionario del Departamento de Estado estadounidense que actualmente se desempeña en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins. Andersen agregó que Obama podría aprovechar la rivalidad de India con Pakistán para presionar a Islamabad a tomar más acciones en Afganistán. «A menudo me he preguntado por qué no lo hizo antes», indicó.

El mayor temor de India es volver a la década de 1990, cuando el régimen pakistaní apoyado por los talibanes coincidió con una racha de ataques militantes en la frontera india, junto con la sensación de que los militantes podían actuar impunemente en la región.

India ya culpó a Pakistán de una «guerra por proximidad» en Afganistán que en los últimos años vio un ataque con un coche bomba en la embajada india.

¿Qué piensa Obama?

El problema para India es saber exactamente qué planea hacer Obama en Afganistán, ¿Cuándo y cuántas tropas se retirarán? ¿Qué influencia tendrán los talibanes en un acuerdo de paz?.

El nuevo libro del periodista estadounidense Bob Wodward «Obama’s Wars» destacó para varios comentaristas que el Gobierno de Obama está fuertemente dividido sobre su estrategia afgana. «Una vez que tengamos claridad sobre lo que Estados Unidos quiere hacer, podemos llegar al final del juego», dijo Siddharth Varadarajan, editor de asuntos estratégicos del periódico The Hindu. «Si por ejemplo (busca) mejorar los lazos con vecinos como Irán».

Esto significaría un difícil acto de equilibrio respecto a Irán mientras Estados Unidos aumenta las sanciones por su programa nuclear. India ya discutió revivir las conversaciones sobre un gasoducto desde Irán y se elevó el número de visitas oficiales entre ambas naciones.

Los lazos con Estados Unidos han mejorado tras algunos tropiezos al inicio de la presidencia de Obama, cuando Nueva Delhi bloqueó exitosamente los intentos de Washington de incluir una solución sobre Cachemira como parte de una estrategia para estabilizar a Pakistán y Afganistán.

India ve a Cachemira como un asunto bilateral y desestima cualquier influencia externa.

Las relaciones de India con Pakistán decayeron desde los ataques del 2008 a Mumbai, cuando militantes pakistaníes cruzaron hacia el centro financiero de India y causaron la muerte de 166 personas.

Con Mumbai fresco en el recuerdo de los indios, Nueva Delhi probablemente le pedirá cautela a Washington sobre Pakistán y hablar con los talibanes, aunque hasta el minuto India ha evitado elevar las tensiones con Islamabad, una política aplaudida en Estados Unidos. «No hay evidencia -ciertamente no en el libro de Woodward- de que el Gobierno piense en India con respecto a Afganistán en términos diferentes a pedirle no presionar a Pakistán», escribió en un correo electrónico Stephen P. Cohen, quien se dedica a estudios sobre política exterior en Brookings Institution en Washington.

India también mostró renuencia a involucrarse más en Afganistán. Pese a su ayuda, Nueva Delhi se ha retirado de propuestas más ambiciosas de entrenar al Ejército y fuerza policial afgana. «India es un personaje secundario en Afganistán», dijo C. Raja Mohan, editor de asuntos estratégicos del Indian Express.

Por lo tanto, India podría buscar iniciativas menores, como reforzar el apoyo a líderes ligados a la Alianza del Norte, el grupo anti-talibanes apoyado por India en la década de 1990. «No podemos imaginarnos una forma de utilizar a India, que es una potencia regional», escribió Cohen. Los rivales parecen destinados a tener roles opuestos en Afganistán, declaró.

Fuente: http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE69O0V720101025

Traducción de Juana Casas