Un total de 76 sindicalistas fueron asesinados en 143 países el año pasado, 15 menos que en 2007. Los datos son del Informe Anual sobre Violaciones de los Derechos Sindicales, divulgado hoy (10) por la Confederación Sindical Internacional (CSI). El documento detalla varios abusos sobre los derechos fundamentales de los trabajadores en los países investigados. […]
Un total de 76 sindicalistas fueron asesinados en 143 países el año pasado, 15 menos que en 2007. Los datos son del Informe Anual sobre Violaciones de los Derechos Sindicales, divulgado hoy (10) por la Confederación Sindical Internacional (CSI). El documento detalla varios abusos sobre los derechos fundamentales de los trabajadores en los países investigados.
Según el informe, 76 sindicalistas fueron muertos y tantos otros fueron agredidos físicamente mientras desarrollaban acciones en defensa de los derechos de los trabajadores, siendo asediados, intimidados o humillados por las autoridades.
Considerada por el informe como «el lugar más peligroso del planeta para los sindicalistas», Colombia registró en 2008, 49 asesinatos de sindicalistas, diez más que el año anterior. Los datos contradicen la expectativa del presidente colombiano Álvaro Uribe, que había afirmado que la situación estaba mejorando.
Los demás asesinatos se produjeron en Guatemala (9), Filipinas (4), Venezuela (4), Honduras (3), Nepal (2), Irak (1), Nigeria (1), Panamá (1), Túnez y Zimbabwe (1). La CSI denuncia que «en varios casos los gobiernos estuvieron directa o indirectamente involucrados en los asesinatos».
En total, se contabilizan 50 amenazas graves de muerte en siete países y 100 casos de agresiones físicas en 25 naciones. La CSI denuncia además que varios sindicalistas fueron detenidos durante acciones laborales legítimas en al menos nueve países (Myanmar, Burundi, China, Corea del Sur, Cuba, Irán, Túnez, Turquía y Zimbabwe).
En un comunicado, el secretario general de la CSI afirma que los gobiernos señalados por el informe «están fracasando a la hora de proteger los derechos fundamentales de los trabajadores y, en varios casos, ellos mismos son responsables de la fuerte represión de estos derechos».
El informe registró que en 68 países (de los cuales 20 son africanos) hubo 7.500 casos de despidos de trabajadores involucrados en actividades sindicales. De ese total, 2.000 despidos ocurrieron en Turquía, 600 en Indonesia y otros cientos en Malawi, Pakistán, Tanzania y Argentina.
La entidad evalúa que la represión en los países africanos ha sido una reacción de los gobiernos a la acción de los trabajadores que buscan mejores salarios, al verse afectados por la crisis alimentaria que se extiende por el continente. Los más afectados son los trabajadores de las zonas agrícolas, que pasaron a sufrir los efectos de la crisis financiera mundial.
En países como Birmania, China, Laos, Corea del Norte y Vietnam, sólo se permitieron actividades de los sindicatos oficiales, controlados por el gobierno. La CSI denuncia que en Arabia Saudita la «actividad sindical genuina» continúa siendo prácticamente imposible.
El documento señala que los países industrializados están recurriendo, cada vez más, a contratos temporarios y a agencias de subcontratación (tercerización), lo que reduce el ingreso, las condiciones y los derechos en el trabajo. El informe muestra, sin embargo, que los cambios de gobierno en Australia y Estados Unidos trajeron promesas de que las políticas de defensa de los trabajadores en esos dos países van a progresar.
Traducción: Daniel Barrantes