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Secuestros: debate por el mayor rescate pagado en la historia de la humanidad

Rectificacion y pedido de disculpas

Fuentes: Rebanadas de Realidad

El 15 de enero de este año 2004, difundimos una nota titulada ‘Secuestros eran los de antes’. En el mismo contábamos que el record de rescate cobrado y nunca recuperado, lo teníamos en Argentina, con el caso de los hermanos Born. Por ellos se pagaron 62 millones de dólares contantes y sonantes más el precio […]

El 15 de enero de este año 2004, difundimos una nota titulada ‘Secuestros eran los de antes’. En el mismo contábamos que el record de rescate cobrado y nunca recuperado, lo teníamos en Argentina, con el caso de los hermanos Born. Por ellos se pagaron 62 millones de dólares contantes y sonantes más el precio de varias solicitadas en los diarios más caros del mundo y la obligación de distribuir muchas toneladas de alimentos en nuestro país en villas ‘carenciadas’ (palabra esta última más paqueta que la sórdida ‘miseria’).

En segundo término figuraba en la citada nota el secuestro del joyero italiano Gianni Bulgari por el cual los raptores cobraron ‘solo’ 14 millones de dólares. Luego dábamos otros casos de menor cuantía, donde figuran varios entre los más destacados, producidos en la Argentina.

Pero nos equivocamos. Y debemos reconocer que el record de rescates no lo tenemos los pícaros criollos, aunque olvidados entre los diez primeros.

Nuestro error lo puso en evidencia el colega periodista Orlando Barone, quien lo publicó en la revista ‘Debate’ de abril de este año. La información la vimos en Internet, reproducida por otro colega, Adolfo I. Zanger, y la damos a continuación:

‘El mayor rescate cobrado por un secuestro no fue en los tiempos actuales, ni en Colombia ni en la Argentina.

‘Ocurrió en junio de 1533 en Perú y el que lo cobró fue Francisco Pizarro. El conquistador español exigió en pago por devolver a su secuestrado, el caudillo Atahualpa (1), que colmaran de oro la cavidad total de la celda en donde lo tenía encerrado. Y que además llenaran dos habitaciones contiguas, pero estas con plata.

‘Los nativos cumplieron caballerescamente y Pizarro cobró en oro, 22 toneladas.

‘Caballerescamente también, al estilo blanco, el conquistador no cumplió su promesa y Atahualpa fue ejecutado. Su matador, obviamente, no fue juzgado.’

Esta historia viene a cuento por la cantidad de protestas y comunicados difundidos por Internet en contra de los festejos oficiales de un nuevo aniversario del 12 de Octubre, llamado curiosamente entre los argentinos como Día de la Raza y jugosamente aprovechado por ser el último feriado largo de este año, para alegría de los empresarios de turismo. Alguno repitió aquello de que ‘los indios estaban cabreros’.

Un paisano criollo que vive en Madrid, hablando del tema nos hace un curioso comentario:

‘Fiesta del 12 de octubre’, pero ¿fiesta de qué, quizás se pregunta alguien, ya que no se dice Fiesta Nacional ni de la Raza ni de la Hispanidad, sino ‘fiesta’, lo que me recuerda a las ceremonias del V Centenario que nadie decía si era del descubrimiento, del redescubrimiento, del encuentro o de qué carajo. Era solamente el ‘V Centenario».

Por si alguien no se acuerda de Atahualpa, aquí va lo que dice de este caudillo peruano el más famoso diccionario de una editorial española, el ‘Nuevo Espasa Ilustrado’, edición 2002:

‘Rey de Quito y último inca de Perú, nacido en Cuzco en el 1500 y muerto en Cajamarca en 1533. Era hijo de Huayna Cápac y hermano de Huáscar, con quien estuvo en continua guerra hasta la llegada de los españoles en la costa septentrional de Perú. Tras derrotar y mandar a asesinar a su hermano, fue hecho prisionero por Pizarro y ejecutado’. ¡Y nada más!

Es decir que, de acuerdo al Espasa, Pizarro habría llegado a Perú llevando la justicia y el orden como un noble varón. Pero nada se comenta sobre el secuestro de Atahualpa, ni del fabuloso rescate, ni del comportamiento ‘caballeresco’ del conquistador español. ¿Será que aun no existía el libro de los record y por eso se lo priva injustamente a Pizarro de inmortalizar su piadosa hazaña?.