Un tribunal de Arabia Saudí ha condenado a una mujer siria de 75 años a recibir 40 latigazos, tres meses de cárcel y la deportación por haber recibido en su casa a dos hombres que no eran de su familia, según informaron hoy los medios locales. El pasado año, un miembro de la Policía […]
Un tribunal de Arabia Saudí ha condenado a una mujer siria de 75 años a recibir 40 latigazos, tres meses de cárcel y la deportación por haber recibido en su casa a dos hombres que no eran de su familia, según informaron hoy los medios locales.
El pasado año, un miembro de la Policía Religiosa de Arabia Saudí entró en el domicilio de la mujer, Jamisa Mohamed Sawadi, en la localidad de Al Chamli y la encontró con dos hombres con los que no tenía ningún vínculo familiar, explica el diario Al Watan.
Uno de los hombres, Fahd, de 24 años, dijo al policía que tenía derecho a estar allí porque Sawadi le había amamantado cuando era pequeño, por lo que, según la tradición musulmana, se le podía considerar hijo de ella. Fahd añadió que su amigo Hadian le había acompañado cuando iba a darle pan a la mujer. El agente arrestó entonces a los dos hombres.
Pero en el veredicto del tribunal, al que tuvo acceso Al Watan, el juez, basándose en el testimonio del policía, considera que no ha sido probado que Fahd fuera el ‘hijo de leche’ de la mujer. Por ello, los dos hombres también han sido condenados: Fahd pasará cuatro meses en prisión y recibirá 40 latigazos, mientras que Hadian estará seis meses encarcelado y recibirá 60 latigazos. Por su parte, Sawadi declaró al periódico tras la lectura de la condena que apelará e insistió en que Fahd es su ‘hijo de leche’.
Este caso ha provocado indignación en muchos sectores de Arabia Saudí. «Todo el mundo está enfadado porque es como una abuela; 40 latigazos, ¿cómo va a poder soportar ese dolor? No se puede justificar», explicó a la CNN Wajeha al Huwaider, activista saudí defensora de los derechos de las mujeres.
Pero este no es el primer caso que causa tanta controversia en el país árabe. En 2007, una joven de 19 años fue víctima de una violación en grupo y fue condenada a 200 latigazos y seis meses de cárcel por reunirse con un hombre que no era de su familia.
Los siete hombres que la violaron, que habían secuestrado a la joven y al chico con el que quedó, fueron sentenciados a penas de entre diez meses y cinco años de prisión. El caso causó tanta indignación fuera de las fronteras de Arabia Saudí que el rey Abdulá perdonó a la joven y al chico con el que fue capturada.