El mundo ya visualiza el apocalipsis. Con el anuncio de una subida de 54.000 millones de dólares en el presupuesto militar de Estados Unidos y una ampliación de su arsenal nuclear, el presidente del país más armado, peligroso y menos controlado del planeta va elaborando su Eje del Mal para exportar la profunda crisis del […]
El mundo ya visualiza el apocalipsis. Con el anuncio de una subida de 54.000 millones de dólares en el presupuesto militar de Estados Unidos y una ampliación de su arsenal nuclear, el presidente del país más armado, peligroso y menos controlado del planeta va elaborando su Eje del Mal para exportar la profunda crisis del capitalismo, organizando guerras: ¿Qué nación será su primera víctima?
Es una inquietante realidad que no hay ningún país capaz de impedir lo que trama la Administración militarista de Trump. ¿Y el conjunto de los países del mundo?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nació como resultado de un acuerdo entre Roosevelt, Stalin y Churchill con el objetivo de «salvar a las generaciones venideras de la guerra» y garantizar la seguridad colectiva. Otorgar el poder del veto a cada uno de los cinco miembros del Consejo de Seguridad (CS) para invalidar cualquier resolución o decisión tomada, surge de los soviéticos que de este modo impedían la formación de alianzas entre los países capitalistas que habían provocado las dos grandes guerras, garantizando la paz mundial. Medida que perdió su razón de ser al desaparecer la URSS en 1991: ninguno vetó las criminales sanciones a los civiles en Yugoslavia, Libia, Somalia, Sudán, Haití e Irán. Sólo en Iraq dichos embargos, que prohibían la entrada de hasta leche en polvo causaron la muerte de millón y medio de civiles, casi mitad de ellos niños. Tampoco vetaron el anunciado complot de la OTAN contra Libia.
Ya sabemos que la ONU:
- No es la Casa de los Pueblos del mundo, más bien es el lugar de encuentro de los mandatarios, que en su mayoría, representan a las familias, élites corruptas, explotadoras (e incluso asesinas) de cada nación.
- Ordenó en 1947 la división de la Palestina histórica, permitiendo la limpieza étnica de su pueblo por Israel, que continua hasta hoy.
- Ha colaborado con la CIA en la eliminación de las personalidades y fuerzas progresistas, sobre todo en África.
- Autorizó la primera guerra contra Irak en 1990 que sepultó a decenas de miles de personas bajo toneladas de bombas.
- Fue uno de los «Cuarteto»-junto con la Union Europea (UE), EEUU y Rusia-, que en 2007, encargó al criminal de guerra Tony Blair como Enviado Especial para establecer paz en Oriente Próximo. Lo único que hizo fue llenar sus bolsillos de millones de euros traficando con su influencia en la firma de contratos comerciales.
- Que el Organismo Internacional de Energía Atómica, ni se atreve pedir a Israel la inspección de sus centrales nucleares, ni qué decir amonestarle por sus bombas nucleares ilegales, mientras sigue presionando a Irán por sus inexistentes armas de destrucción masiva.
- No ha conseguido aplicar El Tratado de No Proliferación Nuclear
- En 2015 designó a Arabia Saudí para presidir el Consejo de Derechos Humanos, mientras los jeques bombardeaban a los yemeníes provocando la mayor crisis humanitaria del mundo.
- Nunca ha enviado fuerzas de paz para evitar una agresión imperialista, y que sus cascos azules han cometido atrocidades, sobre todo contra los niños y las niñas.
- En vez de ser un árbitro neutral para mediar en los conflictos, ha servido de cobertura legal para las agresiones militares, arrastrando también a decenas de países a su falsa lucha contra el terrorismo. Bajo la bandera de «Choque de Civilizaciones», EEUU ha intentado anular la ONU, potenciar el rol de EEUU, y desviar la atención mundial del principal problema de la humanidad que es el hambre terrorista que mata cada día a unas 100.000 personas.
- El adjetivo más amable para la define es inútil, pero ¿puede volver a cumplir su función original?
«Análisis concreto de la realidad concreta»
Los fenómenos están en continuo cambio, y la ONU, que refleja el equilibrio cambiante de fuerzas entre las potencias, no es una excepción.
Donald Trump, rabioso por el voto del CS en contra de la ampliación de los asentamientos judíos en las tierras ocupadas, y a pesar de que fue la última burla de Obama a los palestinos, amenazó con retirar los fondos de Estados Unidos de la ONU, que éste año alcanza el 22% del presupuesto del organismo. Para impedir este tipo de chantajes, el primer ministro sueco, Olaf Palme, sugería que ningún país pagase más del 10% del presupuesto total.
La ONU es el único organismo donde todos los países, de cualquier sistema político y poderío militar, pueden platear sus demandas. La Asamblea General (AG) ha aprobado numerosas resoluciones en defensa de los pueblos perseguidos (la UNESCO aceptó la adhesión plena de Palestina), ha respaldado el acuerdo nuclear con Irán (que impide que Trump lo destruya ), o en caso de Siria su enviado especial, Staffan de Mistura, ha reconocido que los rebeldes patrocinados por EEUU están asesinando de forma «implacable e indiscriminada» a cientos de civiles.
Medidas para resucitar a la ONU
- Crear lobbies dentro de la ONU para «frenar al imperialismo», como propuso Hugo Chávez en 2011 a la Alianza Bolivariana (ALBA). Lo mismo podrían hacer los Países No Alineados.
- «Rotar las reuniones ordinarias» de la AG, propuesta de Evo Morales, para reducir la presión de EEUU, desde Nueva York.
- Activar La Corte Internacional de Justicia, con el fin de someter a los infractores.
- Retirar al CS el derecho al veto y que las decisiones de la Asamblea General (AG) sean vinculantes.
Cierto que con el regreso de Rusia al escenario internacional desde Siria, vuelve también la diplomacia bilateral ruso-estadounidense, que si bien reduce el protagonismo de EEUU también impide un papel alternativo a la ONU.
La política es el arte de las posibilidades, la antítesis de los maximalismos de «todo o nada». Sin abandonar la calle, debemos utilizar las instituciones. Hoy, el trumpismo ofrece la oportunidad de aprovechar el choque de intereses de los miembros del CS para crear un amplio frente por la paz mundial.