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Las mujeres y niños son casi las tres cuartas partes de las poblaciones desplazadas

Una ola de cinco millones de refugiados

Fuentes: Diagonal

2,2 millones de personas han abandonado Iraq hacia países de su entorno. Y en su interior se cuentan otros 2,5 millones de personas desplazadas de su localidad a causa de la guerra. Es la peor crisis humanitaria de refugiados que se vive hoy en el planeta. Según señala el coordinador de la CEOSI, Carlos Varea, […]


2,2 millones de personas han abandonado Iraq hacia países de su entorno. Y en su interior se cuentan otros 2,5 millones de personas desplazadas de su localidad a causa de la guerra.

Es la peor crisis humanitaria de refugiados que se vive hoy en el planeta. Según señala el coordinador de la CEOSI, Carlos Varea, la marea de desplazados «es ya superior a la provocada por la creación del Estado de Israel en Palestina en 1948 o la más reciente de la región de los grandes lagos de África». Es sabido que la condición cada vez más dura de los conflictos bélicos ha hecho que sus efectos sean cada vez mayores sobre las poblaciones civiles. En 1969 cada conflicto generaba como media 40.000 desplazados. Hoy, en Iraq, apunta Varea, sobre una población estimada de 27,5 millones, la cifra de personas que abandonaron su hogar «supone el 18% de la población, un porcentaje que ya es más del doble del de Colombia, hasta hace poco el primer país en refugiados».

Las cifras son sólo aproximativas. Las organizaciones internacionales admiten la dificultad de hacer cálculos. «Una ola sísmica de miseria está engullendo Iraq y no se trata, precisamente, de la violencia habitual a la que tan acostumbrados están los estadounidenses, que ven y a continuación olvidan», ha escrito el sociólogo Michael Schwartz. «Ese tsunami de miseria está sin duda arraigado en esa violencia, pero es de naturaleza social y económica. Saca a la gente de sus trabajos, les arranca de sus hogares y de sus posesiones materiales, y les lleva lejos de sus familias y comunidades».

Situación difícil

La situación tras acabar la partida no es menos dura. Según Khalid Mohamed Khalid, de la Unidad de Reducción de la Pobreza del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, «el 70% de los desplazados no puede recibir las raciones alimenticias». Cerca de tres cuartas partes son mujeres y niños, sin padres trabajadores, de forma que la prostitución y el trabajo infantil se convierten a veces en opciones forzosas. E incluso en los casos más afortunados, establecerse en una nueva ciudad no significa siempre el final de la odisea. Hasta 2007, Siria fue el país menos estricto en su frontera con Iraq. Pero según Schwartz, al alcanzar más de 1,25 millones de refugiados en su territorio, «con los iraquíes constituyendo para entonces casi el 10% de la población del país, el Gobierno sirio, sintiendo la presión a que estaban sometidos los recursos del país, empezó a poner límites al interminable flujo e intentó lanzar una política de repatriación masiva». Y los demás vecinos son más restrictivos.

La crisis, además, presenta malas perspectivas. Las promesas estadounidenses sobre la estabilidad en Iraq difícilmente pueden convencer si se mira su evolución. A mediados de 2007, Refugees International afirmaba que ésta era la «crisis de refugiados de crecimiento más veloz en el mundo». A ello han contribuido tanto los combates como las irreflexivas decisiones de las autoridades ocupantes, además de la persistente inseguridad en el país. Schwartz detalla en concreto tres grandes oleadas. La primera, tras la guerra, se aceleró con el despido de decenas de miles de personas entre burócratas, personal militar y trabajadores de las industrias públicas iraquíes. La segunda, en 2004, llegó con la invasión de los bastiones de la insurgencia, como el devastador ataque sobre Faluya. Y la tercera oleada se acelera tras acontecimientos como el atentado contra el santuario chií de Samarra y los choques entre suníes y chiíes.

«Pese a las aseveraciones de los militares estadounidenses y de las autoridades colaboracionistas iraquíes, a día de hoy siguen saliendo más iraquíes de su país de los que están regresando», ha escrito Varea. «El relanzamiento de la guerra en 2007 por parte de EE UU -la llamada nueva estrategia para Iraq del presidente Bush- ha determinado que una media mensual de 100.000 iraquíes hayan tenido que abandonar sus hogares, según estima el Creciente Rojo iraquí».