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Derechos Humanos

Se alarga agonía de Comisión de la ONU

Fuentes: IPS

La última sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU comenzará el lunes 11 en esta ciudad suiza como estaba establecido, pero de inmediato suspenderá las deliberaciones por una semana en espera de que el foro mundial adopte en Nueva York las disposiciones para su desaparición. La mesa del período 62 del organismo, […]

La última sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU comenzará el lunes 11 en esta ciudad suiza como estaba establecido, pero de inmediato suspenderá las deliberaciones por una semana en espera de que el foro mundial adopte en Nueva York las disposiciones para su desaparición.

La mesa del período 62 del organismo, que preside el ex ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Manuel Rodríguez Cuadros, dispuso este jueves consultar a los grupos regionales sobre la posibilidad de posponer la iniciación efectiva de las sesiones.

Las autoridades de la Comisión proponen que los debates se abran el lunes con los actos protocolares que incluirían los discursos de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, y del presidente saliente del organismo, Makarim Wibisono, de Indonesia, y del mismo Rodríguez Cuadros.

Según esa idea, una vez cumplidos los actos de apertura, los delegados de los 53 países que integran la Comisión decidirían levantar la sesión para reanudarla el lunes 20 de marzo.

Pero la decisión de la mesa ampliada, integrada también por los cinco coordinadores regionales, se conocerá solamente este viernes. Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguraron a IPS que ya existe consenso entre los grupos regionales para aceptar el criterio propuesto por la mesa.

Los diplomáticos confían en que durante esa semana de suspensión lleguen a buen puerto las negociaciones que se llevan a cabo en la sede central de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), en Nueva York, para determinar la forma en que cesará sus funciones la Comisión y se establecerá el órgano que la sustituirá.

La suerte del máximo organismo especializado internacional, creado en 1946, quedó signada en septiembre pasado cuando la Asamblea General de la ONU resolvió reemplazarlo por otro cuerpo, el consejo de derechos humanos.

Pero desde entonces los líderes de ese foro no han acertado con una definición de las características del nuevo órgano que satisfaga a todas las partes.

Un diplomático latinoamericano dijo a IPS que la misión de su país en Nueva York le comentó que se esperaba una decisión de un momento a otro. El presidente de la Asamblea General de la ONU, el sueco Jan Eliasson, había anunciado que presentaría su proyecto de resolución sobre el nuevo consejo el miércoles último. Luego aplazó el debate para este jueves y más tarde anunció que se haría el viernes, apuntó la fuente.

Las negociaciones prosiguen, aunque sólo participan tres personas, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y Eliasson. «El resto no se entera», deslizó el diplomático acreditado en Nueva York.

El proyecto del consejo de derechos humanos redactado por Eliasson ha encontrado amplio apoyo en la comunidad internacional, pero tropieza con la oposición cerrada de Estados Unidos.

Washington reclama principalmente que el número de 47 miembros del consejo, previsto por Eliasson, se reduzca a 30 y que su elección requiera el voto afirmativo de dos tercios de los 191 estados que participan de la Asamblea General.

El activista Hillel Neuer, de la organización no gubernamental UN Watch, que comparte las objeciones de Estados Unidos al borrador de Eliasson, observó que sólo el requisito de una mayoría de dos tercios permitiría excluir del consejo a países con antecedentes de violaciones a los derechos humanos que se postularen para su admisión.

Pero en general, la mayoría de las organizaciones no gubernamentales más representativas dedicadas a los derechos humanos, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Federación Internacional de Derechos Humanos, sostienen el proyecto del presidente de la asamblea.

Esas organizaciones comparten el criterio expresado por la ministra de Relaciones Exteriores de Suiza, Micheline Calmy-Rey, quien sostuvo que la reapertura del texto para un nuevo debate, como pretende Estados Unidos, pone en serio peligro la conclusión exitosa de las actuales negociaciones.

Un diplomático que participó de las deliberaciones de este jueves de la mesa de la Comisión, en Ginebra, observó que la reanudación del debate no sólo permitiría exponer sus pretensiones a Estados Unidos sino también a otros países que pueden proponerse el debilitamiento del nuevo organismo.

De esa manera, las discusiones se prolongarían en perjuicio de todo el sistema internacional de derechos humanos, insistió el diplomático, que pidió reserva de su nombre.

Al analizar ese proceso, el representante en Ginebra de la Asociación Americana de Juristas (AAJ), Alejandro Teitelbaum, dedujo que «bajo la inspiración de Estados Unidos» se está intentando «manejar a diversos órganos» de la ONU, como la Comisión de Derechos Humanos, «con métodos totalmente inadmisibles dignos de una semicolonia».

Teitelbaum cuestionó también la iniciativa de la mesa de la Comisión de proponer la suspensión de sus sesiones por una semana bajo el pretexto de que la Asamblea General está por aprobar la creación del consejo de derechos humanos.

«Es un falso pretexto porque en ningún momento la Asamblea General ha condicionado el funcionamiento normal del 62 período de sesiones de la Comisión», dijo a IPS el experto.

El mismo proyecto de Eliasson recomienda al Consejo Económico y Social de la ONU que requiera a la Comisión concluir sus trabajos del 62 período y que luego proceda a abolir la Comisión el 16 de junio de 2006, sostuvo Teitelbaum.

El representante de la AAJ concluyó que «el objetivo del momento es hacer desaparecer cuanto antes a la Comisión de Derechos Humanos». No es de extrañar que sea así porque cada vez más este organismo, a través de sus expertos y relatores, debe tomar posición ante la magnitud de las violaciones cometidas por Estados Unidos, insistió Teitelbaum.

Una de las causas del descrédito de la Comisión ha sido su fracaso en los últimos tres períodos de sesiones para examinar propuestas sobre la situación de unos 500 detenidos sin juicio ni asistencia legal, que Estados Unidos retiene en la base naval de Guantánamo, en Cuba.

También han contribuido a mellar el prestigio del organismo las presencias como miembros activos de otros países acusados de graves violaciones a los derechos humanos, como Irán, Egipto, China, Cuba, Arabia Saudita y muchos más.

La mesa del 62 período de sesiones está integrada, además de Rodríguez Cuadros, por los vicepresidentes Roger Julien Menga, de Congo, Paul Meyer, de Canadá, y Zohrab Mnatsakanian, de Armenia. El relator será Sunu Soermano, de Indonesia.

Los coordinadores regionales son Mohammed Loulichki, de Marruecos, por el Grupo Africano, Abdu Wahab Abdul Salam Attar, de Arabia Saudita, por el Grupo Asiático, Elchin Amirbayov, de Azerbaiyán, por el Grupo de Europa Oriental, Clodoaldo Hugueney, de Brasil, por el Grupo de América Latina y el Caribe, e Ian M. de Jong, de Holanda, por el Grupo Occidental.