Moscú, 22 de junio. El presidente de Ingushetia, Yunus-Bek Yevkurov, resultó gravemente herido este lunes a consecuencia de un atentado perpetrado por un atacante suicida que hizo estallar su vehículo al paso del convoy del gobernante de esta república norcaucásica, colindante con Chechenia. Equivalente a 70 kilogramos de trilita, la fuerte explosión del coche, que […]
Moscú, 22 de junio. El presidente de Ingushetia, Yunus-Bek Yevkurov, resultó gravemente herido este lunes a consecuencia de un atentado perpetrado por un atacante suicida que hizo estallar su vehículo al paso del convoy del gobernante de esta república norcaucásica, colindante con Chechenia.
Equivalente a 70 kilogramos de trilita, la fuerte explosión del coche, que según las primeras investigaciones había sido reportado como robado en la capital rusa hace unos días, provocó la muerte de un guardaespaldas y del chofer de Yevkurov, así como del propio atacante, y dejó otros cinco heridos en su comitiva, entre ellos el hermano del político, Uvais.
Hay versiones contradictorias sobre el estado de Yevkurov. Su automóvil blindado no resistió la potencia de los explosivos y se incendió, mientras en un extenso perímetro, de acuerdo con Svetlana Gorbakova, portavoz de la procuraduría rusa, se encontraron restos de metralla y fragmentos del coche bomba.
Se informó de manera oficial que, tras ser intervenido quirúrgicamente de urgencia en Nazrán, importante centro regional, Yevkurov fue trasladado a Moscú en un avión hospital enviado por el Kremlin. Esto pone en duda que sólo sufrió una contusión y rotura de varias costillas
, como afirmó su vocero, Kaloi Ajilgov.
Agencias noticiosas locales, extraoficialmente, atribuyen a médicos del hospital de Nazrán que el presidente ingush se encuentra en estado crítico, con un cuadro de quemaduras, conmoción cerebral y lesiones en el hígado y otros órganos
.
Tampoco es claro quién está detrás del atentado, porque la violencia en el Cáucaso del norte se desborda por los intereses encontrados de los clanes que se disputan el poder, por la corrupción y la delincuencia organizada, por el extremismo religioso y la guerrilla separatista.
En cualquiera de estos factores, o en la combinación de varios, podría estar el origen del ataque suicida contra el hombre que, en octubre del año anterior, designó el Kremlin para gobernar Ingushetia en sustitución de Murat Ziazikov, general de los servicios secretos acusado por la oposición ingush de corrupción, abuso de poder y nepotismo, aparte de relacionarlo con sonados casos de persecución de sus adversarios políticos y de la prensa independiente.
Militar de profesión, el coronel Yevkurov -cuyo nombre saltó a la prensa por primera vez en junio de 1999, cuando estuvo al frente de la unidad de desembarco aéreo que, en abierto desafío a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, se adentró en Kosovo desde Bosnia y tomó el control del aeropuerto de Pristina- adquirió poderosos enemigos en los meses que lleva tratando de arreglar el desastre que heredó de Ziazikov.
El presidente de Rusia, Dimitri Medvediev, ordenó a su ministro del Interior, Rashid Nurgaliyev, viajar a Ingushetia para encabezar la investigación del atentado, el cual -en su opinión- sin duda está vinculado a la intensa actividad que venía realizando el presidente de Ingushetia para poner orden y establecer la paz en la república
.
No se excluye que el ataque suicida haya sido la respuesta de la guerrilla separatista a la operación conjunta que el pasado 16 de mayo lanzaron en su contra los gobiernos de Ingushetia y Chechenia, en la que murieron al menos 12 combatientes.
Tras sugerir que entre los muertos se encontraba Doku Umarov, el jefe militar de los independentistas chechenos, las autoridades no han podido presentar hasta la fecha ninguna prueba al respecto.
Tampoco pasó inadvertido que hoy hace justo cinco años la guerrilla separatista realizó una incursión de envergadura en Nazrán y que 12 presuntos participantes en los hechos del 22 de junio de 2004 permanecen en prisión preventiva sin que pueda comenzar el juicio, debido a supuestas presiones contra los jueces.
En marzo de este año, Yevkurov habló con los familiares de los detenidos y encargó ocuparse del caso a la vicepresidenta del Tribunal Supremo de Ingushetia, Aza Gasguireyeva, asesinada el pasado 10 de junio. Tres días después, murió en un atentado Bashir Aushev, ex viceprimer ministro ingush.
http://www.jornada.unam.mx/2009/06/23/index.php?section=mundo&article=021n1mun