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Un nuevo líder comunista en China

Fuentes: Rebelión

El Partido Comunista de China (PCCh) ha elegido a un nuevo Secretario General en su decimoctavo Congreso, celebrado en el Gran Palacio del Pueblo, en Beijing, con participación de más de dos mil delegados en representación de sus 82 millones de militantes. Xi Jinping, fue elegido secretario general y presidente de la Comisión Militar Central […]

El Partido Comunista de China (PCCh) ha elegido a un nuevo Secretario General en su decimoctavo Congreso, celebrado en el Gran Palacio del Pueblo, en Beijing, con participación de más de dos mil delegados en representación de sus 82 millones de militantes.

Xi Jinping, fue elegido secretario general y presidente de la Comisión Militar Central de la organización comunista de más numerosa membresía en el mundo al iniciarse la primera de las siete sesiones de su Congreso número 18.

El estrenado líder de la pujante organización política de China anunció al momento de su elección que sus principales tareas al frente del Partido Comunista serán las de guiar a la nación asiática en su incesante crecimiento, elevar el nivel de vida de la población y luchar contra la corrupción en todos las esferas gubernamentales.

«Nuestra responsabilidad es ahora unir y dirigir al Partido y la población en su constante voluntad por lograr la renovación de la nación china para que se mantenga cada vez más independiente, más firme y más poderosa en el contexto mundial de naciones», dijo Xi en un encuentro con la prensa.

«Nuestro pueblo anhela tener mejor educación, trabajo estable, ingresos satisfactorios, seguridad social garantizada, asistencia médica y sanitaria de mayor calidad, condiciones habitacionales y ambientales superiores y que sus hijos puedan crecer, trabajar y vivir de manera digna», subrayó.

«Esa responsabilidad es la que tenemos ante nuestro Partido, que sirve de todo corazón al pueblo y por ello ha sido capaz de dirigirlo en la obtención de éxitos que son la admiración del mundo entero, lo que nos hace sentir, con toda razón, orgullosos», dijo el flamante Secretario General.

En discurso ante la prensa acreditada al Congreso partidista, Xi Jinping alertó contra la autosatisfacción por los éxitos, porque son numerosos y serios los problemas que exigen urgentes soluciones, entre los cuales señaló la malversación, la corrupción, el divorcio entre dirigentes y masas, el formalismo y el burocratismo.

Aseguró que dedicará sus mayores esfuerzos a resolver estos problemas. «Todo el Partido debe estar alerta; para forjar el hierro se necesitan herreros fuertes. Nuestra responsabilidad reside en sostener el principio de que el Partido debe vigilar su conducta propia y desempeñarse con una disciplina estricta».

El Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China quedó conformado por siete miembros: Xi Jinping, Li Keqiang, Zhang Gaoli, Zhang Dejiang, Liu Yunshan, Yu Zhengsheng y Wang Qishan.

En total, el Buró Político tiene 25 miembros, de los cuales 15 son de nueva elección. Dos de los miembros son mujeres.

Se considera que cuando Xi Jinping asuma la Presidencia, en marzo de 2013, Li Keqiang será nombrado Primer Ministro y que Xi asumirá directamente los asuntos de política exterior e internos del Partido, en tanto que Li se responsabilizará básicamente con los de carácter económico.

Para las élites del poder en Estados Unidos y las oligarquías de los países de mayor desarrollo económico que giran en su órbita, cualquier cosa que ocurra en China genera preocupación y hasta alarma, dado que el sostenido avance del país asiático ya lo definen como la posible próxima potencia hegemónica mundial en materia económica, papel que desde el final de la segunda guerra mundial ha desempeñado Washington.

Pero China ha sido también un polo de vital importancia para las naciones del tercer mundo porque ha representado alternativa para la subordinación a los mercados controlados por Estados Unidos y el capitalismo internacional, especialmente luego de la desaparición de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría.

Esta definición es válida, en el terreno político y de la ideología, para los vínculos entre el movimiento revolucionario actual del tercer mundo y la política internacional del Partido Comunista chino.

Para la revolución tercermundista -en especial para quienes se definen como marxistas, izquierdistas, progresistas, comunistas o socialistas- es sumamente importante que el aprovechamiento por el proceso socialista chino de mecanismos y métodos propios del capitalismo se identifique como un recurso táctico y no un fin estratégico. Las fuerzas del progreso social mundial apuestan por que las desigualdades que hoy apoyan el desarrollo acelerado de China cedan lugar, más temprano que tarde, a los fundamentos de igualdad y justicia que están en la base de las motivaciones de los pueblos de todo el mundo que desde el poder o aún luchando por alcanzarlo hoy se alzan contra el capitalismo, por el socialismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.