En las últimas semanas estamos siendo testigos de cómo se trata de aislar a la RPDC a la vez que se recrudecen las sanciones y las presiones contra este país por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. En los últimos años, EEUU ha presionado a muchos de sus «aliados estratégicos» para que rompan […]
En las últimas semanas estamos siendo testigos de cómo se trata de aislar a la RPDC a la vez que se recrudecen las sanciones y las presiones contra este país por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. En los últimos años, EEUU ha presionado a muchos de sus «aliados estratégicos» para que rompan sus relaciones diplomáticas, económicas y comerciales con el país asiático. De hecho, recientemente, algunos países como España, México, Perú y Kuwait han cedido y han expulsado a los embajadores de la RPDC en su respectivo país. Mientras, otros países aplican presiones en el ámbito económico, militar e incluso deportivo, como el reciente caso de Australia, que ha impedido la entrada de la selección de fútbol norcoreana sub-19.
La estrategia de EEUU es clara. Todos aquellos países que no concuerdan con sus intereses económicos y geopolíticos deben ser borrados del mapa, y para ello hay que presionarlos y aislarlos, y llegado el caso realizar una intervención militar o «destruirlos totalmente», como ha mencionado el maníaco Trump apenas unas semanas atrás en la Asamblea General de la ONU. Es cuanto menos ridículo, que un país como EEUU, que es el principal violador de derechos humanos del mundo y que ha apoyado algunos de los regímenes más brutales y reaccionarios de la historia, hable de «amenazas para la paz mundial» y «derechos humanos».
A pesar del aislamiento internacional al que se pretende someter al país, ni este aislamiento es completo actualmente, ni mucho menos ha sido así a lo largo de la historia. Desde su fundación ha contado con la simpatía de los pueblos progresistas del mundo, así como de los países que han mantenido una política independiente y antiimperialista. Además, la RPDC ha ejercido el internacionalismo proletario de forma consecuente con esos mismos países y con los pueblos que luchaban por su liberación nacional e independencia.
Tras la fundación del país en 1948 y en los años que siguieron, Corea del Norte estableció relaciones con los países del recién nacido campo socialista, recibiendo mucha ayuda de ellos en los años de la guerra y en la reconstrucción posterior. La ayuda vino en mayor medida de la Unión Soviética y de China, pero también el resto de países del este europeo y otros como Mongolia colaboraron con ayuda médica y económica durante la guerra y en los años de la reconstrucción que siguieron.
En las siguientes décadas la RPDC apoyó activamente las luchas de liberación nacional y clasista que se daban en África, Asia y América Latina, estableciendo estrechas relaciones con los movimientos populares y colaborando en diversos ámbitos con los países que se liberaban de la opresión colonial e imperialista. En la década de los 70, en apenas 4 años el país fue reconocido diplomáticamente por otras 93 naciones, incorporándose en 1975 al Movimiento de Países No Alineados, estrechando sus relaciones con los países miembros.
Entre sus contribuciones más importantes en el ámbito internacional destaca el apoyo a la lucha contra el régimen del apartheid sudafricano, prestando ayuda a países como Angola y Mozambique, agredidos y desestabilizados por Sudáfrica y EEUU, así como manteniendo estrechas relaciones como el Congreso Nacional Africano. En Oriente Medio siempre ha apoyado la causa del pueblo palestino y otros países árabes como Siria y Egipto frente a las agresiones de Israel, además de no reconocer políticamente a este último. Además, fue muy importante el apoyo ofrecido al hermano pueblo vietnamita durante la agresión estadounidense, así como el apoyo a otros pueblos de Asia y también de América Latina, destacando Cuba y Nicaragua tras el triunfo de sus respectivas revoluciones populares. En aquel momento, por todo lo mencionado hasta ahora, la RPDC gozaba de un gran prestigio internacional en todos los continentes. A modo de ejemplo, a lo largo de su vida, Kim Il Sung, líder histórico de la revolución coreana, concedió audiencia a más de 70 000 huéspedes extranjeros, entre otros, jefes de Estado y gobierno y dirigentes de partido, y realizó visitas oficiales y no oficiales, en más de 54 ocasiones, a más de 87 países. Recibió más de 180 órdenes y medallas supremas de más de 70 países y organizaciones internacionales, el título de ciudadano honorario de más de 30 ciudades, los diplomas de Profesor y Doctor honorario de más de 20 renombradas universidades extranjeras y 165.920 presentes de los jefes del partido y Estado y pueblos progresistas de más de 169 países. Además, más de 480 unidades, entre calles, organismos y organizaciones de más de 100 países llevan su nombre y está instituido el «Premio Internacional Kim Il Sung» que se otorga a escala mundial.
Pero a pesar de todo, esta «bonanza» en las relaciones internacionales sufrió drásticos cambios al final de la década de los 80 y durante la década de los 90. La desaparición del campo socialista significó un duro golpe en todos los terrenos para la RPDC. En el campo diplomático, significó el deterioro, cuando no la desaparición, de las relaciones con los países que históricamente habían sido aliados y amigos. En ese tiempo, EEUU recrudeció aún más sus maniobras destinadas a aplastar a la RPDC, para ello reforzó las presiones económicas y militares sobre el país, llegando a amenazar con una nueva intervención militar y manteniendo una posición totalmente hipócrita respecto a la cuestión nuclear.
A pesar de todos los esfuerzos del imperialismo norteamericano de aislar al país desde aquella época, actualmente la RPDC mantiene relaciones diplomáticas con 164 países. Si bien las relaciones se han complicado en los últimos tiempos con algunos de ellos como los países de la UE y otros socios de EEUU, que se han sumado a sus presiones y a su política exterior agresiva, Corea del Norte sigue manteniendo buenas relaciones con muchos países, sobre todo con aquellos que aún mantienen una línea política antiimperialista independiente en mayor o menor grado, pudiendo destacar algunos como Cuba, Siria o Irán, entre otros.
Además, en lo que respecta a las relaciones intercoreanas, se ha trabajado activamente para lograr la tan ansiada reunificación pacífica de Corea, para lo cual se han presentados múltiples propuestas para reunificarse bajo un modelo confederal sin intervención de fuerzas extranjeras, logrando la firma de las declaraciones conjuntas de 1972, 2000 y 2007. Tras los grandes logros alcanzados en la etapa 2000-2007 con los presidentes surcoreanos Kim Dae Jung y Roh Moo Hyun , a partir del 2008 la mayoría de los progresos fueron destruidos por una nueva administración reaccionaria y pro-estadounidense encabezada por Lee Myung Bak.
Por último, pero no menos importante, destacamos el artículo 17 de la Constitución Socialista de la RPDC, que resume muy bien la línea en política exterior que ha mantenido hasta ahora el país y que seguirá manteniendo en el futuro:
«La independencia, la paz y la amistad constituyen el ideal fundamental de la política exterior de la República Popular Democrática de Corea, y el principio que rige sus actividades exteriores.El Estado establece relaciones estatales, políticas, económicas y culturales, sobre la base de los principios de absoluta igualdad e independencia, respeto mutuo, no intervención en los asuntos internos y beneficio recíproco, con todos los países que lo traten de manera amistosa. El Estado se solidariza con los pueblos del mundo que defienden la independencia, apoya activamente y respalda a todos los que luchan por la soberanía de sus países y liberación nacional y clasista, y contra todo tipo de agresión e injerencia en sus asuntos internos.»
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