El Secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, explicó ayer que las palabras del presidente, Donald Trump, acerca de la posibilidad de abandonar el acuerdo nuclear con Irán no influirán en el tratamiento diplomático de la crisis con Corea del Norte y se distanció de los recientes dichos del mandatario. Así el ex número uno de […]
El Secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, explicó ayer que las palabras del presidente, Donald Trump, acerca de la posibilidad de abandonar el acuerdo nuclear con Irán no influirán en el tratamiento diplomático de la crisis con Corea del Norte y se distanció de los recientes dichos del mandatario.
Así el ex número uno de la petrolera Exxon debió «corregir» los dichos de Trump, tras su enésima andanada en Twitter con invectivas que amenazan con «inflamar» los ánimos y provocar una escalada en dos frentes muy agitados de la política exterior estadounidense, como Irán y Corea del Norte.
Tillerson ocupa una incómoda posición en una Casa Blanca conducida por un presidente cada vez más imprevisible y que no demuestra ningún remordimiento en despojarse hasta de sus hombres de mayor confianza o dinamitar complejos trabajos de equipo realizados por la diplomacia. El tema Irán volvió a tomar el centro de la escena en los últimos días, con el presidente Trump que anunció su nueva estrategia con palabras de fuego que irritaron al gobierno de Teherán.
«Permanecer en el acuerdo con Irán está en el interés de Estados Unidos», aclaró Tillerson entrevistado por la CNN, luego de que Trump, bajo presiones de Israel y Arabia Saudita, pasó la decisión al Congreso, haciendo enfurecer a los aliados europeos de Washington.
Las palabras del jefe de la diplomacia estadounidense sonaron como una verdadera toma de distancia respecto del actual jefe de la Casa Blanca. «Permaneceremos dentro del acuerdo», explicó, no cerrando las puertas a una eventual renegociación del acuerdo de 2015, controvertida «herencia» de Barack Obama.
«Trabajaremos con nuestros socios europeos y con los otros aliados nuestros para ver si es posible dar respuesta a toda una serie de preocupaciones», agregó Tillerson, destacando que el acuerdo con Irán le dio mucho tiempo a Teherán para remediar las «violaciones» denunciadas por Trump.
El Secretario de Estado también habló sobre Corea del Norte: «el esfuerzo diplomático seguirá adelante mientras no caiga la primera bomba», explicando que Trump «aclaró que quiere resolver la cuestión con diplomacia. No está buscando ir a la guerra, solamente puso en claro que existen opciones militares».
Lo dijo, pese a que en reiteradas oportunidades Trump se dirigió en público a Tillerson indicándole que negociar con Pyongyang era solo «una pérdida de tiempo».
En las próximas horas se sabrá si las últimas afirmaciones de Tillerson elevarán la tensión con el presidente que ya está por las nubes, pese a las declaraciones oficiales de confianza recíproca, llevando al funcionario al borde de la dimisión.
El Secretario de Estado, en la misma entrevista con CNN, no negó la embarazosa frase que en privado le habría dedicado Trump, definiéndolo como un «idiota» («moron»).
Sí respondió con ironía a las afirmaciones del senador republicano Bob Corker, según el cual Trump habría «castrado» a su jefe de la diplomacia: «Me hice un control y todavía estoy entero», dijo.