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Cronopiando

Un estado moderno en República Dominicana

Fuentes: Rebelión

Estadomoderno El progreso y la modernidad de un país no lo supone tanto la ausencia de apagones, sino el hecho de que, cuando se vaya la luz, cualquier ciudadano que pague ese servicio, pueda querellarse antes las compañías eléctricas que se han apropiado del negocio de los apagones y demandarlas por daños y perjuicios, de […]

Estadomoderno El progreso y la modernidad de un país no lo supone tanto la ausencia de apagones, sino el hecho de que, cuando se vaya la luz, cualquier ciudadano que pague ese servicio, pueda querellarse antes las compañías eléctricas que se han apropiado del negocio de los apagones y demandarlas por daños y perjuicios, de manera que se le compensen las incomodidades padecidas por el incumplimiento de un contrato que obliga a una de las partes a pagar la luz y a la otra a suministrarla.

Un país no puede considerarse ejemplo de progreso y modernidad porque haya disminuido el número de asesinatos o porque sus estadísticas sobre violencia reduzcan sus porcentajes, sino porque frente a esa calamidad de ninguna manera puedan los criminales quedar impunes y hasta ser recompensados con honores y cargos.
La modernidad y progreso de un país no se mide solamente por el grado de pulcritud y honestidad de sus funcionarios, porque desaparezcan o se reduzcan los repetidos casos de corrupción, sino porque el Estado se muestre capaz de someter a la justicia a quienes confundan los bienes comunes con los propios.
Una sociedad no es más moderna porque no registre en sus procesos electorales, de cualquier índole, la existencia de fraudes, sino porque sea capaz de sobreponerse a ellos y repudiar y castigar a los fraudulentos en lugar de ensalzarlos, además, como paradigmas de todas las virtudes, o entender como «hábiles manejos de un político listo» lo que sólo son delictivas mañas de un sinvergüenza contumaz.
El progreso y la modernidad de un país no puede establecerse a partir de la existencia de un espectacular centro cibernético de comunicación, o de ordenadores en algunas escuelas o de un sofisticado equipo de trasplante de médula ósea en una clínica donada por el Japón.
Seremos una sociedad moderna y progresista el día en que la desnutrición haya desaparecido como causa de mortalidad de tantos menores; el día en que leer y escribir no parezca un privilegio; el día en que las mujeres no enluten la crónica «pasional» de la jornada y ser mujer no constituya la principal causa de muerte entre las mujeres; el día en que nadie se sienta discriminado por el color de su piel, su credo religioso, su ideología o su sexo.; el día en el que nadie se vea forzado al exilio para buscar lejos de su patria las oportunidades que ésta le negó; el día en que la ciudad sea recuperada para los ciudadanos; el día en el que las instituciones se ocupen y respondan a los asuntos que les competen; el día en el que ningún funcionario tumbapolvos reseñe el cumplimiento de sus obligaciones «por disposición del presidente»; el día en el que la patria no tenga símbolo más preciado que su gente; el día en el que podamos abordar, sin temores ni prejuicios, todos los temas proscritos por la moral de los inmorales; el día que, en la República Dominicana, cada día está más lejos.