Un fantasma recorre México: el fantasma del EZLN

Varios medios de prensa mexicanos se han hecho eco de las declaraciones de Luis H. Álvarez, comisionado para la paz del gobierno mexicano en Chiapas, en torno a la supuesta inexistencia del EZLN como grupo. El reporte a continuación, del periódico La Jornada:

El EZLN ya no existe como grupo, afirma Luis H. Alvarez
El comisionado para la paz en Chiapas, Luis H. Álvarez, aseguró que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ya no existe como grupo, y dijo que el subcomandante Marcos busca, con la otra campaña, «oxigenar al movimiento que tuvo su tiempo y su momento». Después de reunirse en privado con la secretaria de Desarrollo Social, Ana Teresa Aranda, dejó a los medios de comunicación y a otros actores ajenos a su trabajo evaluar si el EZLN ya se acabó. Mencionó que acudió a platicar con su correligionaria para exponerle las peticiones de pobladores de los Altos de Chiapas, relativas a conseguir apoyos para la construcción de vivienda, y descartó que no existan recursos para hacer frente a las demandas.

A juzgar por el criterio de Luis H. Álvarez, la Otra Campaña del EZLN sería un intento desesperado y personal del sup Marcos, disfrazado de Delegado Zero, de resucitar un movimiento anacrónico, si no definitivamente muerto. Marcos, siguiendo esta línea de pensamiento, vendría a ser un quijote más allá de la locura, desarmado y sin molinos, absolutamente solo en medio de un país que lo mira con poco menos que indiferencia. En pocas palabras: un fantasma.

Aunque parezca increíble, el señor Álvarez ha acertado: el EZLN es un fantasma… que aterra a la vieja clase política mexicana.

Sin dudas, los lectores más profundos de la Sexta Declaración de Lacandona han sido las elites políticas de la nación azteca. Han comprendido que el mensaje va directamente contra su hegemonía, contra el dominio ideológico que han ejercido sobre la sociedad mexicana.

Hasta el momento la estrategia ha sido más bien pasiva: tibios reconocimientos y muestras de beneplácito por el inicio de la Otra Campaña; algunas declaraciones dispersas sobre la virtual insignificancia del nuevo empeño zapatista. Ambas reacciones mal-ocultan una creciente preocupación por lo que viene ocurriendo al paso de la caravana del EZLN.

La inquietud se multiplica por la cercanía de las elecciones. Más allá del peso específico que pueda tener el impacto de la Otra en los resultados del sufragio en julio, el EZLN está cuestionando los pilares mismos del sistema político mexicano. Arriba, en la fiesta electorera, los pretendientes a vivir en Los Pinos han comenzado a sentir temblores bajo sus pies, en los cimientos de la «casa».

La propuesta de la Sexta Declaración es esencialmente antihegemónica. Señalaremos sólo algunos puntos que sustentan esta afirmación:

– subversión de los rituales tradicionales de los viejos partidos políticos: «Vamos a ir a escuchar y hablar directamente, sin intermediarios ni mediaciones, con la gente sencilla y humilde del pueblo mexicano», afirma la última proclama zapatista. Se trata de una inversión de las condiciones en que se realiza habitualmente el contacto entre la clase política y la sociedad. La manera del EZLN parte de «escuchar», o sea, se sitúa en un plano de total igualdad con los interlocutores. Los reportes de prensa sobre los actos de la Otra confirman este modo tan otro, y verdadero, de dialogar.

Construir «DESDE ABAJO Y POR ABAJO», asevera la Sexta, o sea, sobre la base de una completa horizontalidad. No los políticos arengando, solos y sólo desde la tribuna, a los potenciales votantes para convencerlos de las bondades de su futuro gobierno, sino todos en un mismo plano, todos con el mismo derecho de hablar, libremente. No promesas enfocadas a una futuridad que la historia ha demostrado, especialmente en el caso mexicano, olvidadiza, traidora; sino confluencia de ideas para construir desde el presente.

– cuestionamiento de la democracia representativa: el EZLN ha criticado lo que podría calificarse de oportunismo partidista, es decir, que los partidos se acercan al electorado solamente en tiempos de elecciones. Entonces, la realización de los derechos políticos de la ciudadanía mexicana sería efectiva únicamente en los períodos de contiendas electorales. Mientras, el manejo del país queda en manos de una casta de funcionarios cuya vinculación con los votantes es esporádica, marginal.

La Otra propone una relación diferente: «otra forma de hacer política, una que otra vuelta tenga el espíritu de servir a los demás, sin intereses materiales, con sacrificio, con dedicación, con honestidad, que cumpla la palabra, que la única paga sea la satisfacción del deber cumplido». Además de una revolución ética, se trata de un disparo al sistema de partidos, que se disputan a cuchilladas los votantes, como si fuesen las partes de un animal degollado.

– enfrentamiento al capitalismo y con particular énfasis a su actual máscara neoliberalista: declararse anticapitalista es ponerse en la lista negra de los círculos de poder económico (y sus ramificaciones políticas) que dominan el planeta. Es el planteamiento más frontal, claro y abarcador de la Sexta de Lacandona. Ser anticapitalista significa ponerse del lado de la inmensa masa de explotados que mal-habitan en el mundo; del lado de quienes «disfrutan» las bondades del sistema, alegres prisioneros del consumo y de la enajenación, siempre al borde de ser vomitados por quienes ahora los seducen; del lado de los absolutamente excluidos, de los que sólo les queda la vida por perder, y todo por ganar.

Con estos componentes, la Otra constituye una amenaza para la tranquilidad de la clase política de México, dentro y fuera de Los Pinos. Un fantasma que recorre las tierras de Juárez, Villa y Zapata, aterrorizando a todos aquellos que quieren seguir viviendo del engaño, sobre las espaldas del pueblo mexicano.

http://lazezta.blogspot.com/2006/02/un-fantasma-recorre-mxico-el-fantasma.html