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Comunicado del MUI de Mar del Plata

Sobre las jornadas de lucha contra la presencia de Bush en la Argentina

Fuentes:

Desde el Movimiento Universitario de Izquierda nos hemos propuesto intentar una lectura integral de lo transcurrido en las últimas semanas en el marco de la «IV Cumbre de las Américas» y la visita a nuestro país y a nuestra ciudad del presidente de Estados Unidos, George Bush. En primer lugar queremos decir que todos los […]

Desde el Movimiento Universitario de Izquierda nos hemos propuesto intentar una lectura integral de lo transcurrido en las últimas semanas en el marco de la «IV Cumbre de las Américas» y la visita a nuestro país y a nuestra ciudad del presidente de Estados Unidos, George Bush.

En primer lugar queremos decir que todos los actos, manifestaciones, movilizaciones e iniciativas realizadas para expresar el repudio que la gran mayoría del pueblo argentino siente por Bush, han sido para nosotros muy importantes para el posicionamiento de nuestro pueblo ante el mundo, para el fortalecimiento de nuestra dignidad nacional y para el desarrollo de una subjetividad y una conciencia antiimperialista y revolucionaria. Desde la «III Cumbre de los Pueblos», que logró reunir a miles de latinoamericanos para discutir proyectos alternativos, que pudo difundir los logros de la revolución cubana y venezolana, que permitió un intercambio de distintas experiencias de luchas de movimientos sociales de todo el continente y de todo nuestro país; pasando por la masiva movilización convocada el viernes por la mañana, el acto en el estadio mundialista con Silvio Rodriguez, Viglieti y demás cantores populares, el impactante discurso del presidente de Venezuela, Hugo Chavez, que dio lecciones de optimismo, esperanza, vocación antiimperialista, convicción socialista, latinoamericanista y solidaridad internacional; hasta la importante movilización de la tarde, que descolló en combatividad y muestra de contundencia en el repudio al principal asesino de pueblos del mundo. A esto se suman las movilizaciones en Córdoba, Rosario, Capital Federal, Neuquen y otras localidades del país, y a esto habría que sumarle la de nuestros hermanos de Uruguay y Brasil.

Todos estos hechos significan para nosotros la dignidad del pueblo argentino y latinoamericano ante la ofensa de que un canalla, un asesino, un genocida como Bush haya sido invitado y haya tenido el atrevimiento de pisar el suelo argentino.

Muchos compañeros y amigos nos preguntan por las dos marchas…

Creemos que ambas fueron importantes y que expresaron, cada una a su modo, el sentimiento Anti-Bush del amplio abanico de sectores que se movilizaron en ellas. De todos modos entendemos que en la primera se instrumentó -a nuestro modo de ver- una fuerte operatoria del gobierno nacional para intentar lograr que la justa intención de manifestarse contra Bush que muchas organizaciones y grandes porciones de la población querían expresar en la calle quedase «pegada» detrás de algunos de sus referentes sociales (Luis D’Elía, Miguel Bonnaso, etc) para impedir que el sentimiento Anti-Bush pudiera expresar -al mismo tiempo- un cuestionamiento a la política del gobierno argentino, por lo menos en lo que hace a las concesiones que este viene haciendo a las políticas delineadas por el imperialismo, con el pago de la deuda externa, la política de ajuste fiscal y la falta de medidas para revertir la injusta distribución de la riqueza.

Nosotros, sin cuestionar a quién decidiera marchar por la mañana, decidimos hacerlo por la tarde, ya que tanto en la Coordinadora Estudiantil Antiimperialista (CEA), espacio donde vinimos articulando todo el año, como en una asamblea interfacultades, el movimiento estudiantil decidió movilizarse en esta convocatoria. Así fue que la columna universitaria más importante fue esta, encabezada por las banderas de los Centros de Estudiantes de las Facultades de Humanidades y Ciencias Exactas y Naturales. En esta convocatoria, a pesar de la fuerte operatoria mediática para reducirla a una marcha de los «piqueteros duros», se movilizaron, además de movimientos piqueteros, Partidos de izquierda, organizaciones sindicales en lucha, centros de estudiantes universitarios, estudiantes secundarios y terciarios, organizaciones culturales, artísticas, entre otras.

