El 26 de septiembre, una acción coordinada desarrollando tres tácticas diferentes obligaba a suspender las reuniones de la cumbre del Fondo Monetario Internacional. Hoy 26 de septiembre se cumplen 14 años de las movilizaciones que se desarrollaron en la ciudad de Praga durante la cumbre número 55 del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial […]
El 26 de septiembre, una acción coordinada desarrollando tres tácticas diferentes obligaba a suspender las reuniones de la cumbre del Fondo Monetario Internacional.
Hoy 26 de septiembre se cumplen 14 años de las movilizaciones que se desarrollaron en la ciudad de Praga durante la cumbre número 55 del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que tenía lugar en la capital de la república Checa. Las demandas contra El rechazo a los planes de ajuste estructural guió las demandas de las miles de personas que se manifestaron ese día en Praga. Enmarcadas dentro del ciclo de lucha contra la globalización capitalista que tuvo su pistoletazo de salida en las protestas de Seattle en 1999, esta movilización supuso la llegada de la dinámicas de las contracumbres al territorio europeo.
La jornada daba inicio en la céntrica plaza de Namesti desde la cual partieron las diferentes marchas que avanzaban hacia el lugar en el que los diferentes delegados mantenían la reunión. Tres marchas identificadas cada una de ellas con un color y con un repertorio de acción colectiva diferente. La marcha amarilla bloqueó el puente que daba acceso al centro de congresos mediante la desobediencia civil no-violenta, la marcha azul bloqueaba la zona debajo de dicho puente con un enfrentamiento directo con la policía, mientras que la marcha rosa intentaba bloquear el centro de congresos desde su parte posterior desplegando una táctica festiva conocida como «reclaim the streets». Tras varias horas de enfrentamiento con la policía que defendía el centro de congresos la marcha rosa consiguió acceder a las puertas del mismo y logró que la cumbre fuera suspendida y que los delegados se vieran obligados a abandonar el edificio en metro. A lo largo de la jornada se produjeron unos 850 arrestos. Algunas de las personas permanecieron detenidas en cárceles checas durante varias semanas. Se debe destacar que la policía checa no contaba con un cuerpo de antidisturbios hasta la fecha por lo que recibió entrenamiento y material de combate urbano especifico para la ocasión.
Esta movilización fue coordinada por la Acción Global de los Pueblos, y su contraparte checa INPEG que estuvo preparando sobre el terreno las acciones con varios meses de antelación, así mismo es reseñable como la coordinación de esta jornada de lucha fue organizada mediante las entonces incipientes nuevas tecnologías de la comunicación. Acción Global de los Pueblos estaba formada principalmente por activistas estadounidenses y alemanes, y preparó la infraestructura y las tácticas sobre las cuales se desarrollaría la jornada el 26 de septiembre de 2000.
Desde el estado español participaron en esta convocatoria centenares de personas que se coordinaron en el conocido como Movimiento de Resistencia Global, un movimiento que vertebraría la coordinación de este ciclo de protesta, que tuvo continuidad con las protestas de Génova contra la reunión del G8 en 2001 y las movilizaciones contra la invasión de Iraq en 2003.