Unos 50 millones de menores viven actualmente lejos de su lugar de origen, obligados a escapar de la violencia o a migrar en busca de oportunidades
Unos 50 millones de niños viven actualmente lejos de su lugar de origen, obligados a escapar de la violencia o a migrar en busca de oportunidades, según advirtió hoy Unicef, que llamó la atención sobre el riesgo al que se enfrentan todos estos menores. En un informe titulado «Desarraigados», la agencia de la ONU para la infancia analiza la situación de esos niños y demanda a los Gobiernos acciones concretas para mejorar su protección. Entre ellas figuran acabar con la detención de niños migrantes, mantener unidas a las familias para proteger a los menores o garantizar el acceso a la educación a todos ellos.
«Esta es una crisis creciente a la que se enfrenta el mundo, ya sea en Asia, en América, en el Mediterráneo o dentro de algunos países», explicó en una conferencia de prensa el director ejecutivo adjunto de Unicef, Justin Forsyth. Como muestra, el informe apunta que entre 2005 y 2015 el número de niños refugiados se duplicó, mientras que el de niños migrantes aumentó un 21 por ciento. En total, 31 millones de niños viven hoy fuera de sus países de nacimiento, incluidos 11 millones de refugiados y solicitantes de asilo, mientras hay unos 17 millones de menores que se encuentran desplazados dentro de sus propios Estados.
De esos casi 50 millones de menores alejados de sus hogares, más de la mitad (28 millones) se vieron forzados a huir por conflictos o violencia. Unicef destaca que los niños representan un «porcentaje desproporcionado y creciente» de todos los desplazados y suponen casi la mitad de todos los refugiados que hay en el mundo. Además, cada vez hay más menores que cruzan solos las fronteras, pues, según el texto, en 2015 unos 100.000 niños no acompañados solicitaron asilo en 78 países, el triple que en 2014. Esos menores que viajan sin compañía están muy expuestos a sufrir explotación y abusos por parte de contrabandistas y traficantes de personas, recuerda Unicef.
La educación también sufre enormemente cuando un niño se ve obligado a dejar su lugar de origen y, por ejemplo, los refugiados tienen cinco veces más probabilidades de no asistir a la escuela que el resto de menores. Pese a la intensidad del debate sobre los refugiados y los migrantes en Europa y Estados Unidos, el informe confirma que el grueso del problema se da precisamente lejos de allí. Los diez países que acogen más refugiados están en Asia y África, con Turquía a la cabeza en términos absolutos, y con países como el Líbano donde aproximadamente uno de cada cinco habitantes es refugiado.
«En Europa muchos gobiernos sienten que esta es una crisis abrumadora (…), pero es importante recordar que con mucha diferencia la mayor carga la asumen países de la región donde se producen las crisis», recordó Forsyth. Del total de niños bajo protección del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), un 45 por ciento proceden de Siria y Afganistán. Sin embargo, el problema afecta también de forma muy importante a otras regiones como África -donde los movimientos se producen principalmente dentro de países o entre naciones vecinas- o las Américas, donde viven 6,3 millones de niños migrantes o un 21 por ciento del total mundial.
Cuatro de cada cinco de esos niños viven en tres países (Estados Unidos, México y Canadá) y Unicef alerta del «alto y creciente número de niños vulnerables» que se están desplazando por su cuenta dentro del continente, a menudo huyendo de la violencia en sus hogares y comunidades. El informe de Unicef llega a pocos días de que Nueva York acoja dos grandes cumbres sobre la crisis de los refugiados, una organizada el próximo 19 de septiembre por la ONU y otra que tendrá lugar al día siguiente por iniciativa de Estados Unidos.