Otros compañeros y amigos nos preguntaban porqué decidimos ir hacia el vallado…

Las organizaciones que participamos de esta marcha (muchas de las cuales participamos del acto en que habló Hugo Chavez) entendíamos que la manifestación de rechazo a Bush y las políticas que la «IV Cumbre de las Américas» buscaba resolver en este encuentro (como el ALCA y otras), debía dirigirse de frente al sitio donde se reunían los presidentes, y no marchar en sentido contrario. Esto -sabíamos- implicaba llegar cerca del vallado. Para nosotros esta decisión no expresaba un capricho de infantil combatividad, sino la convicción de que las disputas con el poder -aún en el orden de lo simbólico- no pueden ser de espaldas a él, ni pueden circunscribirse a lo que el poder acepta como su propio y permitido cuestionamiento. Todo sistema incluye sus propios modos de impugnación y rechazo, dentro de ciertos límites. La revolución y los procesos de acumulación de fuerzas y de construcción de conciencia popular en ese camino, se darán necesariamente fuera de esos límites. Cuándo el poder dice «no hay problema, de esta línea para allá protesten todo lo que quieran», el pueblo debe desconfiar, porque significa seguramente, que de esa línea para allá no hay peligro para el sistema, no hay posible acumulación de fuerzas para el cambio social. Las experiencias de poder popular, o de autonomía del movimiento social, serán posible fuera de los marcos que el poder establece y señala como lo aptos y permitidos para la actividad crítica. En este sentido, transgredir los límites impuestos por el sistema (que era lo que simbólicamente significaba ese indignante vallado que dividió nuestra ciudad en dos) implicaba -para nosotros- ir un poco más allá con nuestras voces, con nuestros gritos, con nuestros cuerpos. Por eso decidimos ir al vallado.

Luego nos preguntaron sobre los incidentes…

Una vez allí, y cuando la policía comienza a tirar gases y empiezan las corridas una parte de la manifestación arremetió contra los símbolos de las multinacionales y del poder económico concentrado. Esto fue bien acogido por la gran mayoría de la manifestación y -desde nuestro punto de vista- estaba justificado, en la medida en que muchas de esas empresas son responsables de las injusticias, la violencia (verdadera violencia), la pobreza y el hambre de nuestros pueblos: símbolos todos del poder real detrás del poder político, la cara económica del poder imperialista, que Bush y su gobierno expresan política y militarmente.

Luego hubo grupos pequeños que en el medio de esto, rompieron vidrieras de negocios marplatenses y pequeños comercios. Estos hechos no los justificamos, no estamos de acuerdo y lamentamos las perdidas de los comerciantes. Hay que decir, en honor a la verdad, que la gran mayoría de la manifestación les gritó con mucha fuerza que no lo hagan y hasta compañeros del grupo Bristol les gritaban un cántico que dice: «compañeros eso no! eso es de un trabajador!», consigna compartida por el resto de los manifestantes. No sabemos de dónde eran estos pequeños grupos, no sabemos si fueron enviados por la propia policía o si simplemente eran grupos con una tremenda distorsión de dónde están los verdaderos enemigos, lo que si sabemos es que lo que estos hicieron sólo sirvió para que los medios exaltaran de la importante movilización y acción combativa, sólo la rotura a los pequeños comercios marplatenses. Lo cierto es que los medios se agarraron de eso para montar una campaña de desprestigio sobre una movilización masiva (alrededor de 10 mil personas) y legítimas acciones dirigidas contra símbolos del poder económico imperialista.

Nuestro movimiento participó de todas las actividades y manifestaciones de repudio a Bush y a la «IV Cumbre de las Américas». Asistimos a muchas charlas y foros de la «III Cumbre de los pueblos», compartimos la charla en que los compañeros de la FEU de Cuba nos dieron grandes lecciones de dignidad y revolución, participamos con un orador de la «Tribuna Antiimperialista», estuvimos en el acto en que regalaron su música Silvio Rodriguez y Viglieti, así como en el Puerto dónde lo hizo Manu Chao, escuchamos el discurso bolivariano del comandante Hugo Chavez y participamos con entusiasmo y disposición combativa de la marcha de la tarde con tantos sectores que no quisieron ser arrastrados por el gobierno.

Nuestra decisión, desde hace un año, fue trabajar intensamente por sumar adhesión y conciencia antiimperialista a la lucha de nuestro pueblo para estos días en que funcionaría la Cumbre. Para eso aportamos a la formación de la CEA y la Asamblea Antiimperialista Marplatense, para eso organizamos Festivales Anti-Bush, la semana antiimperialista, plenarios con militancia estudiantil comprometida con esta causa, asambleas de estudiantes interfacultades, pegamos afiches, hicimos pintadas, debatimos, nos movilizamos. Creemos haber sido coherentes con este objetivo, en tanto nuestra intención fue aportar desde nuestro ámbito concreto a la gran lucha antiimperialista que nuestras organizaciones y los distintos pueblos estamos dando en todo el continente.

Entendemos que los medios quieran siempre empañar las acciones más audaces de lucha y organización popular; nos preocupa que algunos periodistas progresistas o amigos de los que luchamos se equivoquen al acusar con exagerada dureza a manifestaciones legítimas de asco, de repudio, de indignación y odio contra los enemigos del pueblo; y nos alegra y llena de admiración que haya tantos medios alternativos que hayan mantenido la cabeza clara y hayan informado como fueron las cosas, acompañando todas las actividades, manifestaciones y acciones de lucha antiimperialista que los argentinos supimos dar en estas jornadas inolvidables.

Mar del Plata, 6 noviembre de 2005