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Encuentro de los movimientos alternativos en España

Tinto de Verano: un espacio para la reflexión

Fuentes: Rebelión

Ruesta es un pueblo de la provincia de Huesca, abandonado hace décadas a causa de la construcción de un pantano que anegó todas sus tierras de cultivo. Ahora el sindicato CGT ha iniciado un proceso de recuperación del pueblo para actividades de turismo. En el camping de dicho pueblo se celebró el pasado mes de […]

Ruesta es un pueblo de la provincia de Huesca, abandonado hace décadas a causa de la construcción de un pantano que anegó todas sus tierras de cultivo. Ahora el sindicato CGT ha iniciado un proceso de recuperación del pueblo para actividades de turismo. En el camping de dicho pueblo se celebró el pasado mes de julio el Segundo Encuentro de los movimientos sociales, más conocido como Tinto de Verano.

Organizado por varias asociaciones tanto de ámbito estatal como por pequeños grupos locales, el encuentro continuaba la experiencia iniciada el año pasado de buscar nuevos espacios para el intercambio, el conocimiento, la reflexión y la convivencia entre colectivos y personas que desean compartir sus experiencias de trabajo social alternativo.

El aspecto organizativo más importante del encuentro gira en torno a la autogestión. Concepción profunda en el proyecto de sociedad que los participantes desean, se trataba de llevarlo a la práctica en ese pequeño espacio, garantizando de forma voluntaria la resolución de todos los temas logísticas que un evento así necesita: cocina, limpieza, guardería para los niños, actividades lúdicas, talleres… Aspecto que además permite que a un precio muy asequible, imposible en un centro turístico, cada asistente tuviera asegurada una pensión completa a base de comida ecológica.

Más de 200 personas se dieron cita en el Tinto de Verano para hablar de temas sectoriales e intersectoriales: renta básica, sostenibilidad, género, comunicación alternativa, Unión Europea, metodologías participativas, acción en los barrios, trasnacionales, curriculum oculto en los libros de texto y otras más fueron asuntos tratados en los diferentes talleres.

Cada grupo o persona participante podía proponer un taller que se compromete a desarrollar o moderar y todos eran incluidos en el calendario de actividades. Así hubo masajes, taller de clown, senderismo, fúbol y más actividades que se planeaban de un día para otro, aunque obviamente el grueso de las propuestas temáticas ya se había preparado con meses de antelación.

Ciertamente no todos los temas tuvieron igual acogida y participación pero sin ninguna duda predominaba la idea de aprovechar este espacio para hablar sin las urgencias del día a día, sin necesidad de alcanzar compromisos, y por tanto de acercar posiciones o simplemente conocer el trabajo de los demás. Una concepción de encuentro que busca sobre todo entender mejor a otros colectivos en base a la convivencia y el conocimiento de sus propuestas y actividades; entretejer redes informales entre asociaciones de sectores diferentes que pocas veces se relacionan, con el objetivo de reforzar y visualizar la globalidad de las respuestas que necesitamos dar ante el sistema.

No todo fue perfecto, algo imposible entre grupos humanos diversos y heterogéneos, pero al evaluar el encuentro, todas y todos coincidieron en considerar el Tinto de Verano como un espacio necesario para los movimientos sociales. Propuestas, sugerencias, percepciones e intereses concretos sirvieron para empezar a pensar en cómo hacerlo el año próximo. Aunque eso si recordando una característica fundamental: la necesaria participación individual y grupal en la preparación y desarrollo; no se trata de que un grupo reducido organize el encuentro y los demás vayan de «vacaciones culturales».