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Paraguay: Tropezones y Alertas

Fuentes: Brecha

El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, casi ha terminado de constituir el gabinete ministerial. La mayoría de los ministros serán de derecha moderada, lo que la ha valido al obispo protestas de las organizaciones progresistas. A la desconfianza que expresan esos sectores, que celebraron como el nacimiento de otro país la victoria de la […]

El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, casi ha terminado de constituir el gabinete ministerial. La mayoría de los ministros serán de derecha moderada, lo que la ha valido al obispo protestas de las organizaciones progresistas.

A la desconfianza que expresan esos sectores, que celebraron como el nacimiento de otro país la victoria de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) el 20 de abril, se suman las dudas que despiertan las negociaciones con el partido Unace, del general Lino Oviedo, buscando una mayoría parlamentaria de la que Lugo carece. En carcelado por golpista y acusado de autoría intelectual en el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y de ocho jóvenes militantes en 1999, Oviedo cuenta con un tercio de la bancada bicameral. Ese rol de bisagra hace que sea objetos de coqueteos tante de parte de la APC como del Partido Colorado, al que pertenece ideológicamente.

Dirigentes de la izquierda han manifestado dudas acerca de la política que pueda desarrollar la APC con ese tipo de acuerdos. En voz baja señalan que quien transa una vez puede transar muchas, y que entre las aspiraciones de bienestar, el pueblo también votó por la moralización del país y por instalar la ética en la vida política.

Los primeros pasos dados por Lugo en vistas de la integración de su gabinete no han sido precisamente auspiciosos. (1) El presidente no ha cumplido con su compromiso público de excluir como candidatos a ministros a aquellas personas que hubieran sido electoas al parlamento. Hasta hace pocas semanas atrás, enfatizaba que el voto de la ciudadanía debe respetarse y que quienes hubieran sido electos deberían atenerse a cumplir esa misión. Sin embargo, entro los miembros del gabinete que asumirá funciones el 25 de agosto figuran cuatro electos el 20 de abril, dos para la Cámara alta, uno en diputados y otro para el Parlasur. La decisión de Lugo, quien reitera que es el único responsable en la designación de sus ministros, alimenta el viejo vicio del cuoteo partidario.

La explicación dada por el nuevo mandatario es que los desafíos nacionales reclaman la constitución de un gabinete técnico sólido y eficaz, y que haga de la honestidad uno de los pilares de la conducta de la futura administraciuón nacional. Segundo desliz: varios de los designados jamás han incursionado en la tarea encomendada, y algunos, además, ofrecen pocas garantías éticas.

Organizaciones campesinas rechazan al nuevo titular de Ganadería y Agricultura, el abogado Cándido Vera Bejarano, electo para el Parlasur, y la Central Nacional de Trabajadores a Blas Llano, diputado por tercer período, designado en Justicia y Trabajo, ambos del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), principal fuerza electoral de la APC. Según Luis Aguayo del Movimiento de Coordinación Nacional de las Organizaciones Campesinas, Ver Bejarano es «un desconocedor de la problemática campesina», a pesar de haber nacido en el campo y comnzar su enriquecimiento personal con la explotación maderera, en el misérrimo departamento de San Pedro, donde Lugo desarrolló la mayor parte de su obispado.

La sorpresiva deferencia de los campesinos con Lugo podría ahondarse si se confirma la intención de Vera Bejarano de designar viceministro a un dirigente de la Asociación Rural, que mantiene un abierto enfrentamiento con las organizaciones del Movimiento de los Sin Tierra y ha participado en operaciones policíaco-militares de represión. La Asociación Rural estuvo, además, entre los más fuertes críticos a la designación de Lucgo como candidato de la APC.
Vera Bejarano dijo que una de sus prioridades será conciliar a los propietarios rurales con los campesinos. Difícil. El 90 por ciento de la superficie cultivable de los 400 mil kilómetros cuadros del territorio paraguayo está en manos de menos del 10 por ciento de la población, al tiempo que 300 mil familias carecen de los más elementales medios para una sobrevivencia decorosa. Los expertos más optimistas de 2 millones de habitantes que sobreviven con menos de dos dolares diarios. En el campo hay salarios de 20 dólares mensuales y en muchos casos perdura el régimen de los «mensú», cuyas víctimas, en especial los aborígenes, apenas tocan algunas galletas viejas, mendrugos de fideos y harapos de vestimenta. Escuela y servicios de salud son algo tan lejano como las rutas transitables. En esas condiciones, la propuesta «conciliadora» del futuro ministro suena burlesca.

La patronal rural paraguaya cuenta, además, con un buen porcentaje de referentes cuya legitimidad de títulos de propiedad está bajo sospecha, que quizás podría investigarse con la confección del Catastro Nacional que Lugo ha prometido para esclarecer la autenticidad de los documentos en circulación.

Por otra parte, contra todas las declaraciones del vicepresidente y líder del PLRA, Federico Franco en el sentido de que la relación con Lugo es «perfecta», sun muchos los signos que indican roces importantes y algunos entredichos, casi todos generados por la pretensión liberal de ocupar el máximo de cargos ministeriales, «en base al derecho proporcional de los votos», aspiración que lograron satisfacer sólo parcialmente. Van por más, y lo han dicho.

Nota
1) En el nuevo Ejecutivo sólo falta nombrar al titular de Educación y Cultura, dos áreas de capital importancia, muy deficitarias y conflictivas, pero que el ex obispo decidió mantener en una sola cartera, contra lo aconsejado por medios intelectuales. Los futuros integrantes del gabinete más cercanos a Lugo con Miguel López Perito, secretario general de Gobierno, y los ministros designados de Salud, Esperanza Martinez, de Exteriores, Milda Rivarola, e Interior, Rafael Filizzola.

En el nuevo parlamento, la APC estará en minoría frente al Partido Colorado, tanto en el Senado como en diputados.