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Myanmar

Porqué ASEAN no tiene capacidad para resolver la crisis en Myanmar

Fuentes: Rebelión

El sábado 24 de abril se realizó el primer esfuerzo internacional concertado para debatir la crisis que vive Myanmar desde el golpe militar del 1 de febrero. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebró una cumbre en Yakarta a la que fue invitado, como representación del país en crisis, el General Min Aung Hlaing, comandante en jefe de la misma junta militar que ha perpetrado el golpe de estado.

El recién formado Gobierno de Unidad Nacional o NUG, que cuenta con representantes del anterior gobierno civil elegido, por mayoría, en las elecciones celebradas en Myanmar en el 2020, no recibió invitación para asistir a la cumbre. Junto al General Min Aung Hlaing, asistieron a la reunión representantes de los 9 países vecinos, miembros de ASEAN (Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunei, Camboya y Laos). Se reunieron durante poco más de dos horas, en las que el general birmano dispuso de 30 minutos para dar su versión sobre la situación en Myanmar. Al finalizar la cumbre se presentó una declaración final, con 5 puntos consensuados: cesar la violencia de inmediato, dialogar de forma constructiva entre todas las partes, la aceptación de ayuda humanitaria, una persona representante de ASEAN enviada especial para facilitar la mediación del proceso de diálogo, y una visita a Myanmar de la persona enviada especial con una delegación para reunirse con todas las partes involucradas. Según declaraciones de Muhyiddin Yassin, Primer Ministro de Malasia, los resultados obtenidos en la cumbre de Yakarta superan las expectativas de ASEAN.

Tras conocerse la declaración de ASEAN, el recién formado NUG respondió que los “cinco puntos consensuados” sobre la crisis en el país, y acordados por los líderes de ASEAN en Yakarta el 24 de abril, no reflejan la situación y aspiraciones reales de la ciudadanía de Myanmar. Su Ministro de Asuntos Exteriores, el Dr. Sasa, resaltó la importancia del cumplimiento, por parte de la junta militar, de las promesas consensuadas en la reunión de Yakarta. El Primer Ministro del NUG, Mahn Winn Khaing Thann, criticó el hecho de que un representante del gobierno civil electo no hubiera tenido la oportunidad de describir en la reunión, a los líderes de ASEAN, la realidad diaria que enfrenta la ciudadanía de Myanmar bajo régimen militar, mientras que el General Min Aung Hlaing sí que había podido justificar las acciones de la junta con su retórica de “ley y orden” para estabilizar el país. Tom Andrews, Enviado Especial de la ONU para los Derechos Humanos en Myanmar, recuerda que el resultado de la cumbre de ASEAN solo se puede confirmar en las calles de Myanmar, y lanza varias preguntas: “¿se pondrá fin a las muertes?, ¿finalizará el terror en los barrios?, ¿se pondrá en libertad a los miles de personas secuestradas?, ¿continuará la impunidad?”

Para valorar cuán efectivo es para Myanmar el consenso alcanzado en la cumbre de Yakarta, es indispensable repasar algunos de los principios básicos que guían la toma de decisiones en ASEAN, la autoridad regional. Uno de sus principios fundamentales es la no interferencia en los asuntos internos de sus estados miembro. Oren Samet, estudiante de Doctorado en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Berkeley en California apunta que, aunque los dirigentes de ASEAN afirmen que sus decisiones se alinean con este principio, esta vez han invitado al mismo jefe de las fuerzas ejecutoras del golpe en Myanmar, y que esa decisión es un cálculo oportunista de los líderes de la región, siguiendo su tradición de fomentar la integración económica dejando de lado los temas relacionados con derechos humanos.

“Invitar a Min Aung Hlaing a la cumbre es una intervención indudable en los asuntos internos de Myanmar. Al invitar a Min Aung Hlaing y no invitar a representantes del Gobierno de la Unidad Nacional, ASEAN ha escogido intervenir y reconocer a la entidad menos legítima de las dos, una decisión fatídica con serias implicaciones para la capacidad de actuación del bloque y para ser un mediador honesto, o una fuerza positiva para el cambio.” (Omar Samet, https://foreignpolicy.com/2021/04/23/asean-summit-myanmar-coup-diplomacy-min-aung-hlaing/)

Otro controvertido principio fundamental que rige la toma de decisiones en ASEAN es la obligación de alcanzar el consenso entre sus miembros. Como Samet describe:

“Si cualquier estado miembro objeta, una propuesta no puede avanzar. Esta estructura ha probado ser un obstáculo para la acción en el pasado, en importantes prioridades regionales …Es todavía más problemático cuando están en juego los intereses directos de un actor con un lugar en la mesa de negociaciones”.

