El mandatario norcoreano, Kim Jong-un, aseguró hoy que pese a las «sanciones y bloqueo sin límite», Corea del Norte «seguirá adelante con su meta de completar su fuerza nuclear». El mandatario redobló así la apuesta en medio de una creciente tensión internacional e incluso llegó a decir, según reportó el sábado la agencia estatal norcoreana […]
El mandatario norcoreano, Kim Jong-un, aseguró hoy que pese a las «sanciones y bloqueo sin límite», Corea del Norte «seguirá adelante con su meta de completar su fuerza nuclear». El mandatario redobló así la apuesta en medio de una creciente tensión internacional e incluso llegó a decir, según reportó el sábado la agencia estatal norcoreana KCNA, que el objetivo definitivo de Pyongyang es alcanzar «un equilibrio real de fuerza» con Estados Unidos.
Las declaraciones del gobernante se producen después del lanzamiento del segundo misil intercontinental que sobrevoló los cielos de Hokkaido y a poco más de una semana de la sexta prueba nuclear que causó un terremoto artificial de magnitud superior a seis. En efecto, la repuesta de Kim ante la nueva tanda de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU fue la de lanzar un misil que logró el mayor recorrido de todos los probados hasta el momento. El presidente norcoreano presenció la prueba del misil de alcance intermedio que el viernes sobrevoló Japón antes de caer en el Pacífico tras un recorrido de 3.700 kilómetros. El lanzamiento del cohete Hwasong-12 llegaba después de que el 3 de septiembre Corea del Norte anunciara el ensayo con éxito de una bomba de hidrógeno, que los analistas calculan que tuvo una potencia de 250 kilotones.
En respuesta, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó su octava ronda de sanciones contra Pyongyang, que prohíben exportar textiles e imponen límites a las importaciones de crudo.
Según KCNA, el líder norcoreano habló de la «eficiencia y la confiabilidad» del misil y del éxito de los esfuerzos para incrementar su potencia. Y en apoyo del desafío lanzado en el mundo, la agencia estatal difundió imágenes de un Kim que observa atentamente el lanzamiento y luego aplaude sonriente y entusiasta rodeado por sus generales, que también sonríen.
Al amanecer del viernes, el misil balístico intermedio Hwasong-12 que partió desde un sitio cercano a Pyongyang, tocó una altitud de 800 kilómetros y un alcance de 3.700 kilómetros antes de terminar en el Pacífico, a poco más de 1.200 kilómetros de las costas de Japón.
Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU pidieron a Corea del Norte «un sincero compromiso tendiente a la desnuclearización mediante acciones concretas y mostrar la importancia de trabajar para reducir la tensión en la península».
También el Consejo de Seguridad definió como «altamente provocador» el lanzamiento del misil balístico y pidió a Pyongyang que detenga inmediatamente sus «acciones insultantes».
Pero el representante permanente de Corea del Norte en las Naciones Unidas envió una carta al Consejo de Seguridad para pedir que se debata urgente el tema de los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur.
En la carta a la presidencia de turno del Consejo de Seguridad, ejercida por Etiopía, Pyongyang afirma que las maniobras conjuntas son una grave amenaza a la paz y la seguridad.
Las posibles respuestas ante el accionar de Corea del Norte serán tramitadas el jueves por los presidentes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur -Donald Trump, Shinzo Abe y Moon Jae-in- en una cumbre trilateral y al margen de la Asamblea general de Naciones Unidas. El viernes Moon Jae-in reunió el Consejo de Seguridad Nacional aclaró que, aún con los mejores propósitos, el diálogo con Kim Jong-un es «imposible en esta situación».