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Rusia responde al desafío de EE.UU. y fabricará nuevos misiles en menos de dos años

Fuentes: Agencias

Moscú siguió los pasos de Washington y también abandonó el histórico tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría el sábado. Todos los expertos preveían que el abandono de Estados Unidos del primer tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría con Rusia (INF) daría pie a una carrera armamentística que ya está sucediendo. El […]

Moscú siguió los pasos de Washington y también abandonó el histórico tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría el sábado.

Todos los expertos preveían que el abandono de Estados Unidos del primer tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría con Rusia (INF) daría pie a una carrera armamentística que ya está sucediendo. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, anunció este martes que su país desarrollará en menos de dos años las variantes terrestres del misil de crucero Kalibr y del misil hipersónico de alcance medio. Es la respuesta rusa al desafío de Washington, que suspendió sus obligaciones en el histórico pacto y dio a Moscú seis meses para cumplir el tratado que, según Donald Trump, estaba incumpliendo.

«Durante 2019 y 2020 debemos desarrollar una variante terrestre del sistema Kalibr de emplazamiento marítimo con misiles de crucero de largo alcance que tan buen rendimiento dieron en Siria», dijo Shoigú durante una reunión en el Ministerio de Defensa. Además, agregó que «en los mismos plazos habrá que fabricar los sistemas de misiles terrestres con cohetes hipersónicos».

Shoigú destacó que el hecho de que esos misiles ya existan en su versión marítima y aérea «permitirá reducir considerablemente los plazos de fabricación de los nuevos misiles y el coste de su financiación». «Lo importante es aumentar el alcance de los sistemas de misiles terrestres ya existentes hoy», precisó.

Shoigú ordenó a su viceministro, Alexéi Krivoruchko, que se inicien «en un plazo breve de tiempo» los trabajos para el desarrollo de dicho armamento en el marco del presupuesto asignado con este fin para los próximos años.

Precisamente, Shoigú hizo el sábado estas propuestas al presidente ruso, Vladímir Putin, cuando este anunció que Moscú también renuncia al tratado de eliminación de misiles de medio y corto alcance, que la URSS y EE.UU. firmaron en 1987.

Desde que decidiera intervenir en Siria en 2015, Rusia ha utilizado los Kalibr para atacar las posiciones yihadistas en el país árabe desde fragatas en el Mediterráneo y el Caspio.

Mientras, Putin anuncio públicamente que Rusia había desarrollado armamento hipersónico en su ya célebre discurso sobre el estado de la nación de marzo de 2018 y en diciembre pasado confirmó que el misil hipersónico Avangard, capaz de superar el escudo antimisiles estadounidense, ya estaba listo para el combate.

El ministro subrayó que Estados Unidos ya trabaja activamente en el desarrollo de misiles de emplazamiento terrestre con un alcance mayor de 500 kilómetros, lo que viola el INF.

El sábado, Putin adelantó que la respuesta rusa a EE.UU. sería «simétrica», pero que Moscú no desplegaría armamento que viole el INF, es decir, que tenga un alcance entre 500 y 5.500 kilómetros, ni en la parte europea de Rusia ni en otras partes del mundo mientras no lo haga Washington.

EE.UU. anunció el viernes que suspende el cumplimiento de las obligaciones relacionadas con el INF ante la negativa rusa de destruir el misil de crucero ruso Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN) que violaría el tratado, según Washington.

En teoría, ambos países tienen aún seis meses para recapacitar y regresar al tratado, aunque los expertos consideran que eso no ocurrirá, lo que podría también condenar al fracaso las negociaciones para la renovación del tratado START-3.

Según los expertos, el auténtico objetivo de la decisión de EE.UU. no es Rusia, sino China, que ha desarrollado un considerable arsenal de misiles de corto y medio alcance, ya que no es firmante del INF.