De acuerdo con Moe Thuzar, una de las coordinadoras del Programa de Estudios sobre Myanmar en el Instituto ISEAS-Yusof Ishak de Singapur, los líderes de ASEAN contemplaron, como mejor mensaje para los generales birmanos, la posibilidad de suspender la membresía de Myanmar en el grupo. Sin embargo, finalmente ASEAN consideró que la suspensión era una medida “demasiado extrema”.

Si los principios fundamentales para el funcionar de ASEAN ya ponen en duda su capacidad para resolver la crisis, a esto hay que añadirle que el grupo no contempla la imposición de sanciones económicas. Desde que el ejército tomó por la fuerza el poder en Myanmar el 1 de febrero, países y entidades regionales han demostrado su desacuerdo y malestar y han emitido declaraciones en favor de la democracia, denunciado los abusos perpetrados y la pérdida de vidas causados por el ejército, con bloques económicos como los EE.UU o la UE imponiendo sanciones sobre Myanmar.

ASEAN, sin embargo, no es amiga de imponer sanciones, por lo que los ingresos de sus miembros, algunos de ellos importantes inversores en Myanmar, continúan llegando a las cuentas de la junta militar birmana, como también lo hacen las inversiones de empresas occidentales como la estadounidense EXXON o la francesa TOTAL, así como el flujo inagotable y constante de financiación china y de otros países involucrados en la extracción de los recursos naturales de Myanmar. Estas fuentes continuadas de ingresos en las arcas de la junta militar hacen prácticamente ineficaz la imposición de sanciones económicas. Phil Robertson, subirector de Human Rights Watch en Asia, destaca que hay que mantener la presión, pero que hay que considerar también incluir sanciones económicas dirigidas específicamente a los ingresos que la junta obtiene de proyectos petrolíferos y gas natural en Myanmar. Es comprensible, por tanto, que la invitación de ASEAN al General Min Aung Hlaing haya levantado tanta desconfianza y tantas críticas a la capacidad real del bloque regional para resolver la crisis en Myanmar.

Según el Primer Ministro de Singapur, Lee Hsieh Loong, el general birmano «dijo habernos escuchado, y dijo que tomaría los puntos consensuados que considerara útiles». La ciudadanía birmana y grupos expertos en derechos humanos, sin embargo, expresaron unánimemente el enorme riesgo que se corría en Yakarta de legitimar el golpe de estado en Myanmar. Las primeras críticas aparecieron incluso antes de que se celebrara la cumbre. De acuerdo con Charles Santiago, parlamentario malayo y líder del grupo de miembros del Parlamento por los Derechos Humanos de ASEAN:

“La disposición de ASEAN para responder con seriedad a la crisis en Myanmar depende de si hacen a Min Aung Hlaing responsable de ella, asegurándose de que no les toma el pelo y cumple con los puntos pactados. No podemos permitir un escenario en el que Min Aung Hlaing retrase interminablemente las acciones, o controle con quién hablar o a quién entregar la ayuda humanitaria” (https://www.theguardian.com/world/2021/apr/25/will-the-killings-stop-observers-say-asean-must-ensure-myanmar-honours-agreement-to-end-violence)

Samet ya pronosticaba que cabía esperar pocas acciones concretas en los resultados, y ya declaró con anterioridad a la reunión que muy probablemente los líderes de ASEAN buscarían salvar las apariencias con expresiones diplomáticas de “preocupación”, además de con propuestas difusas de “involucramiento”. Samet menciona la oferta de ayuda humanitaria de ASEAN como un movimiento clásico del grupo regional, como ya se vio, por ejemplo, tras el ciclón que dejó en Myanmar decenas de miles de víctimas en el 2008:

“Entonces, ASEAN ayudó a persuadir a los generales paranoicos del Tatmadaw para que, finalmente, permitieran la asistencia humanitaria internacional. Pero la crisis actual no ha sido causada por un fenómeno natural; es una crisis causada por seres humanos. La situación requiere una solución política y la ayuda humanitaria no es más que un parche, si es que esa ayuda llega, en algún momento, a alcanzar a la ciudadanía.”

Para Human Rights Watch en Asia, la mayor preocupación radica en que el plan de cinco puntos de ASEAN no presenta un cronograma y que carece, por tanto, de fechas estipuladas para las acciones propuestas. Su subdirector en Asia, Phil Robertson, puntualiza que la falta de un calendario, junto a la ya conocida ineficacia de ASEAN en la implementación de las decisiones y planes que emite, son preocupaciones reales que nadie debería pasar por alto.

