Dirigentes sindicales denunciaron presión y acoso por parte de la empresa Atunera Calvo contra personas que han decidido formar parte de una gremial recién creada en la empresa. De acuerdo a los dirigentes, las medidas que ha tomado la atunera llegan hasta el despido de personas por pertenecer al sindicato, aunque realmente, a la hora […]
Dirigentes sindicales denunciaron presión y acoso por parte de la empresa Atunera Calvo contra personas que han decidido formar parte de una gremial recién creada en la empresa. De acuerdo a los dirigentes, las medidas que ha tomado la atunera llegan hasta el despido de personas por pertenecer al sindicato, aunque realmente, a la hora de cesar a la gente, ponen de justificación diferentes argumentaciones.
«Nos extraña que una empresa que estuvo abogando porque se ratificaran tratados internacionales a beneficio del sector laboral ahora tengan este comportamiento», expuso Carlos Amorín, de La Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y la Agricultura de Montevideo Uruguay (Rel-UITA) quien considera que la empresa actúa con una doble moral. «Nosotros queremos denunciar muy fuertemente este doble discurso, esta hipocresía, esta falta de moral de estos empresarios, que definitivamente piensan que pueden engañar», sostuvo Amorín.
Amorín dijo que sindicatos de España ya han enviado dos cartas llamando la atención a la actitud de la atunera, quienes presionaron por reivindicaciones laborales pero que al final solamente les interesa exportar sin aranceles. Atilio Jaimes, del Sindicato de Empleados de LIDO (SIELSA), explicó que para el caso Berta Menjívar, fue cesada de la empresa Calvo, y aunque había una resolución del Ministerio de Trabajo que tenían que reinstalarla, no lo hicieron.
«La ley establece que no pueden ser despedidos los miembros de un sindicato, pero Calvo ha desobedecido a las autoridades de nuestro país, en este caso al ministerio de trabajo, que recomendó que fuera reinstalada y no la ha hecho. El argumento es que la compañera es malcriada, pero cuando se hace la inspección, sus compañeros y hasta la supervisora, dijeron que ella es una buena trabajadora, pero la dirección dijo que es malcriada», sostuvo el sindicalista.
El 15 de marzo pasado también despidieron a Joaquín Reyes, quien era directivo del sindicato, con varios años de trabajar en la empresa, «pero aunque la ley dice que no puede ser despedido fue despedido». También el 29 de marzo pasado, despidieron a Roberto Carlos Hernández, otro sindicalista. «Lo que no quieren es que haya más agremiados y por eso están quitando a la gente para presionar a que ya no haya más integración a la organización laboral» dijeron los denunciantes.
Los sindicalistas también demandaron que el gobierno aplique los tratados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que entraron en vigencia en septiembre sin que se vislumbre voluntad para hacerlo. «Estos dos convenios son específicos para la libertad de sindicalización y negociación colectiva», subrayó Amorín.