Mientras se prepara para unas cruciales elecciones generales el año próximo, el gobierno de Malasia endurece su censura a populares viñetas y blogs que teme atraigan votos a la oposición. La sátira es la nueva arma en la lucha contra el control gubernamental sobre la libertad de expresión. Creativos críticos invitan a los ciudadanos a […]
Mientras se prepara para unas cruciales elecciones generales el año próximo, el gobierno de Malasia endurece su censura a populares viñetas y blogs que teme atraigan votos a la oposición.
La sátira es la nueva arma en la lucha contra el control gubernamental sobre la libertad de expresión. Creativos críticos invitan a los ciudadanos a reírse de la autoridad y a comentar los temas de actualidad, usando viñetas, blogs e imágenes publicadas en el sitio web de vídeos YouTube.
La sátira está permitida bajo las leyes de Internet en Malasia. Se autoriza la sátira y la parodia «cuando está claro para un usuario común que el contenido es ficticio».
Pero, a pesar de las protecciones legales, el acoso policial ha sido constante.
El 2 de septiembre, el director ejecutivo del periódico Malay Mail, Irwan Abdul Rahman, fue acusado de publicar falsedades luego de satirizar a la mayor productora de energía del país, la Tenaga Nasional Berhad (TNB), con el claro título burlesco: «TNB demanda a WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) por Earth Hour», en alusión a la campaña de esa organización para apagar las luces de todo el planeta durante una hora.
Una semana después fue arrestado un blogger llamado «Namewee», que tiene cerca de un millón de seguidores en populares sitios como YouTube y Facebook. Será acusado de sedición por haber supuestamente cuestionado los privilegios que gozan los malasios nativos, los Bumiputra, que constituyen 65 por ciento de los 28 millones de habitantes.
Las minorías étnicas de Malasia ven con malos ojos a la gobernante Organización Nacional de Malasios Unidos (UMNO) por su vieja política de darle privilegios a los Bumiputra, incluyendo propiedad de tierras, acceso a licencias para hacer negocios y becas de estudios.
Algunos consideran que la fuerte censura es una señal de desesperación de parte de la UMNO, que teme perder su poder.
El presidente de esa fuerza política y primer ministro de Malasia, Najib Razak, es acusado por sus propios correligionarios de ser «demasiado generoso» con la oposición, especialmente con la coalición Pakatan Rakyat (Alianza del Pueblo).
Al mismo tiempo, el grupo derechista PERKASA critica a Najib por acceder a demandas de igualdad política de las minorías étnicas.
En medio de todas estas presiones, Najib intenta reavivar la tambaleante economía en vísperas de las elecciones de 2011.
En los últimos comicios, la coalición Barisan Nasional (Frente Nacional), liderada por la UMNO, perdió el poder en cinco gobiernos estaduales a manos de la Pakatan Rakyat. Los resultados además le negaron a la coalición gobernante, por primera vez desde la independencia en 1957, una mayoría de dos tercios en el parlamento.
«Es claro que la elite gobernante se ve sacudida y encuentra intolerable la sátira porque daña su imagen y le da al público una oportunidad de reírse de ellos», opinó el legislador Kulasegaran Murugesan.
«La sátira es un arma poderosa para el cambio y la democratización», añadió.
El humorista gráfico Zulkiflee Anwar Ulhaque, conocido por su apodo Zunar, fue arrestado y encarcelado durante un día, apenas horas antes del lanzamiento de su último libro, titulado «Cartoon-o-phobia» (juego de palabras que podría traducirse como «fobia a las viñetas»).
Las autoridades señalaron que los dibujos de Zunar iban «en detrimento del orden público», y el humorista podría ser juzgado según la Ley de Sedición de 1948.
«Pueden encarcelarme, pero no pueden aprisionar a mi mente», dijo Zunar en un mensaje de texto enviado a su esposa, Fazlina Rosley. La acción policial «no afectará mis esfuerzos para exponer la corrupción y el abuso de poder», añadió. «El arresto y la prohibición del libro sólo muestra que el gobierno le tiene miedo a las viñetas», sostuvo.
La policía también registró la oficina del Malaysiakini, un sitio web alternativo de noticias que publicó los dibujos de Zunar. Su director, Steven Gan, opinó que era claramente un intento de intimidar a los periodistas. «Seguiremos publicando las viñetas de Zunar», dijo Gan a IPS.
Abogados, periodistas y activistas realizaron una marcha el 26 de septiembre para exigir la libertad y justicia para Zunar. «Enviamos un claro mensaje al gobierno de que el público no aceptará ni tolerará esos dictados draconianos como el arresto y el acoso de humoristas», dijo el analista político Josh Hong. «Esas acciones crean una atmósfera de terror».