Otro punto que ha sido muy criticado es que no se menciona, en la declaración final de ASEAN, la puesta en libertad de las más de 3.400 personas actualmente en detención (según últimas cifras de la Asociación para la Asistencia de Prisioneros Políticos o AAPP). Entre las personas detenidas se encuentran algunas de las personalidades con mayor representación política en Myanmar, como Aung San Suu Kyi, Consejera de Estado del gobierno civil y actualmente detenida. Si las personas retenidas no son puestas en libertad, 3 de los 5 puntos del acuerdo de ASEAN tampoco pueden llevarse a cabo, ya que precisan de “todas las partes” para su desarrollo, como indica la declaración final de ASEAN. U Than Soe Naing, analista político, llama la atención sobre ello:

“…aunque la declaración dice que ASEAN facilitará un diálogo con todas las partes, no menciona la puesta en libertad de prisioneros políticos. ¿Cómo se pueden resolver los problemas de Myanmar sin eso? (https://www.irrawaddy.com/news/burma/myanmar-activists-observers-slam-asean-failing-hold-junta-account.html)

Khin Sandar, del Comité de Colaboración para las Huelgas Generales en Myanmar, informó vía telefónica a REUTERS que tanto ASEAN, como la ONU, veían el problema desde fuera, pidiendo negociaciones para buscar soluciones, pero sin tener en cuenta la verdadera situación en las calles de Myanmar. La manifestante aseguró a REUTERS que “continuarían protestando”.

Las redes sociales, única conexión (intermitente) con el exterior en la actualidad para una gran mayoría de la población birmana, reflejan el sentimiento general de oposición a una negociación que se ha llevado a cabo con alguien a quien se considera un asesino. Comentarios de Facebook desde Myanmar son buen reflejo de ese sentimiento: “La declaración de ASEAN es como una bofetada a las personas abusadas, asesinadas y aterrorizadas por el ejército…no necesitamos ayuda con esa mentalidad y enfoque”, dijo el usuario de Facebook Mawchi Tun. Otro usuario, Aaron Htwe, se preguntaba quién iba a pagar por las más de 700 vidas inocentes perdidas. En las noticias de la prensa birmana, Nang Thit Lwin afirmaba que la declaración de ASEAN no reflejaba los deseos de la ciudadanía de Myanmar, que enumeró como: “poner en libertad a las personas prisioneras y detenidas, responsabilidades por la pérdida de vidas, respetar los resultados de las elecciones del 2020 y restaurar el gobierno civil democrático.” (https://www.aljazeera.com/news/2021/4/25/scant-support-for-in-myanmar-asean-deal-with-military-coup-leader)

Moe Thuzar afirma que, cualquier proceso que se lleve a cabo sobre la crisis en Myanmar, no constituirá un retorno a las condiciones previas al golpe:

“La crisis actual, el poco frecuente despertar político y social en todo el país, trascendiendo diferencias de clase, políticas, de etnicidad y de religión, y el derramamiento de sangre innecesario por parte de una junta militar brutal, deja claro que no hay vuelta atrás.” (Moe Thuzar, https://www.channelnewsasia.com/news/commentary/asean-summit-myanmar-coup-outcomes-statement-declaration-14679742).

El primer punto consensuado por ASEAN para Myanmar es el cese inmediato de la violencia. Pero la violencia no ha cesado en Myanmar. Desde el país surasiático el periódico en línea The Irrawady informa que, el mismo sábado 24, mientras se desarrollaba la cumbre en Yakarta, el universitario Kaung Htet Naing, de 22 años, moría de al menos dos disparos en Chanmyatharzi, Mandalay. También el mismo día, la escritora Ma Tu Tu Tha y su familia eran arrestadas, al igual que otras personas colaboradoras y trabajadoras de medios de comunicación que han sido detenidas en los últimos días. Las familias y amistades de personas huidas están siendo particularmente acosadas. El martes 27 de febrero el ejército atacó por tierra y aire el estado de la etnia Karen que bordea la frontera con Tailandia, se cree que desplazando de sus hogares a decenas de miles de personas, con unas 3.000 personas cruzando el río a Tailandia. Muchas de esas personas fueron forzadas a retornar.

Desde el golpe de estado del 1 de febrero, y según últimas cifras de la AAPP, el régimen militar ha asesinado al menos a 751 personas, incluyendo 50 menores, y arrestado a 4.484. De estas personas, 3.441 siguen detenidas.

Cristina Alonso es antropóloga social y traductora, especializada en temas de derechos humanos, cambio climático y migración.