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¿RIP a la USAID?

USAID ayuda
Fuentes: Mundo Obrero (España) [Imagen: Escuela en Uganda financiada por la USAID en el año 2024. Créditos: USAID flickr]

La USAID ha sido, junto a la Fundación Nacional para la Democracia y las bases militares, uno de los instrumentos estadounidense para asegurar su omnipresencia en el mundo.


No resulta extraño que en un país que tiene como himno no oficial el «God Bless America», (Dios bendiga a América) y como lema oficial «In God We Trust» (En Dios confiamos), cada presidente de EE.UU. piense que ha sido designado por voluntad divina para dirigir el mundo. Pero en el caso concreto de Donald Trump, su megalomanía parece no tener límites. Durante su toma de posesión en el cargo ha proclamado: “Hace unos meses una bala pasó cerca de mi cabeza. Dios salvó mi vida por una razón: para hacer grande a América nuevamente”. Cargado con las tablas de los mandamientos transformadas en órdenes ejecutivas y en solo dos semanas de mandato oficial, el nuevo profeta de la Casa Blanca ha mostrado sus delirios expansionistas, ha ordenado deportaciones, ha impuesto aranceles a diestro y siniestro, ha proclamado indultos y, para colmo, se ha propuesto conseguir para Israel la supuesta «tierra prometida» a costa de culminar el genocidio del pueblo palestino.

Una de esas órdenes ejecutivas ha tenido como objetivo el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), uno de los instrumentos terrenales del país para imitar la omnipresencia divina en el planeta, junto a la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y las bases militares. Durante décadas, la USAID y la NED han sido los instrumentos legales de la CIA para la promoción del modelo «democrático» estadounidense en los diferentes Estados, que suele dar a elegir entre dos opciones: o bien la cesión a EE.UU. de los recursos naturales y productivos del país, o bien la paz de los cementerios.

Por eso no sentimos ninguna lástima por la razia que Trump ha hecho en la USAID, reduciendo la plantilla de 10.000 personas a 600, haciéndoles regresar del extranjero con sus familias, congelando provisionalmente la mayoría de sus fondos o borrando de un plumazo su página web. Solo en 2023, la USAID desembolsó 43.790 millones de dólares destinados a desarrollar programas en ciento treinta países, fundamentalmente a través de una madeja de organizaciones no gubernamentales que ahora ven el grifo cerrado y tendrán que colgar el cartelito de cierre. Además, cientos de medios de comunicación y miles de periodistas han sido los principales beneficiarios de la lluvia de dólares. Así se entiende mejor la preocupación por el desmantelamiento de la USAID manifestada por muchos medios europeos de desinformación masiva, a izquierda y derecha, incluyendo quienes se autodefinen como «progresistas» y tímidamente están desempolvando el término imperialismo de sus carteras del instituto desde la victoria de Trump.

Pero está por ver qué planes tiene Trump para la USAID o si crea otro sustituto a su completo servicio porque, de entrada, ha puesto la agencia en manos del secretario de Estado Marc Rubio, y cuenta con Mauricio Claver-Carone como enviado especial para América Latina, dos halcones de origen cubano sin escrúpulos y obsesionados con el «patio trasero» de EE.UU. Por eso, en América Latina han recibido bien la noticia pero no han tirado demasiados cohetes para celebrarlo.

La agencia fue creada en 1961 por el presidente John F. Kennedy. Sin embargo, su sobrino Robert Kennedy Jr., (que de esto algo sabrá) la ha definido como «una tapadera de la CIA», y la ha acusado de derrocar a 83 gobiernos, entre ellos el de Víktor Yanukóvich en Ucrania a través de un golpe de Estado. No obstante, es preciso recordar que la CIA lo ha hecho, indistintamente, con gobiernos demócratas o republicanos en la Casa Blanca, porque de cara al exterior sus objetivos son los mismos y comparten su patológico anticomunismo. De hecho, el fascista Elon Musk ha comparado la USAID con “un nido de víboras de ideas marxistas” y, por otra parte, la plantilla de la agencia acusa al gobierno de espiar sus ordenadores «como si estuviéramos en la Unión Soviética».

Como en los wéstern, está teniendo lugar un duelo para decidir quién se queda con el chiringuito. Y en un país donde todo se soluciona a tiros, jugar a ser dios a veces resulta peligroso, especialmente si se trata de tocarle la fibra sensible a una parte del poder real del país. En enero, una camioneta Cybertruck de Tesla (el buque insignia de Elon Musk) explotó a las puertas del Hotel Trump de Las Vegas. El propio Trump sufrió un atentado en campaña yKennedy Jr. tiene amplios antecedentes familiares de cómo funcionan los entresijos de la geopolítica. El escenario es un imperio en decadencia que espera el favor divino para cambiar el nuevo orden multipolar, radicalmente contrario a sus intereses.

— Y digo yo… ¿aquí no haría falta una Revolución?

— Y luego, ¿por qué me lo preguntas?

Fuente: https://mundoobrero.es/2025/03/31/r-i-p-a-la-usaid/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.